Ferdinand I, 3 Kreuzer 1557.
A mi juicio, la numismática la hemos convertido en una ciencia de la adivinación. Las personas que se acercan a las monedas, no entienden los textos, pero hay unos magos, especialistas en lenguas con gramática imposible de justificar para el no iniciado que nos introducen en los mistéricos métodos latinos.
Y pasa en la antigüedad de toda Europa, sin excepción y más allá también lo mismo de lo mismo.
Ví hace poco en un foro alemán que el Sr. Palitzsch preguntaba por una moneda: "kurze Beschreibung mit Text ( was ich noch lesen konnte )", al no poder entender el texto inscrito.
Al final le convencen de que lo que tiene en la mano son tres kreuzer 1557, la moneda ya está clasificada:
"Du hast ja selber schon alles gesehen und beschrieben: Ferdinand I., 3 Kreuzer 1557. Hinzuzufügen ist nur, daß der Adler den Tiroler Adler als Brustschild hat und die Münzstätte deshalb Hall in Tirol ist."
Pero el que no podía leer, sigue sin poder leerla, por mucho que aparezca el "artista epigráfico" y convierta cada letra en posible inicial de algo en latín, y en medio quedamos todos confundidos ante el milagro realizado.
La realidad es muy tozuda y el hecho claro, a éstas alturas de 1.557 se seguía la tradición ancestral de acuñar en hebreo en toda europa, Alemania inclusive y Tirol también. Negar la evidencia és un trabajo de locos a los que no alimenta la razón, sino el oscurantismo de una historiografía antisemita en la que creen con fe, como devotos de cualquier secta, incapaces de reconocer una lengua debido al odio que transpiran contra una determinada cultura y pueblo.
La leyenda en anverso [kasar ráah dat ábah pagá úr zoh atah yateres satat] contiene una puntuación especial, un interpunto diferente, dos puntos, entre tet y zayin, de modo que sugiere el inicio en tet; [atah yateres satat kasar ráah dat ábah pagá úr zoh]; se despliega, sale del peñascal, el diestro milano aletea y se levanta inflado, al caer sobre su presa.
El texto que se mueve en la ambiguedad del gesto del rapaz, tiene otras lecturas que sin duda apreciará el experto, pero la referencia al milano resulta sugerente. La declaración de [kaser ráah], observancia de la legitimidad, (ó el milano adiestrado) referida a la moneda, no és tanto el hecho de que esté permitida, autorizado su uso, sino que además cumple con equidad su peso.
En realidad y de forma poética se puede comparar la actitud en el combate con el comportamiento del rapaz.
En reverso, [régeb atah nagid jared nijóa sapah le 1557], se refiere a la emisión[atah] del [régeb], terrón o costra, para referirse a la plancha metálica de plata, autorizada por el [jared] piadoso, [nagid] Nagid (jefe de ciertas comunidades judías), [nijóa], con su complacencia o acuerdo, [sapah], chapeada o revestida el 1.577.
Como vemos, el texto hebreo no precisa de adicciones mágicas ni ambiguas iniciales, se puede leer y entender por el común de los mortales, reconociendo que su lengua no es latín como presumen los magos, sino hebreo, como demuestra su gramática.
Los textos se sitúan de modo que el anverso explica el reverso y al revés, lo que parece deliberado para evitar un reacuñado de una de sus caras, que dejaría sin sentido el texto o la imagen, para ligar la pieza de forma unívoca.
Espero que desde ahora y desde aquí, el Sr. Palitzsch, pueda considerar superado en parte su problema de lectura.
Salu2.