Las primeras monedas se realizaron mediante la introducción de metal fundido en un molde. Aparecen luego las primeras piezas acuñadas a martillo, este método, que habrá de aplicarse desde época griega hasta el siglo XVI, consiste en disponer una pieza de metal calentada entre dos troqueles, uno situado en la parte inferior y otro en la superior, este último es golpeado a martillo y se imprime la moneda.