El mayor templo de Roma era el de Júpiter Optimus Maximus en el monte Capitolino, donde también era adorado con la forma de una piedra, conocida como Júpiter Lapis, sobre la que se realizaban juramentos. En este templo se le adoraba junto a Juno y Minerva, formando la Tríada Capitolina. Era común que los romanos construyesen templos dedicados a Júpiter Optimus Maximus o a la Tríada Capitolina en el centro de las nuevas ciudades de las colonias.
El Templo de Júpiter del Capitolino fue comenzado por Tarquinio Prisco y completado por el último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio, aunque fue inaugurado, según una tradición registrada por los historiadores, el 13 de septiembre, al comienzo de la época republicana (509 a.C.). Se erigía sobre un podium alto con una escalinata de entrada en su frente. En tres de sus lados estaba probablemente por una columnata y tenía otras dos filas de pilares dispuestos en línea con las de la fachada para formar un profundo pronaos que precedía los tres cellae que iban de lado a lado a la manera etrusca, siendo la central más ancha que las otras dos.
Los restos conservados de los cimientos y el podium, la mayor parte de los cuales quedan debajo del Palazzo Caffarelli, están formados por enormes secciones paralelas de muros hechos de bloques cuadrados de tosca gris (cappellaccio) que dejan constancia del tamaño total de la zona superficial de la base del templo (unos 55×60).
Sobre el tejado había un auriga de terracota, hecha por el artista etrusco Vulca de Veyes en el siglo VI a. C., encargado por Tarquinio el Soberbio, que fue reemplazada en el 296 a.C. por una de bronce. La imagen de culto, también obra de Vulca, era de terracota y se le pintaba la cara de rojo en los días festivos. Bajo los cellae estaban los favissae o pasajes subterráneos, en la que se almacenaban viejas estatuas que habían caído desde el tejado y varias ofrendas dedicadas.
Frente a la escalinata estaba el altar de Júpiter (ara Iovis). En la gran plaza frente al templo (la Plaza Capitolina) había varios templos dedicados a divinidades menores, además de otros edificios religiosos, estatuas y trofeos.
El primitivo templo de Júpiter Capitolino tenía sólo 4 columnas y después de ser asolado por un incendio se reconstruyó por orden de Sila en el 69 a.C., pasando a tener 6 columnas.
Más tarde el templo fue reconstruido en mármol después de que un incendio lo destruyese por completo en 83 a.C., cuando la imagen de culto se perdió, así como los Libros Sibilinos guardados en un cofre de piedra.
Su dilapidación empezó en el siglo V, cuando Estilicón se llevó las puertas doradas y Narsés retiró muchas de las estatuas en 571 d.C.
Templo tetrástilo de Júpiter Capitolino; en el frontón, un rayo. Moneda que alude a los juegos o fiestas de Roma, creadas por Tarquino el Anciano, que se celebraban en el mes de septiembre en recuerdo de la creación del templo Capitlolino. Denario de Marcus Volteius Marci filius (Familia Volteia). Roma 78 a.C.
Templo hexástilo de "Iupiter Optimus Maximus", engalanado con figuras y adornos colgantes. Denario del Magistrado Petillius Capitolinus (Familia Petillia). Roma 43 a.C.
Templo de dos columnas; Júpiter sedente en el centro, portando rayos y cetro. El templo que se aprecia sobre este reverso es el de Júpiter Iovi Optimo Maximo, situado sobre el Capitolio. Aunque Vitelio nos lo muestra sobre sus monedas, no vaciló en incendiarlo para asfixiar a los rebeldes romanos de su hermano. Denario de Vitelio. Lugudunum 69 d.C.
Templo hexástilo de Júpiter Capitolino; dentro las estatuas de Minerva, Júpiter y Juno. Conmemora la reconstrucción del templo, destruido por las tropas de Vitelio en la guerra del 69 d.C. Sestercio de Vespasiano. 76 d.C.
Templo tetrástilo de Júpiter Optimo Maximus; en el centro figura de Júpiter, a sus lados Juno y Minerva estantes; arriba decoración de cuadriga, estatuas a los lados. Tetradracma de Domiciano. Éfeso 82 d.C.
Domiciano avanzando a izq., delante del templo tetrástilo de Júpiter Capitolino; al otro extremo tres matronas arrodilladas que levantan los brazos hacia él.
Este sestercio nos muestra la oración dirigida a Juno, en presencia del emperador por 110 matronas, que él efectuaba en el Capitolio el segundo día de los juegos seculares. Sestercio de Domiciano. Roma 88 d.C.
Júpiter estante en el centro de templo ostástilo de cinco estatuas. Áureo de Trajano. 103-111 d.C.