Abundo un poco en el asunto
@Raulius. De entrada y para centrar algún aspecto que quedara algo confuso diré que cuando hablaba aquí de turboletes o de lobetanos lo hacía en relación a ese grupo historiográfico denominado “turbolobetano”, al que entiendo que sin duda pertenece esa moneda. Lo indico así porque tal denominación alude a una conjunción espacio-cultural de dos pueblos hermanos e imprecisos de la Celtiberia citerior: los viejos
turboletes situados a inicios de la II guerra púnica (final III a.C.) en la comarca de Teruel por Livio y por Apiano, y ya te he visto Calisto, y los posteriores
lobetanos que menciona luego en torno a Albarracín el Ptolomeo, y no se hable ya más Tomás. Habida cuenta esa coincidencia espacio-cultural, aun con referencias tan difusas ambos pueblos se vienen ya considerando más que emparentados
uno mismo en dos períodos diferentes, de ahí que se acuñara ese término de “turbolobetanos” que lejos de nombrar ninguna medicina recoge aspectos comunes a esos dos.
Pues dicho esto y para ubicar ya tu moneda recapitulamos con Tamaniu. Descartando así aquellas reducciones más endebles y menos aceptadas (Domeño de Navarra entre vascones y Domeño de Valencia entre edetanos, ambas apoyadas en la homofonía, y Dévanos de Soria pelendona que más probable es que responda a T/Da
Baniu que a nuestra
Tamaniu) hemos de ceñirnos a Hinojosa del Jarque, reducción que además de respaldada parece consistente. Con diferencia es tu mejor baza.
Tomando pues en cuenta que el yacimiento de Hinojosa del Jarque /
Tamaniu quedaría emplazado durante el III-II a.C. en suelo turbolete, y aunque aquellos posteriores lobetanos tuvieran luego capital un poco más al sur (yacimiento de
Lobetum en Frías de Albarracín), compartiendo ambos sucesivamente un mismo territorio es lícito entender que el nuevo solar de lobetanos recogiera a groso modo la vieja zona turbolete, incluido así el antiguo núcleo de
Tamaniu que produjo tu moneda. En resumen, dicha zona si antes turbolete luego lobetana. Pero espera, que aún hay más: como no sabemos cuándo se operó tal cambio, siendo mismo suelo con igual gente y cultura se asigna por costumbre al cajón de sastre “turbolobetano” y a correr. Así ya ves por qué indiqué el palabro.
Y con esto ya pasamos a hojear el calendario: en esta zona “turbolobetana” y cerrando el primer tercio del I a.C. irrumpen por el norte o llegan de visita y ya se quedan ciertos grupos de gentes sedetanas, que siendo íberos y una vez ya puestos se ocupan de ocupar allí gran parte del buen valle del Huerva; dejando para ti ahora bastante confusión sobre la paternidad de tu moneda. Pero tú tranquilo, que llegando aquí la cosa ya podemos tirar de una certeza: precisamente entonces la ceca de
Tamaniu dejaba de emitir. Quedó chapada por completo.
Así por último ya vemos que las emisiones de
Tamaniu (130 a 72 a.C.) que definen tu moneda corresponden a un entorno turbolete, o si quieres lobetano, pero
nunca nunca sedetano. Y si a esto le sumamos que se trata de monedas de tipo celtibérico ya podemos situarlas sin reparo en la imprecisa Celtiberia citerior asignada a aquellos pueblos “turbolobetanos”. De modo que también los sedetanos quedan fuera del tablero: cuando
Tamaniu funcionaba
todavía no habían llegado, andaban aún imaginando dónde poner el huevo.
Ya con todo a tu moneda le queda solo una salida. Vamos, que si gustas
turbolete o prefieres
lobetana. Como
de los unos no habló luego nadie ni tampoco hablaron antes de los otros, puedes consignarla “turbolobetana” sin errar o elegir entre esos dos sin desbarrar. Cubres uno de tus pueblos y no te queda otra. Pues menuda potra...
A pasarlo bien.