El hallazgo de una momia inca en el volcán Quehuar, ubicado en la región de Salta, Argentina, en 1975 fue un descubrimiento arqueológico relevante que permitió profundizar en las prácticas rituales de los incas y en las dinámicas de la Capacocha, un sacrificio ritual de niños en honor a sus deidades. El hallazgo, que inicialmente fue afectado por saqueadores que intentaron extraerla con dinamita, destruyendo la mayor parte de su cuerpo (solo queda la parte inferior), ha revelado información valiosa a través de análisis isotópicos que permiten reconstruir la vida de la niña sacrificada, su origen geográfico y su dieta estacional.