La representación de una cerda con sus crías en las monedas, parece ser que se refiere a la aparición de las imágenes de los dioses Penates a Eneas, los cuales le ordenaron fundar LANUVIUM en el lugar mismo en que paría una cerda. Dionisio de Halicarnaso añade que Eneas inmoló a la madre con sus crías.
Existe otra versión sobre la “cerda laurentina” que hace alusión a la fundación de Albe. Según la leyenda, el dios Tibérinus se había aparecido en sueño a Énée y le anunció la inminencia de un presagio: la visión de una cerda blanca, madre de treinta pequeños, que anunciaría la fundación de Albe por Ascagne. Para una cerda, la camada normal es 7 o 8 lechones, el número simbólico de treinta es un prodigio para los antiguos que tenían por costumbre el interpretar como signos divinos todo lo que salía de ordinario.
Animal asociado a Ceres, a quien se le ofrecía un sacrificio con este animal.
Dos soldados en pie, sosteniendo cada uno una lanza; entre ambos una cerda con sus crías. Denario de Caius (Familia Sulpicia). Roma 106 a.C.
Avanzando a izq. con tres cerditos. Denario Tito. Roma 77-78 d.C.
Cerda asentada a la derecha debajo de encina, amamantando cuatro lechones. As de Antonino Pío. Roma 142-144 d.C.
Ceres andando, llevando dos antorchas y precedida por una cerda. Denario de Caius Vibius (Familia Vibia). Roma 90 a.C.