Qué fuertes las fotografías. Mi padre que era joyero siempre me contaba la cantidad de monedas de plata y oro que los clientes les entregaban para fundir. Pasaron muchas buenas piezas por el crisol y se reconvertieron en anillos o pendientes, perdiéndose para siempre valiosísimos objetos testigos de alguna época de nuestra historia. Una verdadera lástima.