Grabado retrato de Carlos III de España. c.1760. Autor Filippo Morghen. A/A de Patricia.

Filippo Morghen (1730-1807) fue un famoso grabador florentino. Llegó a Nápoles en 1752, tras haber pasado siete años en Roma estudiando arte, para prestar sus servicios a Carlos VII (futuro III de España). El Rey le encomendó, junto a otros artistas, la elaboración de grabados relativos a las maravillas romanas descubiertas en Herculano para ilustrar los ocho tomos del “Le Antichità di Ercolano Esposte” publicado en 1757. Su valía le valió ser “El Grabador del Rey de las Dos Sicilias”.

Morguen, después de este colosal trabajo, se dedicó a realizar otros grabados de antigüedades napolitanas, mapas, planos arquitectónicos, retratos y obras pintorescas enfocadas principalmente a los pudientes turistas, en su mayoría ingleses, que empezaron a llegar al floreciente reino de Nápoles y Sicilia.

Filippo fundó dinastía, ya que su hijo Rafaello Morghen (1758-1833) fue uno de los mejores grabadores italianos de finales del siglo XVIII y primer tercio del siglo XIX.

Este grabado-retrato de Carlos III realizado por Filippo Morguen en torno a 1760 está basado en el diseño del artista napolitano Camillus Paderni (1720-1770). Alrededor del Rey, la leyenda: CAROLVS III HISPANIA(rvm) ATQUE INDIARVM REX. (Carlos III, Rey de las Españas y las Indias).
En el plano inferior derecho del grabado podemos ver atributos como pico, pala, ánforas, cuencos, monedas romanas, esculturas, lápidas, etc alusivas a las excavaciones arqueológicas de Pompeya, Herculano y Stabia emprendidas por el ilustrado monarca. Como anécdota se puede decir que Don Carlos, cuando tuvo que marcharse para coronarse Rey de España, mandó hacer réplicas de sus antigüedades favoritas encontradas en las excavaciones para trasladarlas a Madrid, ya que no quiso llevarse las originales por considerar que pertenecían exclusivamente al patrimonio histórico de Nápoles.
Asimismo, leyendo la iconografía de la parte inferior izquierda, vemos, cañón, banderas y balas junto a león, que sujeta espada y casco con coronas de laurel, que mira al Rey con gesto noble. La simbología del león se entiende como sinónimo de valor, fiereza, sabiduría, poder y justicia que junto a la espada y casco hace una iconografía y lectura perfecta: España está en guerra. También lo ratifica la bengala de mando y armadura que lleva Carlos III, como jefe supremo de los ejércitos. Al fondo, vista de una batalla. Todo alusivo a que la nación española se encuentra inmersa en la Guerra de los Siete Años (1756-1763).

PD: En reconocimiento a Patricia, que comparte afición y nos ha ilustrado con varios bellos grabados italianos del s.XVIII-XIX.

Un saludo.