Estas piezas eran producidas para "rellenar" huecos, más que para falsificar y estafar a coleccionistas...
Los coleccionistas de esta época eran todos gente muy poderosa, tocarles las narices con una falsificación podía significar que te quedases sin la tuya como poco; por otro lado los poderosos de la época competían entre sí en el esplendor de sus monetarios...
No era raro que el que notaba una moneda que tenía su vecino y de la que el carecía encargase una copia...
NADA QUE VER con los engendros actuales por microfusión