1 Patagón 1655. Felipe IV. Brujas. La Capital del Condado de Flandes.

Os presento un Patagón acuñado en 1655 en la ciudad de Brujas, capital del Condado de Flandes. La moneda está labrada a nombre de Felipe IV, Rey de las Españas, ya que el condado se englobaba dentro de las Provincias del Sur (actual Bélgica) de los Países Bajos Españoles. Era un territorio más perteneciente al Imperio Europeo Español.

A partir del último tercio del siglo XVI la bella ciudad de Brujas entró en un proceso de decadencia en importancia comercial en pos del epicentro económico de los Países Bajos Españoles, que era Amberes. Atrás quedaron los años del medievo (principalmente s.XIV-XV) que la llegaron a convertir en el centro económico portuario más importante del noroeste de Europa con rutas comerciales que abarcaban desde Portugal a Polonia.

En el siglo XVII, Brujas, era una ciudad comercial de segundo orden aunque todavía relevante dentro de su región geográfica. Además, todavía mantenía contactos internacionales con trasiego de comerciantes españoles, ingleses, holandeses... Aún hoy se puede ver la brújula-veleta en la fachada del siguiente edificio donde miraban los marinos las condiciones de vientos favorables para salir a la mar.
Otro edificio importante de la ciudad es la Huis Bouchotte, que fue residencia, con el consentimiento de Felipe IV, del Rey Carlos II de Inglaterra y su Corte durante parte de su exilio en los años 1656 y 1657.

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La ciudad de Brujas, cuyo nombre en español suscita atracción a los buscadores de misterios, en flamenco se escribe “Brugge”, que significa “Puentes”. Hay que recordar que la ciudad presenta gran cantidad de canales y por ende de “puentes”. Es conocida por esto como “la Venecia del Norte”. Hoy en día, Brujas está reconstruida y recuperada, manteniéndose su diseño medieval, lo que la hace un punto turístico de renombre europeo. Es considerada una de las ciudades más bellas de Bélgica. Brujas no deja indiferente a nadie que la visita, de la misma forma que no dejaba indiferente a los contemporáneos de la Baja Edad Media y Edad Moderna que también escribieron sobre la hermosura de la localidad.

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Ya desde época medieval tuvo Casa de la Moneda esta ciudad perteneciente al Condado de Flandes. En la moneda mostrada, la marca de ceca es la Flor de Lis. Apareció por primera vez en 1434. El origen de esta simbología parece ser que proviene de la influencia de la Casa francesa de los Valois, ya que Felipe III de Borgoña (1396-1467), de esta Casa, estableció la Corte en Brujas en el siglo XV. El Condado de Flandes pertenecía a la Casa de Valois desde el matrimonio acaecido en el 1369 entre Felipe II de Borgoña (1342-1404, hijo del Rey Juan II de Francia) y Margarita III de Flandes (1350-1405). Con el paso de los años acabaría por herencia en manos de los Reyes Españoles como así consta en la moneda presentada de Felipe IV, donde aparece dicho título condal.

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El maestro de la Casa de la Moneda de Brujas en el momento de la acuñación de esta pieza era Christoffel de Ceuninck (1648-1676). Los patagones son monedas relativamente comunes de ver con cecas como Amberes o Bruselas, ya que eran las más importantes de los Países Bajos Españoles. La ceca de Brujas no es muy frecuente de ver y siempre son piezas escasas, quizás un poco más raras incluso que las de Tournai. Aunque desconozco los datos de tirada para esta ceca, tienen que ser notablemente inferiores a los de Amberes y Bruselas.

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Los medios técnicos eran similares a los de las demás cecas de la región (acuñación a rodillo), pero está constatado, por las monedas que nos han llegado a nuestros días, que estas acuñaciones son de una calidad inferior a las de Bruselas o Amberes. La pieza mostrada, pese a mostrar evidentes signos de circulación, es una de las excepciones a la regla para Brujas, ya que como puede verse en la foto adjunta, presenta toda la leyenda visible y completa así como la marca de ceca (flor de lis). Puede considerarse una buena acuñación en todos los sentidos para dicha ceca.

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Quien sabe si no pudo ser esta moneda una de las que están sobre la mesa en este cuadro del pintor flamenco Jan Havickszoon Steen (1626-1676), donde se representa una trifulca tabernaria por motivo de un juego de cartas. Quizá por el aspecto del personaje de cabello moreno de la izquierda pudiéramos pensar que fuera un soldado español de la guarnición de Brujas que, ofendido en su honor ante una posible trampa de su compañero de juego, desenvaina su espada mientras su oponente, con aspecto de asiduo bebedor del local, tampoco se amedrenta y saca su puñal a la vez que es apoyado por sus amigos de taberna. Ante tanta tensión, la tarbenera y su hija sujetan a nuestro compatriota mientras el otro compañero de mesa de juego mira atónito la situación. Al fondo, un posible peregrino español, con aspecto de estar de paso en su trayecto hacia Santiago de Compostela, al oír el grito de “¡a mi los españoles!” de nuestro soldado, deja a un lado su condición de hombre piadoso y, con su bordón en mano, se enfrenta a los amigos del borracho que pretenden acuchillar al soldado español en evidente desventaja de fuerzas.