-Compro monos vivos. Pago 10 monedas de plata por cada uno.
Enterados de la noticia, los campesinos salieron al monte y regresaron con cientos de monos que le vendieron al precio estipulado.
Y así un día tras otro. Cada vez quedaban menos monos en el monte y a los campesinos ya no les compensaba el esfuerzo. Podían ganar 10 monedas de plata haciendo trabajos más sencillos y menos arriesgados.
Entonces el hombre misterioso subió su oferta. Ahora pagaría 50 monedas de plata por cada mono vivo.
Los campesinos regresaron otra vez al monte y puede decirse que trajeron todos los que quedaban.
Aún así subió la oferta a 75 monedas de plata. Pero ya no había monos. Algunos campesinos subían al monte mañana y tarde pero regresaban con las manos vacías.
http://www.diariodelasierra.es/2012/07/12/la-columna-del-jueves-36/UN SALUDO