«Durante las guerras, las monedas y billetes son un arma estratégica»

MADRID. La historia del dinero es la historia del poder. Las monedas y billetes permiten recorrer imperios, ideologías, relaciones entre países, invasiones, guerras. Rafael Feria Pérez, jefe de Área del Museo Casa de la Moneda y profesor de Numismática de la Universidad Complutense, sorprende con una frase: «El dinero no existe». Solo adquiere esta función cuando se confía en quien lo emite, en el poder. Algo «sutil y etéreo». Si no, tan solo es papel.
-¿Cuánto se puede conocer de un país a través de su moneda?
-Todo. La moneda es el resultado de una decisión político-económica de un emisor y se usa no solo para satisfacer necesidades de los usuarios. Los poderes se dan cuenta pronto de que algo que va de mano en mano es un soporte estupendo para difundir un mensaje político, económico, cultural y, a posteriori, incluso tecnológico. Estudiando una moneda puedes darte cuenta del nivel tecnológico de un país.


http://www.lasprovincias.es/v/20120428/culturas/durante-guerras-monedas-billetes-20120428.html


UN SALUDO

MOSKI escribió:

sorprende con una frase: «El dinero no existe». Solo adquiere esta función cuando se confía en quien lo emite, en el poder. Algo «sutil y etéreo». Si no, tan solo es papel.

Así es: Desde que se dejaron de usar monetariamente los metales nobles que tenían valor en sí, el pape o el metal de la moneda no valen lo que reflejan nominalmente; por ejemplo, un trozo de papel con dibujos en color púrpura no vale por sí 500 euros. Es la confianza que tengamos en el banco emisor y, por tanto, en la economía de ese país (Banco de España sometido al Banco Central Europeo para los euros, Reserva Federal para los dólares USA...) la que da valor a ese trozo de papel. De ahí la fluctuación de unas divisas con respecto a otras: para que yo acepte dólares zimbabwos en vez de dólares USA me tienen que dar muchos millones de los primeros a cambio de uno de los segundos.
Hace tiempo surgió el debate en el foro sobre el derecho de los palestinos (lo mismo se podría decir de los saharauis o los kurdos) a acuñar y usar su propia moneda. Yo estaba de acuerdo en que "derecho" tienen; igual que lo tiene un ayuntamiento o incluso una comunidad de vecinos si quieren y se ponen de acuerdo; el problema está en quién va a aceptar esa moneda o ¿Qué confianza me da el emisor de que si quero cambiarla por bienes o por otra divisa voy a obtener el valor que me dicen que tiene?
Cuando el patrón monetario eran el oro y la plata, en los billetes españoles ponía: "El Banco de España pagará al portador x pesetas" entendiéndose como tales las pesetas de plata o su equivalente en oro. Durante la Guerra Civil, cuando se supo que las reservas del Banco de España (que eran el dinero "real" que respaldaba el valor de las monedas y billetes circulantes) habían sido envíadas a Rusia, la "peseta republicana" se depreció hasta prácticamente nada; como divisa, las monedas pasaron a ser "chapas" y los billetes "estampitas" que nadie quería, el Banco de España fue considerado en la práctica como falsificador de moneda pues no había metales preciosos que respaldasen el valor de ésta (Todos los inversores tenían claro que, una vez en manos de Stalin, aunque la República hubiese ganado la guerra, el oro no iba a volver). Lo mismo pasó con el marco del III Reich: a medida que Alemania perdía la guerra se tenía claro que las reservas del Reichsbank se las quedarían los vencedores como compensación (excepto lo que lograsen llevarse al extranjero los gerifaltes del régimen nazi) y que los billetes emitidos no se podrían cambiar por un oro o plata inexistentes; pasaron a ser "estampitas"sin valor.

Interesante aporte