¿Los certificados de autenticidad numismáticos, son palabra de Dios?

Buen hilo este.

Me interesaba empezar por hay que estudiar y hay que divulgar el conocimiento, que naturalmente debe de ser solvente y la solvencia la dan los pares, o iguales en tu materia. Ya he dicho que ahí también hay cagadas, la diferencia es que ese es el lugar donde también debe corregirse de manera que tenga consecuencias.

Esto anterior, creo que es lo que permite ser exigente con los “certificadores” que, no lo olvidemos, son comerciantes que tienen ese producto en su catalogo o lo incluyen como complemento adjunto a sus ventas, ¿quién titula a esa persona o empresa para certificar? Pues el abajo firmante del certificado y esto se aplica a las casas fabricantes de sarcófagos. Solo su prestigio les legitima.

Se me ocurren tres motivos para certificar:

1.- Quiero un “paper com mentres” que decimos en Mallorca, que se podría traducir como un justificante, me da igual si tiene mucha calidad, ya con esto obtengo alguna ventaja; cualquiera mínimamente legitimado me sirve para certificar.
2.- Quiero el mejor certificado posible, para toda mi colección o para alguna pieza especial, y me busco al mejor, personas de prestigio que generan pocas dudas sobre la calidad de su trabajo.
3.- Quiero un certificado que acredite como autentica, y si puede ser como ejemplar único, mi mierdecilla falsa y necesito un cantamañanas al que le guste oler la mierda.

En cualquiera de estos casos, el certificado tendrá un aspecto similar, aunque su calidad no lo sea, ni impide el error en todos los frentes: hasta en el último caso, igual te certifica un ejemplar único auténtico, el muy cabrón.

Después están los efectos en caso de error:

Si el que certifica es el que vende, debería de devolver el dinero de la compra
Si el que certifica solo expertiza, debería devolver el dinero del certificado.
Si el que certifica da por bueno lo falso adrede, no devuelve nada.

Pues eso, asegurémonos que el certificador es honesto y que lee, no creo que podamos pedir más.

lliura escribió:

Buen hilo este.

Me interesaba empezar por hay que estudiar y hay que divulgar el conocimiento, que naturalmente debe de ser solvente y la solvencia la dan los pares, o iguales en tu materia. Ya he dicho que ahí también hay cagadas, la diferencia es que ese es el lugar donde también debe corregirse de manera que tenga consecuencias.

Esto anterior, creo que es lo que permite ser exigente con los “certificadores” que, no lo olvidemos, son comerciantes que tienen ese producto en su catalogo o lo incluyen como complemento adjunto a sus ventas, ¿quién titula a esa persona o empresa para certificar? Pues el abajo firmante del certificado y esto se aplica a las casas fabricantes de sarcófagos. Solo su prestigio les legitima.

Se me ocurren tres motivos para certificar:

1.- Quiero un “paper com mentres” que decimos en Mallorca, que se podría traducir como un justificante, me da igual si tiene mucha calidad, ya con esto obtengo alguna ventaja; cualquiera mínimamente legitimado me sirve para certificar.
2.- Quiero el mejor certificado posible, para toda mi colección o para alguna pieza especial, y me busco al mejor, personas de prestigio que generan pocas dudas sobre la calidad de su trabajo.
3.- Quiero un certificado que acredite como autentica, y si puede ser como ejemplar único, mi mierdecilla falsa y necesito un cantamañanas al que le guste oler la mierda.

En cualquiera de estos casos, el certificado tendrá un aspecto similar, aunque su calidad no lo sea, ni impide el error en todos los frentes: hasta en el último caso, igual te certifica un ejemplar único auténtico, el muy cabrón.

Después están los efectos en caso de error:

Si el que certifica es el que vende, debería de devolver el dinero de la compra
Si el que certifica solo expertiza, debería devolver el dinero del certificado.
Si el que certifica da por bueno lo falso adrede, no devuelve nada.

Pues eso, asegurémonos que el certificador es honesto y que lee, no creo que podamos pedir más.

Ok. Según leído, entiendo que el certificado debe ser sustentado en un análisis de monedas de la misma tirada, previamente hecho por expertos. Luego hay que incluir en los certificados la referencia si la hay, al estudio numismático de dicha pieza. Esa sería una opción, con la cual estoy de acuerdo, y que concuerda, con lo que yo demando para los certificados de autenticidad, el que se incluyan los detalles que hacen a una pieza genuina.

Sino hay un estudio numismático realizado y consensuado por expertos, publicado en revistas numismáticas,como dices, se puede certificar una pieza?. Si se certifica una pieza sin haber un estudio numismático, como debe hacerse el certificado de autenticidad?.

Un saludo.

Porque

Esto es la expertización, el que sabe dice que la moneda es tal y lo firma.

No hay estudios pormenorizados de todas las monedas del mundo ni he visto certificados que citen bibliografia de detalle (ojo, no he visto, que he visto pocos y un "mismo ejemplar" no debe de ser raro), si que es normal que haya referències a algun catalogo reconocido.

lliura escribió:

Esto es la expertización, el que sabe dice que la moneda es tal y lo firma.

No hay estudios pormenorizados de todas las monedas del mundo ni he visto certificados que citen bibliografia de detalle (ojo, no he visto, que he visto pocos y un "mismo ejemplar" no debe de ser raro), si que es normal que haya referències a algun catalogo reconocido.

Ok. Entendido.

Pues entonces hay que fiarse del experto y no de la moneda. Por que?. Por que no da explicación acerca de la moneda. Ni con detalles, ni con estudios,...

Hay ejemplos por todos lados de monedas falsas, vendidas, encapsuladas, certificadas en papel,... A seguir igual.

Un saludo.