Un jolgorio.

Buenas noches a todos los forenses .
Escribo con todo el dolor de mi corazón, pero quiero hablar de una noticia
de esas que no salen en los periódicos, pero que mucha gente sufre cada día.
Provincia de Cáceres.
Un matrimonio ya mayor, el jubilado y ella casi, se acerca a las fiestas de un pueblo vecino a pasar la noche al fresco
mientras escucha a un grupo musical y se toma unas copas.
Al reintegrarse a su domicilio, pasan por un pequeño pueblo con un único ceda el paso en medio de el.
Justo delante va otro vehículo, que al llegar a este ceda, mete un frenazo porque se le ha cruzado
un amoto mobiletero con dos indivíduos borrachos.
No los toca, pero los moteros del susto terminan en el suelo, se levantan y como algo ensayado
se dirigen a la puerta del conductor del coche, la abren, le sacan, le tiran al suelo
y se lian a puñetazos y patadas con el.
Todo esto en segundos, la señora sale por su puerta y trata de quitárselos de encima, pero de un mal empujón la tiran al suelo y allí se queda mientras a su marido le llueven puñetazos y patadas.
Y ahora.
Este matrimonio ya mayor, detenido detrás de ellos en el ceda el paso, se baja el hombre, sujeta a uno solamente para separarle e impedir que siga pegando al caído y la respuesta es un puñetazo , lo que no se esperaban, es que este tío ha sido toda su vida repartidor de galletas, sólo esquivar un poco y dar el cambio en moneda grande, el tío ya se va casi a la cuneta del otro carril y se terminó.
El que queda viene con las mismas, pero una patada en el cielo de la boca y a requiescar debajo de la puerta abierta del coche.
Justo enfrente del lugar de los hechos un bar con muchos oledores pero ningún valiente y ahora es cuando empiezan a llamar a la guardia civil.
En quince minutos aparecen dos vehículos al mismo tiempo y por direcciones contrarias, se identifican todos, se informa a todos y nadie quiere denunciar.
El señor sólo lleva un pequeño corte debajo del ojo derecho, la señora nada y los moteros ya debidamente informados, prefieren no decir nada de narices ni dientes.
No sé si lo dirán los diarios extremeños, no creo, pero así está la cosa.
Siento escribir estas cosas, pero es lo que hay.
Y peor que se va a poner.
Saludos.

Buenos días tengan vuesas mercedes.
Como me encuentro con dos preguntaciones privadas,
creo que debo aclarar que yo no tengo nada que ver con los hechos acaecidos y narrados.
Yo nunca he tenido una mobilete.
Saludos.

Eres repartidor de galletas? Nah,solo por curiosidad.....un saludo mañanero.

Buenos días, yo nunca he repartido nada, sólo quería contar lo que me contaron.
Por lo visto los agredidores eran dos personajes temidos en ese pueblo
y nadie hubiera intervenido por miedo a represalias.
Tuvieron la mala suerte de que el repartidor desconocía su fama y por lo tanto no les temía.
Estas cosas pasan demasiado a menudo, más de lo que pensamos.
Saludos .

Esos personajes suelen aparecer algunas veces en alguna cuneta o barranco de secano o litoral,es raro que lleguen a viejos,pero el legado que dejan no compensa que desaparezcan jóvenes,en fin,de esos siempre han habido y habrán