Aquí tenéis este dinero de Jaime II que, pese a sus más de siete siglos, se mantiene bien de aspecto.
Metal: plata
Diámetro: 18,5 mm
peso: 1,7 g
Anverso: busto imaginario del rey mirando a la izq. ARA GON
Reverso: cruz patriarcal. IACOBUSREX
Entre los siglos
XIII y XV a situación estratégica del
reino de Murcia tenía un interés geopolítico muy importante.
Castilla poseía de facto el dominio de Murcia desde la firma, en
1243, del
Pacto de Alcaraz. Por este documento el infante don
Alfonso de Castilla obtenía el reino de Murcia de los descendientes del
Rey Ibn Hud, a cambio de asegurar a los musulmanes de Murcia la conservación de sus cargos públicos, sus bienes y propiedades, su cultura y su religión.
En
1264 los mudéjares se sublevan contra el el rey Alfonso precisamente por el supuesto incumplimiento de este pacto de Alcaraz. La revuelta se extendió hasta Andalucía, donde fue sofocada por el propio rey “sabio”, pero en Murcia se mantuvo hasta
1266 cuando su suegro,
Jaime I, puso fín a la misma, y la reintegró a la corona castellana cumpliendo con el tratado de
Cazorla de 1179 y del pacto de
Almizra de 1244.
La caída de la Murcia sublevaba supuso la pérdida de los privilegios adquiridos por habitantes de la ciudad, enajenando los derechos civiles y políticos sobre las tierras y propiedades, y un éxodo masivo de la población hasta el cercano
reino de Granada, valedor de las revueltas.
La prematura muerte de
Sancho IV sin dejar aclarado el problema sucesorio con el infante
de la Cerda hace que, en un primer momento, el rey de Aragón
Jaime II (yerno de Sancho IV hasta que el matrimonio con su hija de 8 años fue declarado nulo), se posicione a favor del de la Cerda.
Aprovechando la minoría de edad del infante Fernando (
Fernando IV), Jaime II quebranta el tratado de Almizra, y traspasa las fronteras castellano-aragonesas más allá de los límites fijados en el mismo.
Sin una declaración de guerra, y tras ocupar
Alicante y Orihuela, Jaime II envía a la ciudad de Murcia el
17 de mayo 1296 un salvoconducto al alcaide del castillo de
Monteagudo (
Juan Fernández de Gomariz ), para negociar su rendición, la entrega pacífica de los castillos y la prestación consiguiente del vasallaje debido.
Y aunque no consigue la capitulación de la ciudad hasta el día 21, esta fue ocupada de facto el día
19 de mayo.
El resto del territorio del reino sería ocupado sin ninguna oposición a lo largo del año.
Durante
8 años el reino de Murcia queda integrado en la corona de Aragón hasta la
sentencia arbitral de Torroellas (1304) y la posterior revisión del
Tratado de Elche (1305), cuando nuevamente es reintegrado a la corona de Castilla pero perdiendo los territorios al norte del río Segura (que queda como línea fronteriza entre ambos reinos), permaneciendo hasta hoy incorporados al reino de Valencia.