Hola a todos, para hoy, traigo otra de mis más recientes incorporaciones. Se trata de una pieza que hasta hace bien poco no había tenido representación en mi colección, son
20 Reales acuñados en
Madrid en
1822 a nombre del monarca
Fernando VII durante el periodo conocido como “
Trienio Liberal” y con el que se muestra un busto más realista del propio soberano, conocido coloquialmente como “
Cabezón”. Este ejemplar en concreto, presenta la peculiaridad de ser una
falsificación de época, por lo que aporta una información muy interesante en contraposición de los ejemplares originales adquiridos hace poco.
Datos de la pieza:País: Reino de España
Legislación: Real Decreto del 1 de mayo de 1821
Nominal: 20 Reales de vellón
Año: 1822
Ceca: Madrid (Letra “M” coronada entre dos puntos a las 19h; en el reverso)
Acuñación: Prensa de volante (acuñación original)
Peso: 22,5 gr (aprox.)
Diámetro: 39 milímetros
Grosor: 2,4 mm
Canto: Patrón de líneas oblicuas, pero de menor calidad y con detalles más toscos.
Forma: Redonda
Alineación: Medalla (0º)
Metal: ¿Plomo o calamina?
Tirada: Se desconoce este dato al tratarse de una falsificación de época
Estado de Conservación: MBC-. En el anverso se aprecia un buen arte, aunque con ciertas diferencias en las leyendas y la fecha respecto a la pieza original. Claramente vemos que la pieza ha circulado, con cierto desgaste en el busto. También vemos marquitas, arañazos y pequeños golpes en el campo de la moneda. En lo relativo al reverso, los detalles se muestran muy bellos para ser una falsificación, pero con cierto desgaste en los castillos y leones, así como en las leyendas “PLUS” y “VLTRA”, visibles parcialmente. Se aprecian algunas marquitas en toda la superficie de la moneda. A nivel general, la pieza está muy bien hecha, aunque la tosquedad de ciertos detalles unido al menguante peso la delata. Se pueden ver varios golpes en el canto, así como un cierto color oscuro en el metal, con mayor presencia en algunas zonas.
Variantes: La fabricación “manual” de estas monedas en talleres clandestinos favorece la aparición de distintas variantes relacionadas con los detalles principales de la pieza, claramente más toscos que los originales, al depender de los medios y la habilidad del falsario.
Referencias bibliográficas: "KM# 563" y "AyCal
#1282"
Ensayadores: José Sánchez Delgado e Isidoro Ramos del Manzano (Siglas “S.R.”), los cuales se trasladarían a la ceca de Sevilla a mediados de 1823 tras la llegada de las tropas francesas a la capital de nuestro país.
Grabador: Félix Sagau y Dalmau (Segundo Grabador General)
Reinado: Fernando VII “El Deseado” (1814-1833)
Dinastía: Casa de Borbón
Simbología:Anv.: “
FERNANDO 7º. POR LA GRACIA DE DIOS Y LA CONSTITUCION •1822•” alrededor del busto desnudo del soberano mirando hacia la derecha. Detalles del pelo y orejas bien definidos.
Rev.: “
REY DE LAS ESPAÑAS • S.R. 20 Rs. •M•” alrededor del escudo coronado que guarda las armas acuarteladas de los Reinos de Castilla, León y Granada, así como un escusón central con las tres Flores de Lis borbónicas. A ambos lados, las columnas de Hércules envueltas en cintas que incluyen el lema “
PLUS” y “
VLTRA”.
Referencia histórica: Tras el “cautiverio” en Francia por parte de Napoleón Bonaparte, el monarca regresa a España en 1814, vitoreado por toda la sociedad española que, tras la retirada del ejército francés, pareció haber olvidado que Fernando había conspirado contra su propio padre, Carlos IV, para arrebatarle el trono unos años antes. Sin embargo, una parte significativa del pueblo español estaba influenciado por las ideas liberales, que suponían un nuevo proyecto para el Reino y que se había fraguado durante las Guerras Napoleónicas en territorio nacional. El recién restaurado monarca no acogió tales ideales con buena gana y, más bien, hizo justo lo contrario, instauró nuevamente el absolutismo encarnado en su persona, persiguió a todos aquellos que procesaban las ideas del liberalismo, los mismos que también habían luchado contra Napoleón y apoyaban su regreso, e incluso, volvió a reinstaurar a la tristemente célebre Inquisición.
El hartazgo de la sociedad desencadenó en el conocido como “Trienio Liberal” (1820-1823) obligando al monarca a aceptar la Constitución liberal y tolerar un sistema donde el monarca perdía el protagonismo de antaño. Con ello, Fernando VII no dudó en convencer a los distintos monarcas europeos, especialmente a los que integraban la “Santa Alianza”, que su poder era inexistente y que se encontraba “cautivo” en su reino, tal conspiración le valdría el mote de el “Rey Felón”.
Con la llegada de los “Cien Mil Hijos de San Luis” a nuestro país el 7 de abril de 1823, ordenados por el monarca francés Luis XVIII y con el apoyo de los sectores más tradicionalistas del ejército español, Fernando VII restauraría el absolutismo y ajusticiaría a los liberales, con el propio Riego a la cabeza, durante los siguientes diez años a los que se les bautizó como la “Década Ominosa”.
Curiosidades: Es relevante señalar que en esta tipología aparecen, por primera vez, las leyendas de “POR LA GRACIA DE DIOS Y LA CONSTITUCIÓN”, uniendo la tradicional “legitimación divina” del monarca con la soberanía popular y los principios constitucionales donde el rey participaría en el gobierno, pero conjuntamente con las Cortes, siempre dentro del mandato que otorga la propia Constitución de 1812.
También desaparecen las leyendas en latín, símbolo de la tradición absolutista, donde se sustituyen por los textos en español, idioma de la Nación española. El cordoncillo es modificado también de acuerdo a lo dispuesto en el Real Decreto del 1 de mayo de 1821.
El busto del monarca aparece despojado de su corona de laureles y toga, mostrándose totalmente desnudo como un ciudadano más, desterrando la idea de súbditos y un monarca en el trono, pero donde el propio monarca es el “primer ciudadano”. Esta es una idea que procede de la Revolución Francesa y pone de manifiesto la influencia de aquellas ideas en la Constitución de 1812.
De acuerdo al artículo 1 de la misma, todos los habitantes de los territorios hispánicos a ambos lados del Atlántico y de Asia son igualmente “ciudadanos” españoles y, en base a ello, se estandariza la simbología del escudo, incluyendo las columnas de Hércules también en las monedas peninsulares.
Sin embargo, aunque el triunfo del liberalismo sería bien acogido en todos los rincones del reino, acuñando algunas cecas nuevas monedas con las leyendas constitucionalistas en territorios tan alejados de la Metrópoli, como es el caso de las Filipinas, los territorios americanos habían comenzado ya su emancipación de España y, con la independencia paulatina de cada uno de ellos, los flujos de plata a la península eran cada vez más escasos, afectando negativamente a la continuidad de estos valores de gran módulo.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.