La esclavitud en España en aquellos tiempos era cosa bien distinta que en América. Lo más habitual no eran esclavos dedicados a duras labores manuales, porque además estaba prohibido, pero sí se puso de moda que los ricos y nobles le compraran a sus hijos un compañero con el que jugar. Cuando estos niños crecían se solían quedar de sirvientes en las casas. No eran esclavos, simplemente pertenecían a la familia. A veces los lazos que se producían entre el hijo del señor y el "negrito" quedaban para siempre, era un sirviente, pero de confianza. Y de vez en cuando salía uno espabilao como Juan Latimo que decidió que mientras su señorito recibía clases, él también las atendía con lo que al final llegó a tener mayores conocimientos que el señor. Y gracias a esos estrechos lazos entre ambos, le permitieron continuar estudios y hacerse catedrático de una de las universidades más importantes del mundo en aquel momento.
Por otro lado, que yo sepa, donde se daba esto más era en Sevilla y luego en otras ciudades andaluzas, como Cádiz y Granada.