Ahora que viene el verano vuelve a haber tiempo para el vicio y puedo poner atención al contexto histórico de las piezas con las que me he hecho en estos últimos meses. Empiezo con este denario de Nerva, que ya había anunciado después de Semana Santa. Me lo voy a tomar con calma, porque he tenido mucho lío y casi no le he puesto atención a estas cosas más allá de colocar las monedas en las bandejas.
El asesinato de Domiciano cogió a todos por sorpresa. Aunque según Suetonio, ya los caldeos le habían predicho el día y la forma de su muerte, nadie, ni él mismo se lo podía esperar. No hacía mucho se había deshecho de su primo, el cónsul Flavio Clemente, al que acusó de conjurar para ponerse al mando y no había, cierta o inventada, ningún otro atisbo de conjura de ningún tipo entre la clase senatorial. Tenía el ejército en su mano, después de la derrota de Saturnino, con su fidelidad bien pagada a golpe de “congiaria”. Con esos mismos regalos en metálico y juegos frecuentes también tenía el apoyo y la simpatía de pueblo, aunque este nunca haya pintado mucho en los cambios de gobierno. Fue su círculo más íntimo, entre ellos su esposa, quienes pusieron fin a su vida aterrados ante la posibilidad de que los instintos asesinos del último Flavio se dirigiesen contra ellos. Lo hicieron sin contar con nadie de fuera y sin ningún plan político para el futuro. Aunque hay quien supone que algunos senadores, incluido Nerva, estaban al corriente. Cuando la noticia llegó a los senadores, el mismo día, estos se movieron rápido, y antes de que se les pudiesen adelantar los pretorianos encontrando a otro Claudio, nombraron sucesor a uno entre ellos.
El elegido fue Marco Coceyo Nerva. Los motivos de la elección fueron, según unos, su rectitud en el ejercicio de los muchos cargos que desempeñó, según otros, su avanzada edad y la falta de descendencia, que con 65 años se lo presentaba claramente como un emperador transitorio. La fama de hombre honesto, respetuoso y defensor de la ley era ya una característica familiar. Todos los hombres de su familia fueron renombrados abogados y magistrados, y ocuparon puestos relevantes en el “cursus honorum”. Ninguno destacó en el ejercicio militar, pero este Nerva recibió los honores del triunfo sin haber salido nunca en campaña. Fue en el 65, bajo el principado de Nerón, con quien siendo pretor le toco ejercer la acusación y dirigir la persecución de los participantes en la conjura de Pisón. Por el celo que puso no solo recibió el triunfo, también una estatua que le mandó levantar el César en palacio. Esta es, según Tácito, una de las sombras en la vida de Nerva, pero que compartir consulado con Vespasiano, al que unía una larga amistad, debió ayudar a pasar por alto. La otra sombra viene precisamente de su amistad con los Flavios, por las relaciones más allá de la amistad que tuvo con el propio Domiciano mientras fue su preceptor. Puede que sean sombras, pero tal vez ayudaron a que Nerva llegase con vida al momento en que le escogieron para el principado.
El reinado de Nerva no fue fácil. Comenzó como una exaltación de la libertad, uno de los motivos más frecuentes en sus monedas. Liberó a los acusados de traición, anuló los exilios y mandó ejecutar a los esclavos y libertos que habían acusado a sus patronos. A partir de ahí se inició una caza de informantes para las acusaciones de Domiciano para ser ejecutados, que desataron el caos cuando todos se pusieron a acusarse unos a otros. Nerva puso fin a estos procesos tras un comentario del cónsul Fronto en el que se quejaba de que tener un príncipe que deja a todos hacer de todo era peor que uno que no dejaba hacer nada a nadie. En el ámbito económico devolvió las posesiones que pudo a los confiscados y distribuyó tierras entre los ciudadanos más pobres. Fue prolífico en donativos, con los que intentó ganarse el favor del pueblo y del ejército. Pero sin los ingresos que sostenían al tesoro de Domiciano, el aumento del gasto público solo pudo conducir a una bancarrota, que obligó a Nerva a vender propiedades del palacio y suspender los juegos que había instituido Domiciano para ahorrar gastos. La supresión de los juegos y los regalos en metálico le hicieron ganarse no pocos enemigos.
La salud de Nerva ya era delicada cuando accedió al poder. Por lo que cuenta Suetonio debía padecer alguna dolencia gástrica que le provocaba vómitos frecuentes. Pero al poco de iniciar su principado ya tenía pocas papeletas para la muerte natural. Dentro del senado se descubrió una conjura liderada por Calpurnio Craso, descendiente de la familia de Marco Craso. Según Dión, hizo sentar a los conjurados a su lado en un espectáculo y, sin saber que habían sido descubiertos, les entregó espadas para que llevasen a cabo su plan. Si fueron castigados no se recoge en el epítome que se conserva de Dión, pero todo parece indicar que se les perdonó la vida. Más difícil se lo puso Casperio Eliano, prefecto del pretorio que mantuvo su puesto tras la muerte de Domiciano. Sublevó a los pretorianos y tuvieron a Nerva cautivo unos días exigiéndole el castigo de los asesinos de Domiciano. Nerva acabó cediendo y los pretorianos tuvieron su venganza y quien sabe si un aumento de paga además del que recibieron con el cambio de emperador, que era muy habitual en estos casos.
Fue después de estos hechos que Nerva lleva a cabo la decisión que le permitiría salvar su vida, y que cambiaría el destino de Roma llevándola a su máximo esplendor. Un buen día, cuando apenas le quedaban apoyos, subió al Capitolio y proclamó a los cuatro vientos que adoptaba a Trajano, en adelante Marco Ulpio Nerva Trajano. De seguido en el senado le nombró César y le envió una nota a Germania. Sobre la adopción de trajano hay una historia muy interesante que viene en la obra de Antonio de Guevara, obispo de Mondoñedo y confesor de Carlos I. Para este escribió un compendio de biografías titulado “Una Década de Césares”, los cinco anteriores a Marco Aurelio y cinco posteriores. En la de Trajano sitúa los antecedentes de la relación con Nerva en la Itálica de los tiempos de la guerra civil de César. Según este, en la colonia había dos familias ricas, los Coceyo y los Ulpio, que se llevaban como los Montesco y los Capuleto. Itálica fue saqueada por las tropas de Pompeyo el joven y las dos familias tuvieron que refugiarse en Cádiz, donde entablaron una amistad en la adversidad que llevaría a sus descendientes a ocupar el trono imperial en Roma. Se trataría del abuelo de Nerva y el bisabuelo de Trajano. La historia es bonita, pero no parece tener mucho fundamento. Antonio de Guevara habla de un tal Julio Coceyo, cuando el nombre que usaron los Nerva era Marco Coceyo. Esto podría ser solo una confusión, pero por lo que se sabe de la familia de Nerva, eran originarios de Umbria, en Italia y ya sus antepasados habían ejercido magistraturas en la República. Su bisabuelo era muy próximo a Marco Antonio y fue cónsul suyo en el 36 aC. Su abuelo, el supuesto terrateniente de Itálica, formó parte del círculo íntimo de Tiberio, lo que sitúa la historia en cuestión fuera de tiempo. Si Nerva conocía a Trajano o tenía alguna amistad con él, es más posible que venga por parte del padre de este y por medio de sus servicios a Vespasiano. En realidad, no tenemos ninguna certeza de porqué escogió a Trajano. Había otros candidatos que podían ser del agrado del ejército, Trajano no fue la primera opción de Nerva, que propuso a Cornelio Nigrino, pero que el senado rechazó con dureza. Lo que es evidente es que sirvió para calmar al ejército y dar estabilidad al imperio.
La moneda que os traigo es, junto con la Libertas, otro de los motivos más comunes entre lo que se suelen ver de Nerva. Representa la adhesión del ejército a su emperador y al estado. Siendo acuñada en el 97, me queda la duda de si se emitió después de la adopción de Trajano, con lo que el mensaje sería un hecho cierto, o antes, con lo que se trataría de un deseo. Como siempre, espero que os guste.
Denario de Nerva (96-98 dC.)
Roma, 97 dC.
Anv: IMP NERVA CAES AVG P M TR P II COS III P P, busto laureado a derecha
Rev CONCORDIA EXERCITVVM, manos cruzadas sobre campo liso
RIC II 26
Diámetro: 18 mm. Peso: 3,3 g.