Para entender la transcendental importancia protohistórica de este núcleo de Torreparedones debemos retroceder hasta el VII/VI a.C., en tiempo orientalizante tartéssico, cuando este gran núcleo de Torreparedones junto con el de Obulco establecieron una extensa colonización territorial, hasta el Guadalquivir y el Guadalbullón, con la Campiña de Jaén, Porcuna y Arjona, mediante una serie de poblados agrícolas distribuidos en todo el territorio y dependientes de los oppida. Como reacción a esta expansión se estableció por sus vecinos orientales
Mastienos (el protagonismo entre éstos parece que recaería en el
oppidum de Villargordo) una serie de torres de control y vigilancia dependientes a su vez de sus poblados (esos que posteriormente serían denominadas
turris annibalis), consolidando así una especie de frontera con respuesta coordinada cuya cronología alcanzó a fines del VI o principios del V a.C., coincidiendo con el declive tartésico, tiempo en que el poblamiento de esta zona se concentraría en torno a cada
oppidum, abandonando los asentamientos en la campiña y las torres de control. A partir de este tiempo parece que el centro de poder en la Campiña de Jaén se trasladaría al
oppidum de
Obulco, y toda esta comarca se instalaría en un modelo de poblamiento de carácter polinuclear (
oppida autónomos y encastillados en si mismos), sumergiéndose progresivamente en el iberismo.
Vemos así que este núcleo de Torreparedones fue protagonista, nada menos, que
del surgimiento del mundo ibérico.Respecto a su identificación con
Ituci o
Bora me decanto por la primera:
Ituci , ciudad en tiempo histórico que figura cognominada
Virtus Iulia (debió alcanzar la municipalidad en tiempos de César), cercana a
Ipsca y
Ucubi, al suroeste,
Obulco al noreste, e
Iponuba al sur. Plinio la incluye entre las colonias inmunes del
Conventus Astigitanus. Se identifica con la
Tuccis citada por Strabon en relación con los sucesos de
Munda, con la
Ituca de las guerras viriáticas mencionada por Apiano, y con la
Tuca recogida por Diodoro en relación al mismo episodio, donde narra una curiosa fábula contada por Viriato a sus pobladores. Como vemos, un núcleo con cierta entidad aún en tiempo romano.
Bora por otra parte es ceca latina que acuña ases y dupondios hacia el 50 a.C., con iconografía de busto femenino con cetro en anversos y toro (¿
Baal?) en reversos, reducida por M. Castro López al yacimiento del Cerro de San Cristóbal, Casillas, próxima a Alcaudete, sobre el río Víboras (tal vez se trate en origen del propio hidrónimo del Víboras); por lo tanto cercana a su vez al núcleo de Torreparedones donde ha aparecido numerario de
Bora, conforme se indica en el artículo y sin que ello resulte nada extraño (es mi opinión, claro)
Interesante aporte amigo
@Moski . Un saludo.