Hola a tod@s, hoy voy a presentar otra de esas monedas que tanto me gustan y que proceden de otro pecio que tal vez, no es tan conocido y que no suelen verse con frecuencia. Se trata de
8 Reales acuñados en la ceca de
México a nombre del Rey
Felipe III/IV entre
los años 1621 y 1630 presentando una acuñación típica de
los Austrias, con forma irregular y con imperfecciones en los detalles.
Datos de la pieza:Nominal: 8 Reales
Año: Entre los años 1616 y 1628 de acuerdo a la tipología de la pieza y los ejemplares que han conservado la fecha total o parcialmente visible.
Ceca: México (“Mº” a la izquierda del escudo; en el anverso). Virreinato de Nueva España.
Metal: Plata de 930.555 milésimas
Peso: 23,2 gr (aprox.)
Diámetro: 40 milímetros (aprox.).
Canto: Liso e irregular
Forma: Redonda e irregular
Tipo de acuñación: A martillo
Ensayadores: Diego Godoy (sigla “D” a la izquierda del escudo y debajo de la marca de la ceca; en el anverso. 1618-1834)
Estado de conservación: “Shipwreck effect (G3/C)”. La corrosión marina se ha cebado bastante en esta pieza, con una acción más o menos uniforme en ambas caras, aunque, tal vez, mejor conservada en el anverso. En éste, vemos el escudo de forma parcia, así como la marca de la ceca y la inicial del ensayador, también visibles parcialmente. El reverso muestra la cruz de Jerusalén con la tipología típica de la ceca de México, así como las armas de Castilla y León visibles de forma muy parcial. Leyendas no visibles, al igual que la fecha. Superficie irregular por la acción marina, con importante pérdida de peso y, sobre todo, porosidades circulares en ambas caras debido a la acción de los finos granos de la arena.
Referencias bibliográficas: “Aureo y Calicò
#162/903”
Rareza: Rara. Ya no tanto por el numeral en sí, la ceca (muy común) o por el estado de conservación, este último afectado significativamente por la acción del agua salada y la arena fina. Si no por lo poco frecuente que resulta ver monedas procedentes de este pecio en concreto y con un número limitado de piezas que han podido rescatarse.
Pecio: “Lucayan Beach Wreck/1628 Fleet (C.a. 1628)”. Descubierto en la isla de Grand Bahama, allá por el año 1964, a tan sólo 10 pies de profundidad y a unas 1.300 yardas del famoso “Lucayan Beach Hotel”.
Reinado: Felipe III/IV (1598-1621 ó 1621-1665). Existe una duda razonable sobre el monarca que figura en la moneda, pues sabemos que el pecio data de, aproximadamente, el año 1628, por la fecha de la moneda más reciente de todas las encontradas a bordo del barco. Al establecer el rango de 1618 a 1628 puede coincidir con los últimos años del reinado de Felipe III o los primeros de Felipe IV. No obstante y, dados los demás ejemplares rescatados, es muy probable que se trate de Felipe IV.
Dinastía: Casa de Austria
Leyendas:Anv.: “
PHILIPPVS. III. (ó IIII) D. G. 16XX.” [NO VISIBLES] alrededor del escudo coronado con las armas de los territorios integrantes del Imperio español. A la izquierda del mismo, “
Mº” (ceca de México) y, debajo, “
D” (sigla del ensayador). A la derecha del escudo, el valor nominal “8” (Reales).
Rev.: “
HISPANIARUM ET INDIARVM REX” [NO VISIBLES] alrededor de la cruz de Jerusalén, rodeada por ocho lóbulos y guardando cuatro cuarteles con dos castillos y dos leones.
Observaciones: La moneda en cuestión presenta las oxidaciones propias de una moneda que ha permanecido casi 400 años bajo el mar y sometida a la acción constante de las finas arenas de la zona del naufragio, pero que a pesar de esto, no ha perdido cierta calidad de detalle que podemos observar (sobre todo en el anverso) y que demuestran que esta moneda en cuestión es un fiel testigo de la historia tanto española, como europea. Así y, dado que aún permanecen visibles algunos elementos significativos de esta moneda (escudo, ceca o ensayador), con las leyendas dañadas en ambas caras, estimo que presenta un “grado 3 o C” en lo referente al estado de conservación, como ya he señalado.
Información histórica: Inicialmente, se consideró el pecio como “desconocido”, primando posiblemente la explotación comercial de la carga, como tristemente sucede en muchos casos, sobre la información histórica que puede proporcionarnos desde su descubrimiento en 1964. Las últimas investigaciones relacionan el naufragio con la toma de la Flota española de 1628 en la Bahía de Matanzas (Cuba) por el Almirante y corsario holandés Piet Heyn, el cual dio parte de haber perdido dos de sus barcos durante la travesía de regreso a los Países Bajos, donde fue recibido con honores y en donde es considerado como un “héroe nacional”. Con estos datos, los comercializadores de estas monedas propusieron, inicialmente, tres candidatos para el este pecio en cuestión: el “Van Lynden”, el “Santa Gertrude” (o “Gertrudis”) y el “Romario”, pero con escasa evidencia arqueológica para asegurarlo con total seguridad debido a la ausencia total de trabajos profesionales al respecto. La investigación posterior en los archivos españoles, añadió un nuevo nombre para este enigma: el “Nuestra Señora de los Remedios”, hundida precisamente en ese área en torno al 1624, pero una revisión rápida de las piezas subastadas que vemos en los catálogos, confirma que algunas de las monedas recuperadas tenían claramente una fecha posterior a la del hundimiento. Una nueva misión de rescate, en la década de 1990 frente a la playa de “Lucayan Beach” arrojó material similar en lo relativo a las monedas recuperadas anteriormente, pero no se obtuvieron más pistas sobre la identidad del propio barco (o barcos). Prácticamente la totalidad de las monedas recuperadas, unas 10.000 macuquinas, han sido de 8 y 4 Reales mexicanos, atribuidas al ensayador Diego Godoy (letra “D”), algunas en muy buen estado y con la fecha visible. Por supuesto, los ejemplares que presentan estas condiciones extraordinarias, dadas las circunstancias, son considerados como “muy raras” y con remates muy elevados. A día de hoy, se sigue considerando válida la primera alternativa, relacionándola con alguno de los barcos de Heyn que perecieron cerca de las Bahamas cuando se dispuso a regresar a Europa con el cargamento apresado y así consta en el certificado de origen de esta pieza. Finalmente, no hay un pecio sin un litigio, el cual enfrentó a la empresa “Spink & Son” (Londres) en la década de 1960, durante años, con sus patrocinadores y las autoridades de las Bahamas por diferentes asuntos relacionados con el rescate, reparto y comercialización de las monedas del pecio.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.