HIGIENE

Pero llegan las últimas palabras del maestro: "Todos, a la limpieza de hoy. Las líneas uno y dos limpiarán el aula. Las líneas tres y cuatro, el pasillo y las escaleras; y la línea cinco limpiará los inodoros".



Dile tu eso a los escolares de aquí, te demandan por acoso psicológico, por explotador y por si alguno se hace un arañazo...

¿Y a quién no le ha venido bien una piedra redondita tras un apuro en mitad del campo?

Pues os cuento.

Yo nací en Granada y en mi casa de la calle Alhamar había un baño muy hermoso con véter, lavabo y bañera. Y usábamos papel higiénico del Elefante, que era el que había.

Sin embargo, mi abuela de Madrid, en esas mismas fechas, en su casa de la calle Cervantes (pleno centro, justo enfrente de las Cortes), tenía un cuartucho con una especie de pila de lavar en la que se aseaba por partes, como los gatos y un retrete de los de agujero en el suelo. y para limpiarse, guardaba periódicos que recortaba y papel de envolver de ese marrón. No fue hasta bien entrados los 60 en los que hizo obras y le pusieron lavabo, váter y ducha. Cuándo empezó a usar papel higiénico, no lo recuerdo.

Salud.

Buenas reflexiones.

Efectivamente nunca supimos el lado correcto, uno era una lija y el otro patinaba.

¡Qué asco!