1 Mark 1914A. Una moneda sin suerte.

El verano era la época del año que más les gustaba a Rudolf y a Evva. Ambos compartían desde muy pequeños este periodo de luz y felicidad en las montañas del sur del Imperio cerca de Munich su ciudad natal.
A Rudolf le unía las montañas con sus abuelos que vivían allí y a los que solamente visitaba en este periodo dado que el invierno lo pasaba en la ciudad estudiando y ayudando a su padre por las tardes en la botica que regentaban tanto su padre como su madre.
Evva sin embargo, era de esas pocas privilegiadas que poseían dos casas. Una en la ciudad con todas las comodidades del momento y otra en las montañas, cercana al pueblo donde vivían los abuelos de Rudolf.
Así pues desde muy pequeños compartieron juegos y confidencias. Eran más que buenos muchachos jugando, eran amigos. Rudolf tenía por aquel verano 17 años y Evva era un pelín mas jovencita, tenia 16. Pero en los veranos, no importaba quien fuese mayor y quien el pequeño, ambos se protegían jugando, riendo y contándose todo aquello que les había ocurrido durante la estación invernal. Es verdad que se mandaban cartas cada poco, pero el poder contarlo en persona les hacía especial ilusión.
Aquellos días de finales de julio sorprendieron a todo el pequeño pueblo. Hasta allí habían llegado las noticias del asesinato del heredero del Imperio vecino. El pueblo estaba como nervioso, algo presentían los mas viejos del lugar. De hecho el abuelo de Rudolf ya había luchado contra el Imperio Austrohúngaro cuando era joven dada la cercanía con el vecino y no estaba tranquilo con la muerte del joven heredero.
Rudolf y Evva continuaron con sus vacaciones como si nada hubiese ocurrido, como si el continente no estuviese a horas de comenzar su desangramiento. Ellos estaban  lo suyo. Cada tarde se la pasaban debajo de un pino frondoso riéndose sin parar. Cosas de la juventud.
Pero llego el día que el abuelo de Rudolf estaba esperando. No habían pasado ni un par de días desde que la noticia llego al pueblo, cuando varios soldados junto con un coronel que portaba su cruz de hierro de primera clase en el cuello, se presentaron en el pueblo alentando a los jóvenes a unirse al ejercito para acabar antes de las navidades con los "asquerosos franceses y sus amaneradas formas de vida". Justo lo que ningún vecino del tranquilo pueblo montañoso quería.
Rudolf escuchó las proclamas que el coronel realizaba con ese énfasis que solo un exaltado puede realizar, estaba más que convencido que su grandísima patria y su grandísimo ejercito aplastaría a todo aquél que se pusiese por delante. El joven Rudolf se convenció y dió su visto bueno al coronel para participar en la contienda, lo hacía de voluntad propia y con una sonrisa de oreja a oreja, su patriotismo era infrenable en aquél momento, se había convencido que el verano siguiente estaría hablando con Evva bajo aquel pino frondoso con una cruz de hierro y un uniforme militar.
Cuando se lo comentó a su abuelo éste no daba crédito a sus palabras. No sabía como expresarle a su nieto el gran error que era ir a la guerra. La tristeza es lo único que le invadió tras conocer la noticia al viejo de la familia.
Al día siguiente bajo aquel árbol símbolo de la amistad de los dos jóvenes bávaros, Rudolf le dió la noticia a Evva. Esta de repente se puso a llorar rogándole que no se alistase, que lo hiciese por ella, que no soportaría que algo le pasase en la contienda. Rudolf intento tranquilizarla pero no hubo manera , Evva no paraba de llorar y suplicar. En uno de esos amargos momentos de gran tristeza Evva cogió con sus manos la cara de Rudolf y entre sollozos le besó. Solo le dijo que si regresaba de aquella absurda guerra la buscara en Munich. Se levantó y se marcho llorando y corriendo.
Al día siguiente el carruaje del ejercito paso a recoger a los jóvenes muchachos del pueblo que se habían alistado. Todos cantaban de alegría y gritaban su patriotismo. Antes de subir al carruaje, Rudolf recibió una carta de Evva. En esa carta había una foto suya pintada con colores vivos y una moneda que siempre le había dado suerte a ella.
Rudolf expreso con una ligera lágrima la tristeza de separarse aquel verano de ella, pero tenía la certeza de que volvería para navidad, se lo había dicho el coronel.



Los dias pasaron y aunque Rudolf escribía una carta cada tres días, cuando llego el mes de septiembre su familia y Evva dejaron de recibir cartas de parte de Rudolf para solamente recibir la notificación de que había caído en un contrataque contra el ejercito francés que gloriosamente para el Imperio retrocedía posiciones como estaba previsto.
Un soldado raso se encargo de entregar las pocas pertenencias de Rudolf a sus padres entre las que se encontraba la foto sucia de barro y arrugada de Evva y aquella moneda que no dió la misma suerte al joven soldado.
Una vida entera por delante truncada por el simple hecho de creer en un patriotismo estúpido que le condujo a la muerte. Una vida sin Evva por culpa de un maldito coronel que engatusó con mentiras a los jóvenes de aquel pueblo tranquilo y sereno, donde la vida jamas volvería a ser igual sin sus muchachos.
La moneda de Evva....




5,55 gramos, 0.900 plata, 27 mm, 11.304.000 piezas.

Espero que os guste.
Un saludo

Como siempre un Magnifico relato
para presentarnos una Magnifica Moneda.
todo a la altura de su Magnifico Narrador.

Preciosa moneda para acompañar un relato entrañable, a medio camino entre el romanticismo de la juventud y el realismo de la guerra: ¡cuánto sabía el abuelo!
Un fuerte abrazo,

Muchísimas gracias amigos Sol Mar y Gobierno. Me alegra saber que os ha gustado mi relato.
Sol Mar exageras, ojalá fuera un buen narrador de verdad jeje
Gobierno, los mayores saben más por mayores que por diablos.
Un abrazo a ambos!!

Precioso relato para una preciosa moneda enhorabuena

Gracias amigo. Me alegra saberlo. Un abrazo

Da gusto leerte amigo. Que historia más bonita. Y que preciosa moneda imperial.

Otro relato amargo,como muchas historias de aquellos tiempos.
Me encanta compañero, pero ala vez me llena de pena, soy un blando.
La moneda muy bonita y el conjunto excelente.

Muchísimas gracias amigos Fredericus y Mail. Me alegra un montón saber que os gusta el relato. También tenéis razón, nunca cuento historias felicices... No se por que la verdad.
Muchas gracias amigos. Un fuerte abrazo!!

Grande @10 pfennig

Muchas gracias amigo extremeño!! Un abrazo fuerte.

@Benyusuf

Una moneda muy bonita y un relato muy bueno

Gracias amigo uruguayo!! Me alegra saber que te gusta!!
Un abrazo.

Hermosa pieza que compartimos en nuestras respectivas colecciones 10 pfennig !
Y un relato que de verdad me llegó al corazón, a mi también me sucede de imaginarme las mil historias que hay detrás de cada una de mis piezas. Trágicas, heroicas, de la vida cotidiana, absurdas, pero en fin, historias dentro de la Historia del Hombre, en las que estas preciosas piezas que tanto atesoramos han jugado siempre un papel clave.
Espero poder leer pronto más de estos relatos junto a tus bonitas piezas amigo !

Gracias @Numis1999
Me ha alegrado tu comentario...
¿Quieres leer más? Pues deseo concedido...
https://www.imperio-numismatico.com/t128488-un-periodico-una-carrera-una-moneda?highlight=Un+periodico

Fantástico relato y bonita moneda

Gracias por el relato, Pfennig. Una de las cosas que más me gusta de este vicio de las monedas es imaginar su presencia en los acontecimientos en los que han podido estar presentes. Por eso no compro nunca monedas sin circular, les falta haber "vivido".

Muchas gracias por vuestro comentario. 
La historia la escribí hace unos meses, pero al ver la del compañero Numis1999 me acordé de ella.
Me alegra que os guste!!
Un saludo.

Maestro, en tu línea con los relatos , además el Marco está de vicio

Gracias amigo!!
Lo de maestro se lo dejamos a los que de verdad lo son. Yo simplemente escribo lo primero que se me pasa por la cabeza jejeje
Un abrazo.

Vayaaaaaa.... esto lo vi en su día y como veo que no puse nada pues bueno, excelente relato. La moneda, de esas que tanto me gustan. Un saludo

Es que era muuu largo eeh!!
Me alegra que te guste tanto la historia como el humilde Mark de Evva!! 

A ver si saco de mi cabecita (bueno pequeña pequeña no es, mas bien lo contrario, la verdad ) alguna otra historia que quede chula y llegue a la gente!!

Un abrazo Socio.

Magnifico relato, esta moneda histórica tiene una compañía perfecta con él. Felicidades.