Lo prometido es deuda, ya me pasé por la Villa. Disfruté la visita desde antes de entrar, el yacimiento está ubicado en un pequeño valle con bastante vegetación y puntos de agua, y los pájaros estaban como locos, a destacar los rabilargos, los mosquiteros que ya van llegando y el canto de los ruiseñores. Recorrido por las tres zonas estudiadas por el momento, y lamentos por la falta de inversión de las administraciones superiores, se mantienen con un convenio universidad/ayuntamiento y excavan un mes al año. Al final, el pequeño centro de visitantes, muy decente, pero como en muchos otros, echo en falta una mejor visión de las monedas expuestas.