RELIQUIAS RELIGIOSAS INCREÍBLES, PERO MUY PRODUCTIVAS

RELIQUIAS RELIGIOSAS INCREÍBLES PERO MUY PRODUCTIVAS

Me atrevería a afirmar que superan los centenares de millones de euros, los que la denominada Iglesia Católica Cristiana recauda a lo largo del año con la estafa de las reliquias religiosas, lugares sagrados y fenómenos paranormales que se producen casi en cada iglesia. Somos de la opinión que no existe una sola reliquia católica-cristiana que responda  a una realidad histórica, ni soporte un estudio científico medio riguroso.

El engaño y la manipulación, a sabiendas, de la jerarquía eclesial sobre personas especialmente predispuestas a “la creencia” en general, propician este tipo de situaciones, que más deberían ser motivo de risa que de la pretendida admiración o devoción religiosa. Adelantemos un ejemplo: en iglesias católico-cristianas se veneran hasta catorce prepucios de cuando al niño Jesús de circuncidaron como judío. Ese trocito de piel del “niño”, en España se venera especialmente en la catedral de Santiago de Compostela, donde es una fuente de hacer dinero.  

Ya en la antigüedad (mundo romano) se decía que era casi imposible que dos “sacerdotes” se miraran a los ojos sin soltarse una carcajada: la superstición del pueblo llano era su fe, y me temo que para muchos el panorama no ha cambiado en absoluto y siguen a pies juntillas la planificación de las iglesias para llenar sus arcas. En el V Concilio de Cartago (año 397) se decretó que no sería consagrada ninguna nueva iglesia que no tuviera una reliquia en su altar. Las aberraciones que produciría este hecho no las superarían ni las mentes más  retorcidas. Allá cada cual, pues nosotros, incluso desde nuestra incredulidad más absoluta,  no queremos ser irrespetuosos, simplemente vamos a poner de manifiesto una realidad que va más allá de la curiosidad, que roza el delito de estafa y nos muestra a unos dirigentes religiosos rellenos de ambición.

Miles de dalmáticas, adornadas la mayoría de plata y oro, se reparten por todo el mundo, pero aquí nos vamos a dedicar especialmente a nuestra tierra: España, y ya no nos asusta nada cuando se le imponen medallas al mérito policial a vírgenes o cuando se ordena que las banderas se bajen a media asta los jueves de pasión.

Esa Iglesia intentó en el S. XVIII  a través del Concilio de Letrán que se prohibiera la veneración a aquellas reliquias que no tuvieran el “Certificado de Autenticidad” expedido por la autoridad del romano pontífice, por lo que hemos de suponer que todas las que en la actualidad están expuestas son auténticas. Veamos algunos ejemplos:

Trozos de la cruz donde murió Jesús. Hay varios cientos, pero destacamos el del Monasterio de Santo Toribio en Liébana (Cantabria-España). Martín Lutero (ese incrédulo) decía que si juntáramos todos los trozos de madera que se veneran por las iglesias de Europa con esta procedencia, se podría construir un barco que diera la vuelta al mundo.

Clavos de la cruz los tiene hasta un amigo mío y que consiguió que cierto obispo se los bendijera.

Griales, es decir, vasos que contuvieran la sangre de Jesús son famosos el de la catedral de Valencia, también el denominado de Doña Urraca, en la de León. Valencia es incleíble en esto de las reliquias religiosas, pues también, y entre otras muchas, conservan la toalla con la que Jesús enjugó los recién lavados pies de los apóstoles.

Espinas de la corona, las tienen en Valladolid los monjes del Cister, además de unos cuarenta lugares más repartidos por toda la geografía española. Al igual que ocurre con los dientes de leche del niño Jesús.

El mantel de la cena está en  la catedral de Coria (Cáceres-España), aunque hay hasta seis repartidos por todo el mundo y si están los manteles tampoco podían faltar las mesas, de las que también hay varias, como la de la catedral de Sevilla.

Oviedo en Asturias se lleva cierta palma en esto de objetos supeditados a culto y devoción, pues tiene el sudario, con el mismísimo rostro del Jesús ensangrentado, una caña de Pilatos, leche materna de la Virgen… y casi un centenar más.

Para no alargarnos demasiado, pues podemos rellenar varios libros y sacarle los colores a casi cada cura de parroquia, vamos pasar ya a otro tipo de reliquias religiosas, absurdas como ellas solas, pues vamos a dejar un tanto al lado aquellas macabras, como trozos de cueros cabelludos o mamas con cancer, pero no por eso menos veneradas.  

Unos pañales del niño Jesús son adorados en la catedral de Lérida (España). No sabemos si usados o no, pero durante la Guerra Civil Española (1936) unos republicanos casi los destruyen (“estos incrédulos”).

Las raspas de los peces multiplicados por Jesús.

Trece lentejas y algunos mendrugos de pan que les sobraron a los apóstoles en su última cena. (Oviedo-España).

Cordones umbilicales del “niño” hay, que se sepa, hasta tres.

En la catedral de Jaén (España) está el velo de la Virgen, pero debía tener más, pues hay otro en Sigüenza-Guadalajara.

Los valencianos exhiben también el vestido púrpura que Herodes regaló a Jesús. ¿?

El anillo nupcial de la Virgen está en Albacete (España) propiedad privada del arzobispo de Toledo. Es de suponer que se hizo de él en alguna desamortización.

Los Reyes de España tampoco se libran de reliquias absurdas, pues son propietarios de una paja del pesebre de Belén donde reposó el “niño”.

Estas son macabras, pues se trata de la oreja cortada de San Pedro, que también anda por ahí,  y, de hasta sesenta dedos del monstruito de  San Juan Bautista.

Dos pelos, uno de la Virgen y otro de la Magdalena están en Sangüesa-Navarra, que yo no quiero preguntar pero deben proceder de sus cabezas, pero es que hay también una pluma del Espíritu Santo, de cuando visitó a la Virgen a la dejó embarazada. Plumas, tenemos más, pues las hay también de S. Gabriel y de S. Miguel en Liria-Valencia.

No llegamos a entender cómo, pero alguien capturó un estornudo del Espíritu Santo, que se conserva en un frasquito junto a una botella que contiene a su vez un suspiro de San José, y que están depositados ni más ni menos que en el Sancta Sanctórum del mismísimo Vaticano.


Vamos a terminar ya, nuestra capacidad de almacenar asco por estas informaciones se nos ha acabado ya, pero la lista supera varios miles. Lo que sí queremos es terminar diciendo que los responsables de este desquicio folclórico no es el “niño” ni lo es Jesús ya de adulto. La falta de seriedad, la irresponsabilidad, la avaricia extrema, la estafa, el abuso sobre personas débiles mentalmente, muchas de ellas ancianas y enfermas deseosas de creer en algo que mejore sus vidas… esos responsables  no son otros que la jerarquía eclesiástica católico cristiana. Nosotros esperamos y deseamos que la cordura de un futuro Pontífice acabe con esa miseria intelectual, moral y social que están demostrando en la actualidad.

correcamino.

- Pues tienes razón Pedromarmol.

- Bien pensé que la legislación de tu enlace sería antigua, pero no, es de diciembre del año pasado. Vamos... ayer.

- En ella se prohibe el comercio de estas reliquias, pero es curioso, se hace sólo si es en sitios paganos o si ellos no lo autorizan. Ellos son los miembros de la Congregación para las Causas de los Santos.

- Lo que no sabía tampoco (mis lagunas culturales son enormes) es que hay reliquias de primera y reliquias de segunda. Vamos: Insignis y non insignis. En fin. UN SALUDO.