¡Muy interesante!
Sobre todo porque después, entre los símbolos del régimen, ya costaría volver a ver la simbología de los monárquicos y de Renovación Española.
Es un buen testimonio de como, a través del decreto de unificación, las derechas españolas quedaron fundidas en un partido monolítico en su imagen exterior pero que en su seno interno seguía dividido en "familias" que compitieron entre sí por las cotas de poder en los cuarenta años siguientes.
En el bando gubernamentalista hubo intentos de unificación, como los intentos del PCE de unificarse con el PSOE (similar a lo que ocurriría después en las repúblicas populares) pero no llegaron a fructificar más que en Cataluña y a nivel juventudes.
Claro, el hecho de unificar el partido también supuso la unificación de las milicias, que en el bando franquista se mantienen como un elemento semiautónomo respecto al ejército regular. Algo paradójico, ya que el ejército republicano, a pesar de su adjetivo de "popular", debe disolver las suyas por los problemas que traían los conflictos de intereses entre ellas. A veces no se tiene en cuenta por ciertos mitos que circulan por la derecha, pero el elemento "voluntario" se conservó durante más tiempo en las filas sublevadas que en las gubernamentales y en parte se debió al mantenimiento de las milicias de FET-JONS.