UNA NUEVA MONEDA CIRCULA EN EL PAIS DE LOS ANIMALES - EL DARIANO

Dos amigos, tan lejanos y tan cercanos, dos ecónomos de verdad toman nota de sus tesoros, pues con la plata baila el perro y toda su descendencia, y ha de quedar sustentada en esta historia numismática:

-Óigame, Tío Coyote, el Dariano es el nuevo billete que circuló a partir de ayer en el país de los animales y de la gente del pueblo.

Tiene un gran poder adquisitivo, porque con 20 darianos uno se compra dos novelas de Fátima Villalta y te sobra para pelarte la maceta y el gañote donde el barbero.

-¿Y qué? ¿Quieres decir que es mejor que el cacao? ¡Quién sabe!

-No, pues, lo que quiero decir es que se olvide de cacaos y tostones. Venga, le contaré la historia: Hace tiempalalales usaban como moneda el Cacao traído por los niquiranos. Uno andaba el cachipil de almendras en la pata para mercar la comida o la bebida. El Cacao se dividía en contle, igual a 40 almendras y 20 contles, formaban un xiquipil de 800 almendras. Una mano eran 5 granos de cacao, un quince, 15 granos y una carga que eran tres xiquipiles daban 2,400 granos de cacao.

Si cargaba el palo entero, era rico, porque un real de plata sencillo equivalía a 160 granos de cacao del bueno. Pero usted sabe, Tío Coyote, que cuando aparecieron los españoles la cosa cambió. El cacao escaseó y desapareció de las fincas. Te mataban por una almendra porque la mayoría la gastaba en chocolate o bebida del corazón. Usted sabe a qué me refiero… Aparecieron los tostones que era una moneda redonda de peso irregular, con el Escudo de Armas de Castilla en el anverso, la Corona Real en lo alto, y en lo bajo la leyenda “Carolus et Johanna Reyes Hispanorum et Indiorum”, y en el anverso dos columnas puestas sobre las olas del mar, bañándose mientras nadaban tranquilas.

-Pero, ¿qué tiene que ver eso conmigo? ¿Para qué me sirve todo esto?

-¡Ah, mire, Tío Coyote, hay mucho dinero por ahí, no se haga el tonto! Pero déjeme seguirle contado sobre los chancheros de Nicaragua y la región… De las Carolus surgieron las Macuquinas en 1928, los macacos que significan fealdad o deformación de su cuerpo y que llamaban moneda de la cruz o Vellón. Pero como la gente y los animales son cochinos y fraudulentos prohibieron su circulación en el país. Y nos quedamos sin reales, pues nos quedó solamente el talón cacao y otras veces, nada.

En 1714, Toribio Cosío propuso al rey Felipe, el Animoso, la creación de la Casa de la Moneda en Guatemala, pero la concedió en 1731, y cuarenta y dos años después aparecieron los Doblones de diez y seis escudos cada uno y nada se compraba con eso.

Mucho antes, en 1751, aparecieron las Columnarias, nombre que expresaban las dos columnas de Hércules. Dos años antes habían aparecido las Peluconas o de “busto” que llevaban la imagen del monarca y sustituyeron a las Columnarias.

Ya para la Independencia se emite una moneda con la matrona que simboliza la Historia y la alegoría de que “E1 libre ofrece paz, pero el siervo jamás”, luego, en 1924 apareció una nueva moneda con la cordillera de cinco volcanes y un sol como símbolo de emancipación y la ceiba, el árbol sagrado de los indígenas, la libertad. En 1839 las naciones cada uno tomó su camino y aparecieron “Las provisionales” moneda muy parecida a la centroamericana.

En 1878 apareció el Centavo que tuvo como antecedente el centavo de cobre del Mercado de León en 1859. Un año después apareció el Billete del Tesoro, que luego cambiaron por billetes litografiados. En 1888 no solo Azul abrió sus puertas, sino el primer Banco de Nicaragua.

Después se fundó en León el Banco Agrícola Mercantil, que por falta de pago de sus deudores quebró, y los billetes fueron incautados en 1896 al estallar la revolución contra Zelaya, quien desconoció los llamados “chancheros” o “guacamoles”. Pero los patrones tenían sus monedas particulares llamadas “Contraseñas” para pagar a sus mozos.

El 20 de marzo de 1912 con Adolfo Díaz, apareció el Córdoba en homenaje al conquistador, y durante los primeros 20 años un peso equivalía a un dólar. En 1940 Tacho lo reformó y aparecieron monedas de níquel. Y el Córdoba se hizo chanchero en 1988 y dos años después, Córdoba Oro de cerdo.

-¿Y por qué no le cambian el nombre? -preguntó Tío Coyote.

-¡Ay, Tío Coyote -dijo el conejo- yo qué sé! Lo único que sé es que por estar hablando babosadas me dio hambre y sed. Y usted me quiere comer como si valiera un dariano mi vida. Mejor me voy, no vaya ser que a usted se le suelten los tigres del norte de su panza y me devore aquí nomás.

Telica, 27 de marzo, 2012
* Escritor y docente

Un Abrazo y Bendiciones a todos.
Roberto.