Voy a narraros la famosa leyenda de la Cabeza del Rey Don Pedro que se cuenta en Sevilla, tal y como me la contaron a mí. . Esta leyenda se refiere al rey Pedro I , y para quien necesite refrescar un poco la memoria acerca de quien era este rey daré unos cuantos datos para ponernos en situación.
Pedro I de Castilla, apodado por sus detractores el Cruel y por sus partidarios el Justiciero. Nació el 30 de Agosto de 1334 en Burgos, hijo de Alfonso XI el Justiciero y María de Portugal, fue rey de León y de Castilla . Fue el último rey de la Casa Borgoña.
Al poco tiempo de ocupar el trono, tuvo que enfrentarse en una rebelión de su hermano bastardo , Enrique de Trastámara .
Este rey fijó su residencia y pasó mucho tiempo viviendo en Sevilla y por tanto circulan muchas leyendas sobre este monarca en la ciudad.
Como en casi todas las leyendas hay variaciones depende de quien te cuente la historia , yo voy a relataros la que a mi me contaron y que luego yo he ido completando con datos que he leído en varios sitios.
De este rey era conocido que tenía un defecto y es que le sonaban las rodillas al andar ,se decía de él que le crujían como si fuesen nueces. Se piensa que debido a una parálisis que tuvo de pequeño, y que hizo que algunas partes del cuerpo no se terminaran de desarrollar con normalidad (esto se ha podido comprobar estudiando los restos).
Una noche se produjo una trifulca en una de las calles de Sevilla, dos hombres entraron en armas resultando muerto uno de ellos. Uno de estos hombres era Pedro I, unos dicen que esta noche salió por líos de faldas, otros cuentan que por desafiar al entonces alcalde de la ciudad Domingo Cerón, quien afirmaba que en la ciudad no se cometía ningún delito que quedase sin castigo y que el monarca lo quiso comprobar.
Lo cierto es que sea por el motivo que fuere, el rey iba de noche envuelto en su capa cuando se encontró con un enemigo suyo, hijo del conde de niebla, el cual apoyaba a su hermano, Enrique de Trastámara ,en la pretensión de Enrique de quitarle el trono a Pedro I.
El ruido que hacía la lucha en el silencio de la noche, despertó a una anciana, la cual quiso asomarse a la ventana y alumbrando con su candil pretendía ver lo que sucedía . Quiso el destino que fuese testigo de como uno de los dos hombres en ese momento mataba a su oponente. Al fijarse en el individuo que mató al otro, la anciana reconoció al mismísimo rey, era de tez blanca, rubio y se sonaban las rodillas de una forma muy exagerada al andar.
La anciana ante el descubrimiento le entró el pánico y quiso volverse rápidamente para adentro, pero la torpeza por los nervios le hizo que se le cayera el candil, justo al lado del muerto. Poco después escuchó como se alejaba el rey, podía incluso oír como le crujían las rodillas al andar.
Al encontrar el candil al lado del difunto y hacer las oportunas averiguaciones de a quien pertenecía este, la anciana fue llevada a presencia del rey por los alguaciles. Al ser el muerto una persona muy influyente de Sevilla familia de los Guzmanes. El rey prometió hacer todo lo posible por encontrar al culpable y concluyó: "Cuando se halle al culpable, haré poner su cabeza en el lugar de la muerte".
Por mucho que los alguaciles y el mismísimo alcalde Cerón interrogaron a la anciana no consiguieron sacar prenda de esta. Admitió haber visto lo sucedido pero se negó rotundamente a contarlo.
En un momento, el rey llamó a la anciana a su presencia y le dijo al oído "Di a quien vistes y no te ocurrirá nada te doy mi palabra". La anciana ante la promesa del rey se tranquilizó y pidió a este que le trajesen un espejo. Se situó justo delante del rey con el espejo frente a este y le dijo"Aquí tenéis a vuestro asesino".
El rey digamos que cumplió a su manera la promesa de cortar la cabeza del asesino. Mandó colocar una caja de madera en la cual se guardaba la cabeza del asesino y ordenó que esta no se abriese hasta el día de su muerte. Al morir Pedro I se abrió la caja y cual fue la sorpresa de todos al encontrar en ella un busto del monarca realizado en barro.
La cabeza desde entonces permanece en una hornacina , en la calle Cabeza del Rey Don Pedro de Sevilla, a la cual le pusieron dicho nombre en honor a esta historia. Hoy en día se puede contemplar el busto del escultor Marcos Cabrera, que realizó a finales del siglo XVI y que sustituyó a la primitiva cabeza de barro que fue colocada por el propio rey reconociendo así el crimen cometido .
Como quiera que a veces el destino es caprichoso y parece dar a cada uno lo suyo , hay que fijarse en el curioso final que le esperaba a Pedro I.
En Marzo de 1369 nuestro rey , resulta que partió de Sevilla rumbo a Toledo para acabar una revuelta . En el campo de Calatrava le esperaba su hermano Enrique. El ejercito de Pedro tiene una estrepitosa derrota y se ve obligado a buscar refugio en el castillo de Montiel. Una vez allí intenta sobornar a Du Guesclin, hombre de confianza de Enrique ofreciéndole villas y otras riquezas para ponerlo a su favor, y que lo dejase escapar. Este parece aceptar y queda con Pedro en su tienda de campaña en la cual le esperaba Enrique de Trastámara. Se ensalzaron en una lucha en la cual dicen que iba ganando Pedro I , pero Du Guesclin ayudó a Enrique , y este consiguió matar a Pedro I.
A Pedro I le cortaron la cabeza y la colgaron en la almena del castillo, como si el destino le hubiera obligado al final a cumplir su palabra. Por fin la cabeza del asesino fue cortada y expuesta públicamente.
Espero que os haya gustado esta antigua leyenda y perdón por la perolata