Puede que tengais razón, no lo se. Pero en esta noticia aparece un sastre Garrido de Cadiz que por la edad del protagonista tiene que se de mediados del siglo XX.
http://www.gentedecadiz.com/?p=718039. PEPE BERENGUER. Una vida pendiente del hilo
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2009
José Berenguer en su taller, con un marsellés hilvanado.
José Berenguer Soto, Pepe para todos, nació en el número 54 de la calle de San José y fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo. Cuando era niño, en unas vacaciones, su padre lo metió en un taller de sastrería para que no anduviera por la calle jugando a la pelota. Desde entonces ha vivido entre patrones, varas de medir, jaboncillos y paños finos. Es el último de una serie inmemorial de gaditanos que se han dedicado a la sastrería que lleva toda una vida pendiente del hilo.
Estamos en unos tiempos en que los caballeros van perdiendo una serie de placeres, incompatibles con la vida moderna y superfluos; casi inasumibles en estos tiempos. Y con el escape de esos placeres asociados al lujo cotidiano también se pierden artesanías e incluso artes. La alta sastrería es un lujo para el usuario, una artesanía para el taller y un arte para el maestro sastre. Salvando las distancias, como un buen afeitado con las finas manos de un maestro barbero, o como el que proporciona un zapatero a medida o la sombrerería, porque andar cubierto además de un placer incomprendido desde una perspectiva palurda, es una sana medida para el bienestar corporal, en verano y en invierno. Placeres como fumar un habano en tertulia en la butaca de cuero de un añejo casino, o como hacer encuadernar un libro para beber Oporto leyendo las “Tradiciones peruanas” de Ricardo Palma en la edición de cuatro tomos de Montaner.
Un día muy especial para Pepe Berenguer y Manoli Jiménez, su boda en el Ayuntamiento de Vejer. En la foto la pareja posa con el alcalde de Vejer Jesús Verdú, que ofició la ceremonia, y un grupo de amigos entre los que se encuentran el pianista Felipe Campuzano, los autores carnavalescos Lama y Martínez Ares y el popular “Pito de Cádiz”.
Uno de esos placeres es la sastrería a medida y en Cádiz hubo gran tradición en el bien vestir: elegancia y calidad. Basta leer las mercaderías que llegaban a las firmas de comercio y entraban y salían en los libros de las Casas Consignatarias o Cargadores de Indias –desde el siglo XVII hasta el siglo XX- para encontrar lo mejor de la pañería de ambas orillas: ruanes de Francia, tweds y franelas inglesas, telas de Mulhouse, sedas chinas, algodón de la India, terciopelos italianos, paños de Tarrasa o Béjar…
En ese universo estaba el paraíso que hoy se va perdiendo donde se ha movido Pepe Berenguer. Aprendió el oficio en aquel taller donde entró de niño y se quedó prendado de esta profesión. Era el taller del maestro
Manolo Garrido: “–Eran 22 mujeres, dos planchadores, el maestro y yo. Trabajamos con los mejores sastres de Cádiz: Santiago Asencio, Solves, Merchán, Sánchez o Jerónimo Bocuñano, para mí un maestro, un artista, que adaptaba la prueba al cuerpo de una manera magistral. Yo le he visto probar con la misma guerrera a cuatro caballeros y sacarle a cada uno la suya perfecta. Además era del toro, con el conocí yo al matador de toros Manolo González y vestía a César Girón y a sus hermanos y cuando un sastre cose para un torero es diferente ya todo lo que hace”.