Estudio monográfico: Las monedas de Alfonso XII (1875-1885)

Con el pronunciamiento militar del General Arsenio Martínez-Campos a favor del hijo de Isabel II, el 29 de diciembre de 1874 en Sagunto (Valencia), daba comienzo la Restauración Borbónica. Alfonso hizo su entrada triunfal en Madrid el 15 de enero de 1875 y fue proclamado por las Cortes Españolas como nuevo Rey de España. Se iniciaba el reinado de Alfonso XII dando así por concluido el periodo histórico conocido como Sexenio Revolucionario.

Hasta la llegada y proclamación del joven monarca se constituyó, el 31 de diciembre de 1874, un Ministerio-Regencia presidido por D. Antonio Cánovas del Castillo, el gran artífice de la Restauración Borbónica. Una de las primeras medidas fue la restitución de los símbolos monárquicos tradicionales de España. Esto se puede ver en el Decreto de 6 de Enero de 1875:

“Proclamado Rey de España Don Alfonso XII por el voto unánime de la nación y el ejército, natural es que se restablezca el Escudo Real en las banderas y estandartes de mar y tierra; en la moneda, los timbres y donde quiera que se ostentasen por ley o costumbre sus gloriosos blasones antes que en parte los hicieran desaparecer las pasadas discordias. Inútil sería detenerse a justificar una disposición tan claramente reclamada por las nuevas circunstancias en que el país se encuentra, y tan de acuerdo sin duda con los votos de los españoles, deseoso de volver a la institución monárquica su antiguo y necesario prestigio y sus símbolos históricos. El restablecimiento del antiguo escudo de la Monarquía española es consecuencia indeclinable de la proclamación del Rey Don Alfonso; y por tanto, el Ministerio de Regencia ha tenido a bien decretar lo siguiente:

Artículo 1: La Corona Real y el escudo de armas de la Monarquía española, en la forma y con los emblemas que tuvo hasta el 29 de Setiembre de 1868, se restablecerán desde la fecha del presente decreto en las banderas y estandartes del Ejército y Armada, así como en la moneda, en los sellos y documentos oficiales y en todos los casos anteriormente sancionados por Ley o costumbre.

Artículo 2: Los diversos Ministerios cuidarán del puntual e inmediato cumplimiento del presente decreto.

Madrid seis de Enero de mil ochocientos setenta y cinco.



Vuelta a estos escudos:

Desde ese momento quedaba derogada toda la simbología creada durante el Sexenio Revolucionario; se vuelve como punto de partida al último día de reinado de Isabel II, 29 de septiembre de 1868, pues como el mismo Cánovas decía: “tras el paréntesis del Sexenio, la Historia de España continua.”

Con respecto al numerario, pese a reinar ya Alfonso XII, no se detendría la acuñación de monedas de 5 Pesetas a nombre de Amadeo I hasta el 4 de mayo de 1875; en estos cinco meses de acuñaciones a nombre del rey italiano la tirada fue de 2.394.120 monedas.
Por Real Orden de 6 de abril de 1875 se aprobó el busto que debían presentar las monedas de 5 Pesetas a nombre del nuevo monarca borbónico y por otra Real Orden de 4 de mayo de 1875 se aprobaron los cuños para la elaboración de las 5 Pesetas. Hasta mayo, por tanto, no se inician las labores de producción de las primeras monedas a nombre de Alfonso XII.

En el anverso de estas piezas podemos ver la leyenda:

Por segunda vez, desde Amadeo I, en una moneda a nombre de un Rey de España no se incluye la leyenda: “POR LA GRACIA DE DIOS” y tampoco aparece la leyenda: “CONSTITUCIONAL”, ya que aún no había oficialmente nueva Constitución pues no se había elaborado siquiera.

En el reverso podemos ver la leyenda:


Esta inscripción del reverso recuerda a las emisiones del Gobierno Provisional y Amadeo I, que contienen ley y peso de la moneda. Para este tipo de leyenda se siguió el Decreto de 19 de octubre de 1868. El peso de la moneda, 25 gramos, y diámetro de 37 mm, de acuerdo con los cánones internacionales que seguían los países firmantes de la Unión Monetaria Latina.

El escudo de España presentado en el reverso de estas acuñaciones es el tradicional del reino peninsular, histórico en las monedas borbónicas con la inclusión del escusón con las tres flores de lis, distintivo de la dinastía Borbón. La vuelta a la antigua simbología viene recogida en el ya indicado anteriormente Decreto de 6 de enero de 1875.

El canto de las monedas continuó con la leyenda de los duros de Amadeo:


El diseño del busto de esta moneda fue obra de Don Gregorio Sellán y González, grabador principal de la Casa de la Moneda de Madrid, que retrató al monarca con 17 años. Los ensayadores (D.E.) fueron Eduardo Díaz Pimienta, Julio de Escosura Tablares, y Juez de Balanza: (M.) Ángel Mendoza Ordóñez, que ya venían trabajando, según se pueden ver en los duros de Amadeo, desde 1873. La fabricación, según registro, fue para 1875 de 8.641.000 monedas y de 8.547.961 para 1876.

Este diseño de moneda se acuñó sin variación en los años 1875 y 1876, con la particularidad de que sólo existe este busto en las 5 Pesetas. Estas monedas preconstitucionales, como apunta el Profesor Dr. Don José María de Francisco Olmos en su estudio monográfico sobre La Peseta, “fueron piezas de pura propaganda política y de ensalzamiento del nuevo monarca”.

PARTE II: LAS MONEDAS CONSTITUCIONALES DE ALFONSO XII (1876-1880)

Con la jura y promulgación de la nueva Constitución, el 30 de junio de 1876, se inicia la monarquía constitucional de Alfonso XII en España. Para adecuarse a la nueva situación de constitucionalidad del país se abordaron las oportunas reformas monetarias.

Por Real Orden de 22 de Agosto de 1876 se actualiza el rostro del Rey, se cambia la leyenda, el escudo nacional y el canto para las monedas de plata y oro.

En este nuevo diseño, el rostro del Rey aparece más maduro que con respecto al anterior; en ésta el monarca es representado a la edad de 18 años con una visible variación en el peinado.

En el anverso de estas monedas se puede leer:

Vuelve la legitimización divina y tradicional de los monarcas españoles una vez más al monetario tras su ausencia en los duros de 1875 y 1876.

En el reverso se observa:


Alfonso XII se convierte oficialmente en Rey legítimo por la Constitución del 76 (“Artículo 59: El Rey legítimo de España es Don Alfonso XII de Borbón”). Desaparece la leyenda de ley y peso. Peso y diámetro sin variación.

El escudo de España cambia radicalmente en las monedas pues se adopta el creado por el Gobierno Provisional con la inclusión de la corona real y el escusón borbónico. Se pasa del escudo tradicional patrio (ver escudos en la Parte I) a un escudo que engloba los cinco reinos históricos peninsulares: Castilla, León, Aragón, Navarra y Granada.

La decisión de aceptar esta simbología del régimen anterior puede ser debido al talante conciliador que se quiere de la nueva monarquía, ya que Alfonso XII llegó a una España con una guerra abierta en Cuba, una recién terminada con el Cantón de Cartagena (Murcia) y el país en plena guerra civil con la llamada Tercera Guerra Carlista. Con el nuevo Rey terminarían todas las guerras abiertas, este hecho le valió el sobrenombre a Alfonso de "El Pacificador". Además la política canovista devolvió a la nación su estabilidad política, económica y social, perdida durante el Sexenio. Muchos militares y políticos de la España Alfonsina habían ascendido y hecho carrera bajo el Sexenio Revolucionario por lo que una vuelta estricta al régimen constitucional isabelino era desaconsejable. Era más prudente para el buen camino de la nueva monarquía aceptar los progresos liberales alcanzados hasta la fecha para así cobijar a todos los españoles bajo su real manto. También influye en la adopción de la simbología del Sexenio para las monedas el hecho de que el pretendiente carlista, Carlos VII, se apropió de las señas tradicionales como así puede verse en sus monedas. Aceptar el nuevo diseño en el numerario implicaba diferenciarse de los carlistas, ya que estos abogaban por una monarquía antiliberal y tradicionalista mientras que la Alfonsina por una liberal y constitucional.

Las únicas monedas acuñadas en 1876 con el nuevo diseño, según la Real Orden citada anteriormente, fueron 1 Peseta y 25 Pesetas. Para los duros habrá que esperar hasta la Real Orden de 19 de febrero de 1877 en que se aprobaron los cuños para la producción de las 5 Pesetas.

En el canto de estas monedas constitucionales no viene reflejada la leyenda: JUSTICIA Y LIBERTAD, cambia a 27 flores de Lis en tres grupos (nueve por cada una de las piezas de la virola) para las monedas de 5, 10 y 25 Pesetas mientras que para el resto (1 y 2 Pesetas) el canto es estriado y liso en los céntimos.

El 21 de marzo de 1877 se autorizó la puesta en circulación de la primera remesa, 24.154 duros, según el nuevo diseño. Este tipo de diseño se acuñó hasta 1881. Con respecto al oro, se hicieron monedas de 10 Pesetas desde 1878 a 1879 y de 25 Pesetas de 1876 a 1881.

Una vez reguladas las acuñaciones para plata y oro, llegó el turno de la moneda de calderilla, es decir, los Céntimos de Pesetas. Según la Real Orden de 20 de julio de 1877 se puede leer:

“Excmo. Sr.: Debiendo continuar la acuñación de la moneda de bronce del sistema monetario vigente, o sea el decretado en 19 de octubre de 1868, pero con el busto del Monarca según dispone el art. 54 de la Constitución el Estado, S.M. el REY (Q.D.G) se ha servido mandar que sin demora se proceda por el departamento del grabado de esa Casa a hacer el cuño de las monedas de 10 y de 5 Céntimos de peseta; debiendo sujetarse por ello a las prescripcriciones contenida en la Real orden de 22 de Agosto de 1876 sobre las reglas que debían observarse en las acuñaciones de monedas de oro y plata, sin más diferencias siguientes:

Primera: El busto que han de ostentar en el anverso será presentado por su lado derecho.

Segunda: El escudo de armas que ha de figurar en el reverso no tendrá el manto que aparece en el de las de oro ni las columnas que tiene el de las de plata, pero llevará alrededor una corona abierta de laurel.

Tercera: El canto será liso.

Y cuarta: El valor de la moneda se expresará en céntimos de peseta.

De Real orden lo digo a V.E. para su cumplimiento. Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid 20 de julio de 1877.


Sr. Superintendente de la Casa de Moneda de esta Corte.”

El resultado según lo ordenado fue el siguiente:

Estas monedas fueron acuñadas en Barcelona, siguiendo lo dicho en la Real Orden, desde 1877 a 1879 por la empresa privada Oeschger, Mesdach & Cía. Esta prestigiosa y fiable empresa privada, unida al sistema monetario de cobre español desde 1865, presenta sus siglas OM en todas las monedas de Céntimos. Estas piezas se caracterizan por su enorme calidad y acabado. En estas monedas se puede ver como el busto de Alfonso XII difiere ligeramente del mostrado en las piezas de plata y oro. En los céntimos se entrevé una patilla larga, inexistente en el diseño anterior. El grabador Gregorio Sellán realizó un nuevo retrato del Rey para esta empresa y supo recoger en dos bustos prácticamente simultáneos (1876-1877) la evolución física del rostro del monarca, ya que Alfonso XII se empezó a dejar barba y bigote. También realizó otro busto, único en diseño, para las monedas de 2 Pesetas en 1879 donde se observa al Rey con bigote incipiente y una gruesa patilla. La evolución de las patillas de Alfonso XII puede verse en el post: LAS PATILLAS DEL REY ALFONSO XII.

Por Real Orden de 11 de noviembre de 1877 se autoriza la puesta en circulación de la primera remesa (2.499.549 piezas) de monedas de bronce de 10 Céntimos.

En la época aún era relativamente común ver circulando monedas de bronce de Fernando VII e Isabel II en valor de maravedís, céntimos de real, céntimos de escudo, etc. Esta disparidad de numerario hizo que, con la implantación de la peseta como nueva moneda nacional desde 1868, se decretara la recogida de toda la calderilla anterior al nuevo sistema monetario como así se puede leer en la Real Orden de 8 de mayo de 1878:

“Excmo. Sr.: Para acelerar la recogida y acuñación de las monedas de cobre anteriores al sistema monetario actual, disminuir la excesiva abundancia de las que circulan en Madrid de todas clases, y separar de la circulación las falsas que sean presentadas en las Cajas publicas, S. M. el REY (Q. D. G.) se ha servido adoptar las resoluciones siguientes:

1º Desde hoy hasta nueva orden la Tesorería Central y la Caja do la Administración económica de la provincia de Madrid admitirán en toda clase de pagos, sin limitación de cantidad, y retendrán en su poder para que sean remitidas para su reacuñación  a Barcelona, todas las monedas de cobre y bronce correspondientes a sistemas monetarios anteriores al decretado en 19 de Octubre de 1868.

2º Todas las monedas de cobre y bronce que se presenten en ambas Cajas se reconocerán delante de sus presentadores, y las que resultaren falsas les serán devueltas después de cortarlas en dos o más pedazos, en ninguno de los cuales podrá quedar más de las dos terceras partes de la pieza así inutilizada.

De Real orden lo digo a V. E. a fin de que adopte o proponga las medidas oportunas para su cumplimiento. Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid 8 de Mayo de 1878.



Sr. Director general del Tesoro público.”

Los ensayadores y juez de balanza para este busto de Alfonso XII en plata y oro fueron:

- Para los años de 1876 a 1878: Eduardo Díaz Pimienta, Julio de Escosura Tablares y Ángel Mendoza Ordóñez (D.E.M).
- Para los años de 1878 a 1879: Julio Escosura Tablares, Mauricio Morejón Bueno y Ángel Mendoza Ordóñez (E.M.M.).
- Para el año de 1880 a 1881: Mauricio Morejón Bueno, Pablo Salas Gabarell y Ángel Mendoza Ordóñez (M.S.M.). Estas siglas continuaron sin variación hasta el final del reinado.

En resumen, estas piezas legitiman, por gracia divina y constitucional, el reinado de Alfonso XII. Unen lo nuevo de la monarquía y lo heredado del Sexenio Revolucionario, sin olvidar la simbología clásica tradicional de los Reyes de España. Son las primeras monedas de corte constitucional a nombre de un Rey de la dinastía de Borbón-Anjou desde 1868. Se elaboraron con estos bustos monedas de 5 y 10 Céntimos, 1, 2, 5, 10 y 25 Pesetas.

En 1880 sólo se acuñan monedas de 25 Pesetas según el retrato aprobado en 1876 y piezas de 50 Céntimos con el nuevo y último diseño del busto del monarca con bigote y barba a la edad de 24 años realizado también por D. Gregorio Sellán. Las monedas de 50 Céntimos fueron las grandes olvidadas durante los primeros cinco años de reinado; en 1880, la necesidad de esta moneda menuda para el comercio diario hizo que incluso se suspendiera la acuñación de moneda de oro para acuñar esta fracción de peseta. Esto puede leerse en la Real Orden de 5 de enero de 1880:

“Excmo. Sr.: A fin de dar gran impulso a la acuñación de monedas de 50 céntimos de peseta, cuya escasez en la circulación se nota actualmente, S.M. el REY (Q.D.G) se ha servido a disponer que en cuanto termine la acuñación de las pastas de oro que estén ya presentadas en ese establecimiento y de las que se presenten antes del 20 del corriente, se suspenda por ahora la fabricación de moneda de oro.
Lo que de Real orden participo a V.E. para su conocimiento y efectos consiguientes. Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid 5 de Enero de 1880.


Sr. Superintendente de la Casa de Moneda de esta Corte.”

No hay variación de leyenda en estas monedas, el canto es estriado. Se acuñaron de 1880 a 1885.

Alfonso XII luce en estas monedas al estilo de los emperadores centroeuropeos Guillermo I de Alemania y Francisco José I de Austria-Hungría. Quizás la influencia en esta estética de barba y bigote vino con la llegada a la Corte Española de la segunda esposa de Alfonso XII, la Reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, pariente del emperador austrohúngaro. Sea como fuere, fue un estilo muy de moda en último tercio de siglo XIX. Este diseño ha dado a las monedas del Rey de España un toque decimonónico inconfundible y es uno de los bustos más bellos acuñados en la historia de la Peseta.

Para ver el nuevo retrato del monarca en las monedas de 1, 2, 5 y 25 Pesetas hubo que esperar hasta la Real Orden de 14 de febrero de 1881. Estas monedas se acuñaron sin variaciones hasta 1885.

El 25 de noviembre de 1885 muere Alfonso XII en el Palacio de El Pardo a causa de la tuberculosis. Faltaban tres días para que hubiese cumplido los 28 años. La viuda, la Reina María Cristina, estaba embarazada de tres meses. Por tanto, se decidió esperar y no acuñar moneda a nombre de la Princesa de Asturias, María de las Mercedes, como Reina de España hasta el nacimiento del hijo póstumo de Alfonso, ya que si era varón sería el nuevo Rey desde su nacimiento. Se decretó seguir provisionalmente con la acuñación a nombre de Alfonso XII, sin variar la fecha de 1885, pues no era correcto abrir nuevos cuños para 1886, ya que el monarca había fallecido. Como se ha dicho, se dejó la fecha 1885 invariable y en las estrellas se grabaron los años reales de acuñación: 18-86 y 18-87. Finalmente, el 17 de mayo de 1886 nació el nuevo Rey de España, Alfonso XIII, y hasta la Real Orden de 9 de agosto de 1887 no se dispondría la acuñación de moneda de oro y plata a su nombre. De esta manera da por concluido el sistema monetario a nombre de Alfonso XII tras diez años de reinado.

Bibliografía numismática consultada:

-Historia de la Peseta. Autor: José María Aledón.
-Antecedentes del sistema monetario de la peseta. Autor: Javier de Santiago Fernández.
-La Peseta: Nueva unidad monetaria y medio de propaganda política (1868-1936). Autor: José María de Francisco Olmos.
-Las Monedas Españolas de la Edad Contemporánea, desde Carlos IV a Juan Carlos I. Autores: Adolfo, Clemente y Juan Cayón.
-Blog numismático: Grabadores, Ensayadores y Juez de Balanza. Autor: Adolfo Ruiz Calleja.
-Las acuñaciones de duros en el sistema monetario de 1868. Autor: Rafael Sabau.
-Colecciones históricas. Gaceta de Madrid (1661-1959). Ministerio de la Presidencia.