Hablando en plata...
La tradición griega y la vergüenza en el mundo romano.
La fotografía de la moneda que nos muestra Rober, habla el lenguaje de la plata, y utiliza una iconografia en gran parte compartida con el bronce, aunque con detalles de índole epistemológico, mantiene la estética del diseño en verso Alejandrino.
En anverso vemos al hombre típico enlazado con la señora en su cabeza y en reverso vemos a la señora reposando con la rama de acedera en su mano, como abanicándose. Quizá le esté preparando una guirnalda de flores a su amigo.
No distinguimos bien la clase de flor que se nos muestra y que suponemos identificada por los botánicos de la flora romana.
Lo que nos interesa a nosotros es plantear el hipertexto en reverso, a través del diseño, introduciendo en medio de los dos discursos laterales la poesía de la imagen, en un cierto orden, de derecha a izquierda, examinando sus elementos, para definir una burbuja lingüística.
En principio, el ramo (agd), visto como una ofrenda a su compañero, representado en el lazo en anverso, nos sirve para iniciar por la derecha, en su mano (yd) y a continuación introducimos la figura de la señora (gçr), consideramos la silla como el modelo jyta, (aunque luego veremos los detalles de la sillería) y a continuación le damos el valor sade a la punta de su puya y acabamos con su mano arriba, para enlazar el inicio del siguiente discurso.
Hemos creado una burbuja poética enlazando discurso textual y diseño, pero primero hemos definido un espacio determinado entre el texto y la poesía de la imagen, de forma que vemos un discurso más amplio, que luego iremos corrigiendo y ampliando.
Debemos valorar que el diseño y el texto se engarzan en la obra de arte y el discurso parece engarzado; pero no es así, ya que se nos plantea el problema de la situación del ramo en su mano, y el lugar que determina en su punta puede ser el lugar del enlace, de forma que nuestra propuesta de hipertexto se ve alterada.
En anverso hemos separado las dos aggadah, dejando aislada sade en medio y en reverso hemos situado en inicio la sade, pero vemos que el lugar de nuestro ramo o de todo nuestro paréntesis en el discurso puede estar entre sade y yod, de modo que tendríamos el inicio de sintagma modificado así: z--_agdyt. Planteamos que este lazo tiene un doble engarce en el discurso, por un lado, con su punta enlaza el discurso lateral y por otro lado engarza el propio discurso del diseño, es decir, se multiplica e iguala el número de lazos en anverso.
Y vamos al tema de la silla. Las sillas en la historia de la sillería encierran muchas sorpresas en su seno y aunque las podemos definir como monogramas jyta en general, después se debe atender a todo lo que llevan en cada pata, de modo que plantean combinaciones de monogramas alojados debajo, como escupideras y patas con trabajos de moldura.
Aquí observamos que cada pata aguanta su sade, al igual que la puya de la señora, de forma que debemos transcribir dos sades y podemos hacerlo en diversas secuencias, una considerando mayor a menor jzz, sería la más correcta; pero si los tramos los vemos en orden de aparición, primero ascenderemos por una de las patas, recogeremos después el reposadero y bajaremos definiendo jyta y sólo al final, habremos definido sade; la secuencia sería zjz, ocupando jyta el intermedio.
Aquí, por suerte, no tenemos el monograma de la escupidera, que bien podría estar como adherida a la silla, pero damos gracias por ello, porque no nos complica ´más la lectura de la silla. Además aquí tampoco tenemos la típica taza de water, de forma que dejamos la silla al margen.
Hemos pasado por entre las piernas de la señora y no hemos señalado nada, sin embargo, su diseño podría corresponder a dalet, de forma que se podrían introducir en el discurso, entre su mano y la silla. La duda surge por la tradición griega de asignar un signo a la posición de las piernas de Alejandro el Magno en sus Tetradracmas y en sus Tetra drammas, y en casi todos sus sainetes, de forma que esta tradición también podría seguirse, y aunque allí tenían valor res, en éste caso podríamos pensar en asignarles el valor formal de dalet, dado el diseño de falda. La duda se plantea porque en aquel tiempo todos conocen el alefato antiguo de todos los demás.
Y en su mano derecha, a nuestra izquierda, hemos leído sade en la puya y enlazado su mano arriba, pero no hemos definido la posición de su brazo. Aunque éstas posiciones puedan resultar engañosas, definen de hecho en la mayoría de las ocasiones una qof, no sólo por el pequeño ángulo que crean con el codo y la puya sino también por el arco en torno al cuello y la mano por arriba, de forma que la qof, que no hemos señalado en el archivo, está también presente en el discurso.
Ahora ya podemos construir otra burbuja, un poco mayor, por culpa de los detalles de la sillería, aunque también vemos que el discurso tiene variantes que después, se pueden considerar en la hilaridad del verso.
Vemos como queda el hipertexto: z agdyt poq agdyd gç rd zj zz qydmy ykdm.
Como vemos, el resultado de sumar los valores aceptando la primacía del diseño en su verso, nos lleva a construir el discurso profundo que mantiene la pieza con la mirada.
Y quedaría una pregunta por resolver; y porqué hacen todo esto; me refiero a no ejecutar un discurso lineal, sencillo de texto escrito sin más. Porqué introducen el diseño, y no sabría cómo explicar el concepto de vergüenza en nuestro ideario, pero el recato, y más en las cosas "oficiales", el lenguaje falto de suciedad, de vulgaridades, obscenidades, etc., era un principio muy acusado en nuestros parientes romanos.
Y por otro motivo también, por supuesto, tenían una cultura del diseño elaborada ya de antiguo, que les permitía expresarse sin palabras, con monogramas, etc, de modo que cualquier discurso se podía plasmar con diseño y evitar lo que ellos consideraban obscenidades en la literatura o asuntos propios de mujeres. La cuestión és que todos éstos asuntos también tenían sus normas hablando en plata, y había que respetarlas.
Bueno, aquí dejamos el rollito de primavera.
No entramos a definir el hipertexto de reverso, pero vemos como se comportan los textos, como pueden ir ampliando la superficie como un burbuja, y pasar del significado inicial de la seriedad y formalidad y buenas palabras, hasta alcanzar un grado en que su información satisface nuestra curiosidad por la norma, por su sentencia completa, que se encuentra imbricada entre lo que se dice y lo que no se dice con palabras, por vergüenza, sino a través de la poesía del diseño en el engarce de los orífices de la plata.
Bien se podría decir que el muchacho la ha visto y está pensando, qué guapa está abanicándose en la silla, a ver si quiere que nos echemos una siesta. Ella le está esperando con la puya porque piensa que vuelve de parranda.
De la otra moneda que nos muestra Tanowin 59, decir que mantiene el diseño de la que acabamos de ver, aunque no se distingan bien todos los signos y sí que los que se distinguen corresponden al mismo diseño, sin que las lamed de la nariz nos perjudiquen sus discursos, hablando en plata las dos, con pequeñas diferencias botánicas en cuanto al abanico.
Creo que el texto que falta se puede reconstruir siguiendo el modelo propuesto, con cambios en las patas de las sillas y sin darle tanta importancia a la forma de la nariz del divi avgvsto, yo me inclinaría por moneda de época.
Atenta mente.