Tesoro de Agolada El Ayuntamiento de Agolada, fué, a lo largo de los siglos, punto de encuentro de muy diferentes culturas que dejaron desparramadas sus hermosas obras a lo largo de toda la geografía. Estas obras, que conservan toda su riqueza en medio de un entorno lleno de tradición y modernidad, conjugadas de manera singular para ofrecer al visitante la belleza de estas tierras y las obras que les fueron legadas por sus antepasados.
TIERRA DE "MÁMOAS"
De los tiempos prehistóricos, que se remontan al 3.000-1.800 a.C., se conservan importantes testimonios correspondientes a la cultura Megalítica. Los campos de túmulos se extienden a lo largo de estas tierras, todo está sembrado de "mámoas" (túmulos celtas), en las que aparecen restos valiosisimos como el llamado "Tesoro de Agolada", encontrado en una "mámoa" en Ferreiroa, que en la actualidad se encuentra expuesto en el Museo de Pontevedra. Está formado por dos brazaletes y una gargantilla de oro, y una loza con grabados en zig-zag, procedente de Coitemil. En unas excavaciones hechas en Trabancas se encontraron dos mazas de piedra pulida, todo en un perfecto estado de conservación.
Entre los campos de Túmulos famosos en los que el visitante puede llegar a contemplar la riqueza histórica de la zona se encuentran los de Pereiro da Agra y Monte Luxilde, en Artoño, Monte da Carballeira en Berredo, Campo da Mámoa en Brántega, y en lugares como Eidián, Esperante, Vidueiros, Ferreiroa, Gurgueiro, y muchos mas...
TIERRA DE CASTROS
Destacan también, por su relevancia histórica, los muchos Castros que existen en esta comarca, de los que especialmente se pueden señalar los siguientes: el "Castro Marcelín", situado en la parroquia de Merlín, vigía de cien horizontes, con sus mámoas, cuevas, tesoros y su leyenda de la Reina Marcelina de donde obtiene su nombre, y que tanto interés despertaba en Otero Pedrayo.
En su recinto se han hecho algunas excavaciones, sin registrarse hallazgos de especial interés. La tradición cuenta que allí habitó una reina, Marcela ó Marcelina, donde dejó escondido un "fabuloso tesoro detrás de una puerta de piedra".
Existen otros muchos castros en el Ayuntamiento (ya sin leyenda...), como el castro de "Coto de Mouros" en Trabancas, el "Castro de Vilela" en Borraxeiros, el "Castro da Vila" en Artoño, el "Castro de Brocos" en Brocos, etc..
En cuanto a la Edad del Bronce, se han encontrado restos arqueológicos en el Monte Farelo en Trabancas, entre los que destaca un hacha con dos argollas de bronce.
DE LA EDAD MEDIA HASTA NUESTROS DIAS
Durante la Edad Media, la historia de Agolada, discurre paralela a la del Condado de Deza al que pertenecía. Según las "Escrituras Lucenses", el séptimo condado llamado "decense", comienza en el Monte Summio (hoy conocido como Monte Farelo) y llega hasta el río Arnego siguiendo hasta Arnois (hoy "La Estrada"). En esta etapa, y dentro del terreno artístico llama la atención la proliferación de iglesias románicas, entre las que destacan las de Ferreiroa, Órrea, Ventosa y Borraxeiros.
Hasta finales del S.XIV, estas tierras fueron dominio de los señores de Deza, llamados también Churruchaos de Deza. Y fue en suelo de Agolada donde tuvo lugar el enfrentamiento bélico entre los Churruchaos y el Arzobispo de Santiago. Algunos años mas tarde Agolada aparece bajo el dominio del Conde de Lemos, Pedro Enríquez de Castro.
En el siglo siguiente, los Moscoso aparecen como dueños de tierras y propiedades en varias jurisdicciones y eran comendatarios del Monasterio de Baiña, el cual fue arrasado por los "Irmandiños" durante su revuelta. La fortaleza de Borraxeiros, propiedad de la casa de Altamira, también fue derrumbada durante la "Revolución Irmandiña" en el año 1.647. Del antiguo castillo de Borraxeiros fueron aprovechados muchos elementos para la construcción, en el siglo XVII del Pazo de los Salgado, también conocido como Pazo de Borraxeiros en la actualidad, que es una de las mas hermosas obras de arquitectura civil que se conservan hoy día en Galicia, y digna de ser visitada.
Ya en el año 1.700 el coto de Borraxeiros, así como las jurisdicciones de Ventosa y Carmoega (que de aquellas era el centro de la comarca y conocido por Curmoga), pertenecían a la provincia de Sant Yago, una de las siete que componían el antiguo Reino de Galicia.
En este siglo es cuando Agolada va a comenzar a crecer entorno a la "feira" (que aún se celebra todos los dias 12 de cada mes), que se traslada desde Aián, al pié del Monte Farelo, para pasar a celebrarse en el lugar de Agolada. La feria fue ubicada en el viejo recinto ferial, verdadero monumento histórico-artístico, con rudas construcciones que le dan un aspecto prehistórico, y que constituyen un singular ejemplo de este tipo de arquitectura rural.
De este siglo son las iglesias de Vilariño (barroca), Santa Comba (neoclásica), Brántega y Sta María de Val de Sangorza (barroco rural).
El movimiento Carlista, tuvo mucha repercusión en esta zona y hubo sangrientas batallas. La tradicion oral nos recuerda varios episodios entre los que destaca el combate que aconteció en Diciembre de 1.835 en la parroquia de Eidián, cuando las tropas Carlistas fueron sorprendidas mientras pasaban la noche en la "Casa do Cego".
ENCUENTRO DEL TESORO.
Hacia 1920, al hacer la carretera entre Lalín y Agolada (Pontevedra), en las cercanías del Castro de Goiás, unos peones encuentran unas piezas de oro y una serie de fragmentos de barro cocido.
La antigüedad de este tesoro está datada por los expertos en el tercer milenio a. C. y consta de tres piezas, dos pulseras y un collar o "jarretera" todo ello de oro y que está depositado en el Museo de Pontevedra.
El collar es una faja de oro decorada en la parte central por 17 ranuras horizontales, cerradas en dos recuadros por cañas y con las tiras resultantes de las aberturas repujadas con la convexidad hacia afuera, presenta dos lineas de puntos trabajados a punzón y una serie de repujados.
Las pulseras, de forma elíptica son completamente lisas y parecen haber sido fundidas y posteriormente pulidas y terminan en dos botones planos poco salientes. Son muy sencillas y es posible que estén relacionadas con algunos brazaletes de época indeterminada como los de Tellóes Baralha, Folgosinho (Portugal).
El collar pertenece a un tipo especial de orfebrería de los primeros tiempos de la Edad del Bronce, caracterizado por las ranuras y repujados, hasta hoy día no han sido hallados ejemplares de este tipo más que en el noroeste de la Península Ibérica y en el de Francia. Se encuadra en lo que comumente se llaman "collares de tiras" y se han recuperado unos doce, cinco en la Bretaña Francesa, dos en Portugal, uno en Asturias y cuatro (quizás cinco) en Galicia.
Esta distribución atlántica de objetos que comparten una misma concepción y un mismo marco tecnológico nos sirve para argumentar la existencia de contactos atlánticos por lo menos desde el Bronce Antiguo, momento del que datan estas piezas.
FUENTE:http://fenixdiamondutopia.spaces.live.com/Blog/cns!72E57EBF8BC580E8!1946.entryhttp://www.terra.es/personal2/a_golada/castellano/historia.htm