Ayer sábado, 1 de junio de 2024 (para que no haya dudas), se celebraba en la ciudad de Gijón el V Salón de Numismática, Filatelia y Coleccionismo, evento organizado por Numishunters en el hotel Príncipe de Asturias. Horario de 09:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00. Como tengo un hijo muy pequeño y las noches son toledanas, otro compañero coleccionista y yo decidimos ir mejor por la tarde a echar el pertinente vistazo y hacer alguna compra. Pero ni lo uno y ni lo otro. En un espacio más pequeño que el salón de mi casa solo quedaban tres vendedores con cara de sueño, uno de los cuales no nos dejó ni observar la mercancía y nos cerraba los álbumes en la misma cara. Todos mirando torcido. Tuvimos la sensación de estar molestando, os habrá pasado alguna vez. Tres almas en pena: el que estaba recogiendo, otro con solo billetes y un último que gracias a dios tuvo la decencia de dejarnos ver lo que tenía expuesto. Todo bajo la innecesaria mirada de un vigilante de seguridad, deseando que pasara algo, seguro que aburridísimo.
Eran las 16:30 de la tarde. En 10 minutos estábamos fuera. Me hice 60 kilómetros para eso. Los 30 de ida y la vuelta.
Insólito y lamentable a partes iguales. No pienso volver, así lo regalen.
Tengo claro que no puedes obligar a nadie a permanecer en un salón, feria, convención o lo que sea, contra su deseo de estar y vender. Pero creo que cualquier comerciante serio que se comprometa a asistir a algo de esto debería de mantenerse durante los horarios establecidos, salvo fuerza mayor, o sino mejor que no vaya. Hay que respetar al asistente y al público. A sus clientes caramba.
Y los organizadores deberían pedir seriedad. Mucho pedir en este país.
Perdí el tiempo, me sentí avergonzado y volví a casa con los 300 euros que llevaba en el bolso y algo menos de gasolina en el coche.
Gracias amigos del V salón de numismática de Gijón, sois una banda de cutres.