Uno de los elementos visuales más característicos del fascismo es el llamado “saludo romano”, que consiste en alzar el brazo derecho (en un ángulo de entre 120 y 140º respecto al eje vertical del cuerpo), con la palma mirando hacia abajo y generalmente acompañado de una proclama a favor de la patria o el líder de turno. Sin embargo, los orígenes romanos de este saludo son inciertos y probablemente se trate de una invención histórica.