Hola a tod@s, para hoy, traigo otra de mis recientes incorporaciones. Antes que nada decir que no se trata de cualquier moneda para mí, pues desde hace 14 años soñé con tenerla en mi colección y, hoy, con lo que había ahorrado y una ayudita por parte de la familia, ese sueño se ha hecho realidad. Se trata de
100 Pesetas fechadas en
1897 (*18-97) y acuñadas en
Madrid a nombre de
Alfonso XIII tras la muerte de su padre, siendo este el mayor valor nominal acuñado en nuestro país, de acuerdo al patrón de la “
Unión Monetaria Latina” y mostrando
el tercer tipo de busto del monarca a una edad temprana, conocido popularmente como “
tupé”.
Datos de la pieza:País: Reino de España
Nominal: 100 Pesetas
Año: 1897 (*18-97)
Ceca: Madrid (Estrellas de 6 puntas a ambos lados de la fecha; en el anverso)
Peso: 32,19 gr (aprox.)
Diámetro: 35 milímetros
Grosor: 2,42 mm
Canto: Estriado
Alineación: Moneda (180º)
Metal: Oro de 900 milésimas
Estado de Conservación: EBC-. En el anverso se aprecia una muy buena acuñación, con algunas marquitas y varios pequeños arañazos sobre el busto del monarca, además del campo. Las estrellas son perfectamente legibles y el pelo del retrato presenta muy poco desgaste en la coronilla. En lo relativo al reverso, los detalles se muestran muy bellos junto con todas las leyendas bien marcadas y completas, con leves marquitas repartidas por toda la superficie. Dos pequeños arañazos en paralelo, sobre la parte baja de la columna izquierda y uno semicircular sobre la base de la corona. Sin desgaste. El canto se muestra perfecto, sin marcas de ningún tipo ni golpes. A nivel general la pieza puede decirse que “apenas circuló” como tal, claramente reservada para grandes operaciones. Gran parte de brillo original.
Variantes: No se conocen variantes para esta emisión más allá de posibles variaciones en la coloración general de la moneda debido a la aleación. No obstante y, en los años 1961 y 1962, el gobierno franquista mandó a reacuñar estas monedas de forma limitada, únicamente cambiando la fecha de las estrellas por el año real de las nuevas acuñaciones. Tales operaciones tuvieron lugar, junto con el uso de los cuños originales de menor valor áureo, para la adquisición del 76,9% de las acciones de la Compañía Telefónica Nacional de España (“CTNE”), cuyo pago debía satisfacerse en “Pesetas oro”. No obstante, el oro de estas monedas fue aleado fundamentalmente con cobre en lugar de con plata, como las emisiones originales, cuyo ejemplar da vida a este hilo y dichas reacuñaciones suelen presentar un color más rojizo.
Tirada: 149.762 unidades. Sin embargo, unos 100.000 ejemplares ya habían sido retirados por el BdE durante el primer tercio del siglo XX para ser sustituidos por papel moneda. Estas monedas pasaron a engrosar las reservas de oro de la Institución, que guardaba en sus arcas un importantísimo conjunto numismático áureo a lo largo de los siglos. El estallido de la Guerra Civil española supuso que la II República decidiera enviar dichas reservas de oro a Moscú para su “custodia”, así como que éstas fueran una garantía con la que ir pagando la asistencia que la URSS le prestaba al ejército republicano durante la contienda. La realidad era bien distinta, pues Moscú no pensaba devolverle nunca a España su oro y aprovechó el conflicto para “inflar” los precios de su ayuda militar y humanitaria, así como falsear las cuentas para apropiarse de forma aparentemente “justificada” de las reservas españolas. España ostentaba, por aquel entonces, el 4º puesto a nivel mundial en lo que a reservas de oro se refiere y, tras esta operación, sólo permaneció un cuarto de dichas reservas dentro de nuestras fronteras, abocando al país y sus ciudadanos a la pobreza absoluta. Hoy en día sabemos que un porcentaje mayoritario de esas monedas fueron fundidas por la URSS poco después de ser confiscadas para evitar que se le siguiera la pista y fabricar así lingotes. El resto, junto con otras piezas numismáticas que pudieron haber sobrevivido a la destrucción, serían, actualmente, propiedad de la Federación Rusa, sin poder determinar cuántas de aquellas piezas han sobrevivido hasta nuestros días y sabiendo que tampoco regresarán nunca a nuestro país.
De las 49.000 piezas restantes que permanecieron de una u otra forma en España, sabemos que una parte de ellas fueron engarzadas como objeto de ostentación en alta joyería, mientras que otras fueron fundidas para fabricar joyas, realizar implantes de oro y otras aplicaciones donde este valioso metal fuera necesario. Una pequeña parte pudo haberse escondido durante el conflicto o los años siguientes y nunca recuperarse. Con todas estas cuentas, muy posiblemente estemos ante la segunda moneda circulante en España, acuñada en Pesetas, con menor número de ejemplares disponibles en la actualidad.
Referencias bibliográficas: “KM# 708” y “AC
#119”.
Grabador principal: Sr. Bartolomé Maura Montaner (siglas “B.M.” debajo del busto)
Ensayadores y juez de balanza: Arturo Sandoval, Antonio García González y Remigio Vega (siglas “SG V”).
Reinado: Alfonso XIII “El Africano” (1886-1931)
Dinastía: Casa de Borbón
Simbología:Anv.: “
ALFONSO XIII POR LA G. DE DIOS *1897*” alrededor del busto desnudo del joven monarca mirando hacia la derecha. Dentro de las estrellas, la fecha real de acuñación dividida en dos partes, “
18” y “
97”.
Rev.: “
REY CONSTL. DE ESPAÑA.” alrededor de escudo coronado con las armas acuarteladas de los Reinos que componen España, escusón de la Casa de Borbón en el centro del mismo (3 Flores de Lis) y Granada en su base. A ambos lados del mismo, columnas de Hércules detrás de cintas que emanan del escudo central y que muestran el lema “
PLUS” (izq.) y “
ULTRA” (dcha). Rodeado el mismo y emanando de detrás de las columnas, vemos el célebre Toisón de Oro, siendo el Rey de España el “Gran Maestre” de la distintiva orden. Bajo el mismo, el valor nominal, “
100 PESETAS” y, a ambos lados, las siglas de los ensayadores y el juez de balanza, “
S.G. .V.”.
Otras observaciones: Es importante señalar que, durante este reinado, existe primeramente un ejemplar de “20 Pesetas” catalogado como una “prueba” o “ensayo”, correspondiente al tipo conocido como “pelón”, con fecha de 1887 (*18-87), considerando ésta la primera moneda que daría origen las emisiones en oro posteriores, acuñadas para el público ya en 1889 y 1890 respectivamente para este primer valor y tipo de busto, introducido en 1888 ya en los duros de plata. Las características de esta pieza, se asemejan a las acuñaciones áureas llevadas a cabo por los países que formaban la denominada “Unión Monetaria Latina”, en la que España no ingresaría oficialmente, pero sí fue adaptando su numerario circulante de acuerdo a los criterios de la misma.
Principalmente, los países de Francia, Bélgica, Suiza e Italia acordaron “equiparar” sus monedas y fijaron una misma tipología en su numeral áureo, con un diámetro establecido, una pureza común y unos valores faciales concretos, con 5, 10, 20, 50 y 100 unidades de sus respectivas divisas. Francia e Italia ya acuñaban el numeral de más alto valor antes de crearse la Unión, en cambio, Bélgica y Suiza no estimaron oportuno acuñar monedas de mayor valor nominal que las 20 unidades. Con ello, se observa cierta flexibilidad dentro del modelo para acuñar monedas de oro y en España la situación sería un tanto curiosa.
Primeramente, se acuñarían monedas de 100 Pesetas áureas durante el Gobierno Provisional y con fecha de 1870, pero éstas serían consideradas sólo como pruebas. Durante el reinado de Amadeo I también se acuñaron monedas con este valor nominal tan alto, así como piezas con valor de “25 Pesetas”, saliéndose del patrón de la Unión, pero que también quedaron en simples pruebas. No sería hasta la restauración borbónica, con Alfonso XII, donde aparecería por primera vez los valores de 10 y 25 Pesetas, estos últimos facilitarían los intercambios comerciales con Inglaterra y los EEUU, los cuales contaban con una moneda de características técnicas semejantes. Con Alfonso XIII, se volvieron a los patrones de la Unión y nacerían así, por fin, las monedas con valor de 20 y 100 Pesetas. Este busto, conocido como “Tupé” sería aprobado en julio de 1895 mediante la Real Orden del Ministerio de Hacienda, autorizando así la emisión de estas últimas monedas, con valor facial de “100 Pesetas”, a diferencia de las acuñaciones previas, con menor nominal.
Claramente no fueron “tan queridas” como sus antecesoras “Alfonsinas” y las emisiones fueron significativamente inferiores a éstas, pero también han servido para atesorar oro a lo largo de nuestra turbulenta historia, desde finales del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX.
Fotos:AnversoReversoCantoEspero que os guste!
Saludos.