Hola a tod@s, hoy voy a presentar otra de esas monedas de plata de gran tamaño que tanto me gustan. Se trata de
8 Reales acuñados en la ceca de
Potosí a nombre del Rey
Carlos IV en el año
1790 presentando una acuñación que escenifica la perfección técnica imperante bajo la dinastía de los Borbones en comparación con siglos anteriores. En este caso, además, tenemos una peculiaridad adicional y es que este ejemplar
muestra el retrato de su predecesor, Carlos III, en lo que sería una
moneda “de transición” hasta que llegara el nuevo busto a la ceca.
Datos de la pieza:Nominal: 8 Reales
Año: 1790. Esta emisión se realizó únicamente durante 2 años, en 1789 y 1790, con el busto de Carlos III y en las cecas de México, Guatemala, Lima, Potosí y Santiago en ausencia del nuevo busto oficial. Estamos pues, ante el segundo año de emisión a nombre del nuevo monarca.
Ceca: Potosí (“PTS” entrelazadas; en el reverso)
Metal: Plata de 896 milésimas
Peso: 26,82 gr (aprox.)
Diámetro: 42 milímetros (aprox.).
Canto: Cordoncillo (Patrón de rectángulos y círculos)
Forma: Redonda
Alineación: Medalla (0°)
Tipo de acuñación: Prensa a volante
Estado de conservación: MBC-/MBC. En lo relativo al anverso muestra el busto del monarca predecesor muy detallado, con los elementos inherentes a los mismos bien marcados y visibles a nivel general. Destacar los detalles de la vestimenta, la corona de laureles o la expresión facial. Las leyendas están completamente visibles, al igual que la fecha, también legible en su totalidad. Se aprecian algunas marquitas repartidas sobre la cara y el campo, además de cierto desgaste sobre el busto y la propia vestimenta. Sin golpes y un arañazo perpendicular visible sobre la mejilla y la nariz. Se aprecian seis puntos de óxido repartidos por el campo y en torno a la fecha y la palabra “CAROLUS”. El reverso muestra el escudo con buenos detalles para esta emisión en concreto, con los castillos y los leones algo más toscos a mi juicio, respecto a otras acuñaciones y con las leyendas “PLUS” y “ULTRA” visibles parcialmente. Apreciamos también algunos defectos de acuñación en torno a la palabra “HISPAN” y en los elementos del escudo, con desgaste en la base de la corona. Ciertas marquitas en el campo y sobre el escudo, pero sin arañazos, ni golpes. A nivel general, bellísima pátina que mezcla un cierto tono rojizo-anaranjado y oscuro.
Referencias bibliográficas: “KM
#64”
Rareza: Rara. Ya no tanto por el numeral en sí o la ceca (algo menos común), sino por las particularidades que tiene esta emisión, con tan sólo dos años de acuñación (1789 y 1790), donde se incorpora el busto de su predecesor, Carlos III y se incluye el ordinal “IV”, típico peninsular, en lugar del indiano, “IIII”.
Ensayadores: Pedro Narciso de Mazondo y Raimundo de Iturriaga (Siglas “PR”)
Reinado: Carlos IV “El Cazador” (1788-1808)
Dinastía: Casa de Borbón
Leyendas:Anv.: “
.CAROLUS. IV. DEI. GRATIA. 1790.” alrededor del busto armado y con corona de laureles del monarca predecesor, Carlos III, mirando hacia la derecha. Marquitas repartidas por el busto y el canto, con un arañazo a la altura de la mejilla y nariz y sin golpes. Bellísima pátina.
Rev.: “
.HISPAN. ET. IND. REX. PTS. 8R. P.R.” alrededor del escudo coronado con las armas de Castilla y León, el escusón que guarda las 3 flores de Lis en el centro y, en la base del escudo, una granada en referencia a tal reino. A ambos lados, las columnas de Hércules con las leyendas “
PLUS” y “
ULTRA”. Marquitas presentes sobre el campo y escudo. Sin arañazos o golpes. Algunos desperfectos propios de la acuñación y desgaste en la base de la corona. Bellísima pátina.
Observaciones: Esta moneda en cuestión es, sin duda, una superviviente y testigo de nuestra historia que, aunque salta a la vista que no circuló mucho, su notable estado y la pátina que la baña en ambas caras la hacen un ejemplo perfecto de una divisa que copó el mercado internacional durante más de tres siglos y que, a día de hoy, es una de las monedas más coleccionadas en todo el mundo.
Apuntes históricos: Con la muerte del monarca ilustrado, Carlos III, en diciembre de 1788 se ponen en marcha los protocolos de actualización para las nuevas monedas a nombre de su hijo Carlos IV. Sin embargo, las comunicaciones no eran, por aquel entonces, tan fluidas como lo son hoy y la noticia del fallecimiento de Carlos III no llegaría a las provincias americanas hasta julio del año siguiente, precisamente, en 1789, según se cuenta, a través del brigadier Federico Gravina, un oficial que, posteriormente, luchó en la famosa batalla de Trafalgar, donde fallecería.
De su propia mano, le sería entregada a los distintos responsables una copia de la Real Orden de 24 de diciembre de 1788, por la que el nuevo monarca dispone que se continúe con las acuñación de monedas en las distintas cecas de ultramar utilizando el busto de Carlos III pero con la leyenda alusiva al nuevo soberano, a la espera de la llegada de los nuevos troqueles, con la imagen correspondiente. De esta forma, las acuñaciones cambiaron, a partir del propio mes de julio, modificando únicamente el ordinal “III”, por el nuevo, “IV”.
Mientras tanto, en Madrid, se aprobarían los troqueles que serían empleados en las nuevas emisiones mediante la Real Orden del 20 de julio del mismo año, aprobando el busto del nuevo soberano que el Grabador General, Pedro González de Sepúlveda, había confeccionado. Con ello, comenzaría la fabricación de las correspondientes matrices y punzones para todo el numeral existente y poder enviarlos hasta las cecas americanas, donde empezarían a llegar a finales del año siguiente, en 1790, para las cecas de México, Guatemala y Potosí, o ya entrado el año 1791 para las cecas de Lima y Santiago.
Con la recepción del nuevo material, Guatemala sería la primera ceca en acuñar monedas con el nuevo retrato del soberano, en 1790, mientras que el resto de cecas no lo harían hasta el año siguiente, en 1791.
A modo de curiosidad, señalar que aunque existen piezas peninsulares de las cecas de Madrid y Sevilla fechadas en 1788, realmente no fueron acuñadas hasta 1790 pues, la Real Orden del 8 de enero de 1790, establecía la emisión de estas monedas únicamente para que quedara constancia que Carlos IV era rey de España desde ese mismo año y, como todos sabemos, entre una población que, a nivel general, apenas disponía de medios para aprender a leer o escribir, la numismática era un instrumento artístico y propagandístico para hacer circular acontecimientos o hechos relevantes.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.