Pim, "Pan", PUM

Me encontraba pagando el pan (1,50€) una mañana de Semana Santa, cuando tras abonar con una moneda de dos euros (de Alemania para más datos) me dispuse a recibir el cambio justo de cualquier manera, dejando que libremente el panadero dispusiese la mejor de las combinaciones posibles, sin caprichos.

Rápido como las centellas, tras sonar el timbre de la caja registradora y abrirse golpeando cajón en barriga de panadero, al son de monedas golpeadas empujándose unas a otras buscando acomodarse entre sí, arañó ese señor barbudo uno de los surcos de su registradora y arrastró sin miramientos – entre monedas primero y con el borde de la caja después - una de las monedas de entre varias que estaban es ese departamento. Una vez en la yema de los dedos y sujetada por el pulgar mientras salía del cajón, sucedió lo peor: (pongamos la cámara lenta).

Echó el codo para atrás, al tiempo que levantaba la mano mientras separaba el pulgar de la moneda (como para dar una bofetada), la moneda seguía allí, asustada por tanta rapidez y marcha atrás, perpleja. Por la inercia del gesto, con la mano abierta del todo ya, la moneda mágicamente se quedó reposada sin más apoyo que las dos yemas más largas. Entonces hubo un infinitésimo de segundo en el que la mano detuvo su retroceso en el aire, el tiempo justo para que la gravedad no pudiese actuar - por sí sola - y la moneda siguiese allí sin caer, para comenzar en un visto y no visto una trayectoria opuesta, descendente y a mayor velocidad en dirección al mostrador de la panadería, cual enorme barra de mármol piel de vaca. Y llegó la bofetada.

Al tocar la moneda (y con ella los dedos y la mano después) en mármol, sonó un golpe seco y metálico de moneda en roca, ahogado de inmediato por la voz del panadero “- ¡Cincuenta!” y amortiguado por la gran cantidad de harina que había de alfombra sobre la “barra”, tal fue el golpe, que de ambos lados de la mano salieron dos enormes disparos laterales, como dos nubes de harina. Supongo que gracias a esa harina en parte, el mostrador no se dobló en dos, pero me quedaba la duda de la integridad de la moneda, si acaso tras el golpe, habría quedado incrustada la pieza en el mármol, o grabada en la misma barra su diseño, o quizás se había quedado directamente el cospel vacío de nuevo.

Pero allí, en el medio de la polvareda separada y una vez apartada una mano que “amansa” el pan, relucía acojonantemente dorada y brillante, una moneda de 50 céntimos de euro. Sí, era como si la moneda la hubiese acuñado allí mismo el panadero. Sorprendentemente, os aseguro que lo que separaba a aquella moneda brillante de una no circulada puso en marcha mi mecanismo de la duda, pero solamente porque mis ojos sufrieron esos pocos segundos que la moneda recorrió desde la misma salida del cajón.

“- Será del año 2019 o más reciente -, pensé”.

Suavemente la acaricié a mis manos, y dándole la espalda al barbudo desalmado, bajé la cabeza a la palma de mi mano, no, no, en absoluto, no me lo creo, mira bien. Pues sí, es del año 1.999

¡¡¡ Menudo suspense !!!

VARIANTES escribió:

¡¡¡ Menudo suspense !!!

¡Gracias!

Pueeeee.....a alguien le está faltando liquidez,yo ya me he tropezado con varias o el listillo de turno se a dado cuenta que a estas alturas no va hacer negocio.

Muy buen relato.

eñe con punto escribió:

Pueeeee.....a alguien le está faltando liquidez,yo ya me he tropezado con varias o el listillo de turno se a dado cuenta que a estas alturas no va hacer negocio.

Entre otras conjeturas, también he valorado algún cerdito roto, sin mayores ni negros pensamientos.

Gracias por pasar

Blas de Lezo escribió:

Muy buen relato.

Muchas gracias por tus palabras, espero haber sacado un par de sonrisas, suficiente.

Saludos

Ha sido como estar en la panadería esperando ver esa moneda!!!!!

Me ha encantado tu relato Ric.

Puedo certificar que a los negocios viene mucho cerdito sacrificado, no para hacer embutidos sino para cambio.

Esta de 50 céntimos en teoría ha estado 23 años aguardando pacientemente en el estómago del gorrino para hacer su cometido, circular.

La teoría del cerdito no me cuadra,muchas piezas, en lugares distintos y en fechas iguales semana arriba, semana abajo.....

Alguien está soltando lastre,fijo.

Yo no he sido, lo prometo

Alinsa escribió:

Ha sido como estar en la panadería esperando ver esa moneda!!!!!

pero sin pan y sin sufrimiento ... ¡gracias!

indaloxes escribió:

Puedo certificar que a los negocios viene mucho cerdito sacrificado, no para hacer embutidos sino para cambio.

¡Que bueno!

Muchas gracias por apreciar esta aventura.

eñe con punto escribió:

Alguien está soltando lastre,fijo.

taustanensis escribió:

Yo no he sido, lo prometo

¡Gracias muchachos!

Buenas,

Me ha gustado la anécdota y añado alguna cosa:
> Es probable que sea un rollo de monedas de cambio que quedó en alguna parte de la panadería. En estos comercios (junto con supermercados) tienen que tener mucho efectivo en "monedillas" y suelen ir al banco a cambiar.
> ¡Cómo ha subido el pan (y la vida en general)! Euro y medio por muy bueno que esté el pan es un saqueo. Aunque, mirando el resto de cosas...

Por último, los diseños son de Begoña Castellanos (anverso) y Luc Luycx (reverso). Es una pena que en España no se indique el grabador como en otros países.

Un saludo,

Gracias @WF1 por tus aportaciones. Pues no había pensado en un rollo guardado, pensando quizás que es lo primero que “cascan” (como un huevo a freír) contra el borde de las cajas (¡duele solo de pensarlo!). También es probable que haya salido de un banco cercano (hay dos al lado y uno enfrente), no es descabellado.

El pan era una bolla, que bien “estirada” da para un par de días en perfecto estado. El pan “normal” de hoy día (si se le puede llamar “normal” o “pan”, a media tarde ya está como el mármol de duro).

Se me pasó citar más datos en la ficha, en efecto, quise hacerla más simpática que práctica.
Saludos

En 1999 las monedas de 50 céntimos salían de la RCM-FNMT en bolsas, saludos.

Juanzgz escribió:

En 1999 las monedas de 50 céntimos salían de la RCM-FNMT en bolsas, saludos.

Desconocía este dato, gracias por el aporte. Si acaso añadir que el pan fresco sale todas las mañanas y normalmente no aguantan un día. Es quizás una analogía un tanto rebuscada pero simpática.

Insisto, gracias por pasarte por aquí.
Saludos