¡¡¡Saludos a tod@s!!!
Esta semana os presento un denario que siempre me ha resultado curioso, original y diferente a cualquier tipología. Espero que os guste.
Gens: Anónima
Valor: Denario
Módulo: 19mm
Peso: 3,78g
Metal: Plata
Año: 115-114 a.e.c.
Ceca: Roma
Ref.: Craw.287/1, Cal 58, FFC 83, Syd.530, RCV.164, Gr.Italia.552
Anverso: Busto de Roma con casco corintio y crines hacia la derecha. Detrás símbolo de valor "X" y debajo del cuello la leyenda "ROMA".
Reverso: Roma sentada sobre una pila de escudos a derecha, sujetando una lanza con la mano izquierda. Debajo tiene un casco. Dos aves volando hacia ella a ambos lados en los campos. A sus pies la loba Luperca a derecha amamantando a los gemelos Rómulo y Remo. Gráfila de perlas.
La imagen representada en el reverso muestra la personificación de Roma mirando por encima de su ciudad (la loba y los gemelos) hacia las dos aves intentando descifrar los auspicios del destino del estado. Hay cierta unanimidad al considerar que estas aves representan a los genios de los "corvidae", cuya observación de vuelo permitía interpretar los augurios. Estos dos genios eran una corneja y un cuervo. Si en su vuelo la corneja aparecía por la derecha y el cuervo por la izquierda de la persona que efectuaba la consulta, esto se tomaba como un buen augurio, siendo el caso contrario un mal presagio.
Un augur era un sacerdote que practicaba oficialmente la adivinación. Existían desde la fundación de Roma, ejerciendo una práctica tomada de griegos y etruscos. Su corporación constituía uno de los cuatro prestigiosos colegios sacerdotales de la Antigua Roma. Era un cargo oficial, aunque también había augures particulares. Únicamente los magistrados podían consultar a los augures oficiales, en recintos especiales. El cargo oficial era vitalicio, compatible con magistraturas o con otros cargos sacerdotales. Disponían para su labor de dos tipos de libros: rituales y de comentarios. Los primeros contenían fórmulas fijas; los segundos recogían resúmenes de las actuaciones.
Había dos clases de augures, los que impetraban a los dioses la manifestación de su voluntad, mediante fórmulas rituales y los que descifraban los signos de la voluntad de los dioses, manifestada sin previa solicitud. Estos fueron los más importantes, hasta el punto de que con solo declarar que los auspicios eran desfavorables, podían anular asambleas, elecciones o cualquier resolución de los magistrados.
Al principio el cargo estaba reservado a los patricios, pero, a partir de la Lex Ogulnia, quedó accesible a los plebeyos. En tiempos de la monarquía eran elegidos por el rey. Con la República fueron elegidos por el pueblo. Finalmente, en el Imperio fueron nombrados por el emperador. El cargo quedó suprimido por el emperador Teodosio.
En la antigüedad se concebían dos formas de adivinación como atestiguan autores como Platón o Cicerón. La primera, inductiva, se consideraba un arte y como tal podía ser enseñada y aprendida, ajena a todo elemento sobrenatural o mágico. La segunda, deductiva e intuitiva, ocurría mediante la inspiración. Se consideraba que el adivino era poseído por un genio o demonio, que le sumía en un trance o manía, palabra de la cual deriva "mantike" (mancias o artes adivinatorias).
Un hecho remarcable y sorprendente de esta emisión es la ausencia del nombre del triunviro monetario en una época tan avanzada. Esto hace pensar en la determinación del magistrado en no querer interferir en modo alguno en la composición de este denario de manera expresa, siendo esto un acto plenamente consciente. Crawford y Grueber nos dan dos posibles explicaciones, muy diferentes entre ellas, sobre el anonimato de esta emisión.
Crawford nos informa que la tendencia que venían siguiendo años atrás los magistrados monetarios de utilizar las emisiones como un vehículo de propaganda personal, cambia de manera perceptible a partir del 124 a.C. y se extiende durante diez años hasta la emisión de este preciso denario del que estamos hablando. Durante esta década en los reversos vuelven a aparecer varias veces los Dióscuros, Victoria, Júpiter e incluso la personificación de Roma de cuerpo entero en un par de ocasiones, algo inédito hasta la fecha. Este abandono del uso de la tipología con motivaciones autopropagandísticas no se explica, dice Crawford, si no es en términos de la nueva creación entre los años 125-124 a.C. de una "lex de ambitu"(éstas eran leyes que perseguían y castigaban la corrupción política), un "senatus consultum"(mandato directo del senado) o por lo menos algún tipo de acción proveniente de la oficina del censor, que de forma específica regulase los tipos que podían ser escogidos por los magistrados monetarios para las emisiones de moneda y evitar de esta forma la proliferación de publicidad personal o familiar en las acuñaciones.
Grueber ofrece una fecha de emisión y una explicación diferentes. Considera que se acuñó en el 92 a.C., en un momento de gran inestabilidad y descontento en toda la península itálica, poco antes de que estallase la Guerra Social que revolucionaría todo el territorio. Por este motivo el reverso simbolizaría a Roma buscando en los augurios el destino del estado y el resultado de la lucha que se veía inminente. También cree ver en este denario la aparición de la corneja por la derecha y del cuervo por la izquierda, significando de este modo un augurio propicio y una resolución del conflicto favorable a Roma. Piensa que precisamente éste es el motivo por el cual el magistrado monetario no quiso poner su nombre en la emisión, de este modo la imagen adquiría mayor fuerza profética augurando un resultado favorable, dando así tranquilidad y esperanza a la urbe.
Esta pieza gozó de gran popularidad en su época, siendo tanta su fama que Trajano restituyó este motivo dos siglos después y Tito lo rescató para grabarlo en un áureo.
La multitud de monedas de diferentes épocas de Roma que nos han llegado con la imagen de la loba Luperca y los gemelos atestiguan la importancia que se dio a este símbolo en la tradición cultural romana, llegando incluso a ser adoptado por los ostrogodos en el s.VI dando a entender con ello que se consideraban dignos sucesores del Imperio y de sus tradiciones.
El siguiente es un sextante republicano anónimo (Roma, 217-215 a.C.)
Este conjunto escultórico en bronce se conserva en los museos capitolinos. La tradición fechaba a la loba en el s.V a.C. y se creía de factura etrusca, pero un estudio encargado por el ayuntamiento de Roma en el 2008 demostró que se creó durante la edad media entre los siglos VIII y XIV d.C. Los gemelos se añadieron en 1471 durante el Renacimiento (el "quattrocento" italiano).
Inicialmente se representaba a la loba sola, pero a partir del s.III a.C. es habitual verla amamantando a los gemelos. Se celebraban unas importantes fiestas en su honor el 15 de febrero, las "Lupercales" o "Lupercalia", en las cuales se realizaban procesiones que salían de la mítica cueva donde fueron amamantados Rómulo y Remo, llamada Rumial y localizada en el monte Palatino que es donde según la tradición se fundó Roma. Estas fiestas tenían un simbolismo de purificación y de fecundidad.
Un saludo.