AE28 de Antonino Pio. HΓE ΓAΡΓIΛI ANTIKOΥ ΦIΛIΠΠOΠOΛITΩN. Río Hebros reclinado a izq. Filipopolis

Tracia. Antonius Pius 138-161. 28mm; 18.09gr
Philippopolis
Magistrado Gargilus Anticus

a/ Busto laureado a derecha. AΥT AIΛ AΔΡIA- ANTΩNEINOΣ
r/ Dios del rio Hebros reclinado a izquierda sujetando espiga y amapola. HΓE ΓAΡΓIΛI ANTIKOΥ ΦIΛIΠΠOΠOΛITΩN




como:
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Si estuviera en estado perfecto sería una pasada de precio, pero cada cual a lo que puede...

La ciudad de Philippopolis (la moderna Plovdiv en Bulgaria) fue fundada como colonia por Filipo II de Macedonia en el 342 a. C. para mantener una presencia macedonia en el corazón del territorio tracio. Fue construido sobre las crestas de tres colinas de las que finalmente derivó su apodo en latín, Trimontium ("Tres colinas"). Como parte de la Tercera Guerra Mitridática en curso (74-63 a. C.), en el 72 a. C., la ciudad fue capturada por M. Terentius Varro Lucullus, el gobernador romano de Macedonia. En el año 46 d. C., Philippopolis se incorporó a una nueva provincia romana de Tracia y floreció como un centro de comercio provincial. La ciudad fue embellecida por un extenso programa de construcción pública, particularmente bajo los emperadores Flavios, y continuó creciendo en tamaño e importancia. En el siglo III d. C., Philippopolis contaba con una población de más de 100.000 personas y se convirtió en la capital provincial. Esta emisión de bronce fue acuñada bajo Antoninus Pius cuando la ciudad todavía estaba en su camino hacia un estatus preeminente dentro de la provincia. El anverso presenta un retrato del emperador, mientras que el reverso muestra al dios local del río, Hebros, reclinado sobre un ánfora volcada de la que brota agua. Es posible que este tipo represente una estatua de fuente del dios incorporada al ninfeo de la ciudad. La leyenda griega circundante nombra tanto a los filipopolitanos como al magistrado de la ciudad (hegemón) Gargilius Anticus como las autoridades detrás del problema. Uno de los deberes de las hegemonías filipopolitanas puede haber sido sufragar el costo de la producción de monedas cívicas. Tales deberes (conocidos como liturgias) eran comunes para los funcionarios ricos en las ciudades griegas de las épocas helenística y romana. A través de las liturgias, las ciudades pudieron mantener los servicios necesarios y mantener su apariencia mientras se recordaba al liturgista por su benevolencia. El sistema funcionó mejor de lo que nadie podría haber previsto. Parece improbable que cuando Gargilius Anticus financió esta acuñación con su nombre se diera cuenta de que en realidad estaba comprando una garantía de que su nombre todavía se escribiría y hablaría casi 2000 años después.
Tiene un trocito de historia