IDENTIFICAR MONEDAS FALSAS POR EL SONIDO

Otro método chulo para detectar monedas falsas, en este caso cuando el imán no nos sirve porque el núcleo de la pieza está fabricado con un material no magnético, V.gr., tungsteno, cobre, aluminio o cualquier otro. En el primer caso ya sabemos que es el usado para falsificar monedas y lingotes de oro por tener una densidad similar, por lo que el peso y las medidas coincidirían con la auténtica y solo podríamos tener la certeza absoluta con una piedra de toque o si disponemos de un testador de metales que vale más que la puñetera moneda que queremos comprobar. Como verán en el vídeo, es un sencillo dispositivo fabricado con madera que cualquier manitas puede tener terminado en un rato y, como la rampa de imanes que puse en otro hilo, es lo bastante compacto para llevarlo encima. Todos solemos llevar a los mercadillos un imán con el que, aparte de comprobar si la moneda lo atrae, damos unos golpecitos apoyando la pieza sobre la yema del dedo, y más de una vez se nos ha caído al golpearla ante el enojo del vendedor si se trata de una moneda de cierto valor. Bueno, pues con ese chisme podemos estar seis días dándole toques sin que se caiga y sin temor a dañarlas porque el percutor es de madera.

En fin, espero que a más de uno le resulte útil el invento.



Un saludo a todos

Interesante, gracias por compartir. Demasiado grande el aparato para sólo usar una esquina, de bolsillo no parece … Saludos

Ric escribió:

Interesante, gracias por compartir. Demasiado grande el aparato para sólo usar una esquina, de bolsillo no parece … Saludos

Bueno, haga lo que yo: cuando voy de mercadillos meto todo el material de autentificación en una de esas faltriqueras que venden por 9 pavos en la sección de senderismo de Decathlon, y supongo que siempre puede fabricarse un chisme similar más pequeño. La madre del cordero está en el alambre acerado que actúa como resorte, y basta con que tenga la potencia necesaria para golpear la moneda independientemente de que sea un poco más corto. En todo caso es una herramienta que sirve, además de para descubrir subterfugios monetarios, para darse a conocer como tiquismiquis obsesivo, lo que siempre ayuda para que los aguilillas del gremio sepan que te la coges con un papel de fumar y no ofrecerte material susceptible de echar por tierra su reputación. Por desgracia, vivimos en un mundo en el que la honestidad quedó atrás en el instante en que Dios desahució a Adán y Eva del Paraíso, y nunca se sabe dónde, cuándo o quién te meterá una onza de plomo como te descuides

Un saludo

Eso es muy cierto, siempre habrá alguno, que incluso conociendo tus habilidades de tiquismiquis, te pondrá a prueba. A veces basta con una mirada de póker o una seña de mus ...

Ric escribió:

Eso es muy cierto, siempre habrá alguno, que incluso conociendo tus habilidades de tiquismiquis, te pondrá a prueba. A veces basta con una mirada de póker o una seña de mus ...

Obviamente, siempre puedo uno encontrarse con otro más listo o más audaz, y nadie está libre de ser engañado. Pero cuantos más medios se presenten para combatir los timos más darán que pensar al candidato a embaucador. Sea como fuere, salvo a los necios solo se puede engañar a alguien una vez. Más necio será pues el que por trincar 40 o 50 pavos deja de ganar cientos si no se porta honradamente y, lo que es peor, su falsidia y su comportamiento proclive al latrocinio se correrá como la pólvora. Una reputación se tarda años en forjar, pero se pierde en un nanosegundo. Esto, en un "ecosistema" minúsculo donde todo el mundo se conoce, es la mejor forma de tener que cambiar de oficio y/o afición PER OMNIA SECVLA SECVLORVM

Muy interesante, alguna idea de cuanto cuesta el artilugio?

Buenas, os voy a contar un truquillo... este es el complemento perfecto al artilugio mostrado por el compañero Peculium. Se trata de la aplicación para el móvil Advanced Spectrum Analyzer Pro:

(para Android): Advanced Spectrum Analyzer

¿Qué es esto? Una app que, a través del micrófono del teléfono, nos dice cuál es la frecuencia de los sonidos que le llegan. Una herramienta muy útil para audiófilos y cualquier que tenga un poco de curiosidad científica; bien es cierto que el micro del móvil es pequeño y poco fiel, pero para este propósito que describiré funciona a la perfección.

OK, pero... ¿esto qué tiene que ver con las monedas? Mucho, vamos al tema. Si hacemos sonar una moneda (dando un golpe seco con cualquier objeto) esta emite un tintineo característico, es decir, el metal va a vibrar a una determinada frecuencia en función de sus características físicas: según su forma y tamaño, la densidad del metal que contiene... En este punto vamos a dar por hecho que todas las monedas de una misma tirada van a compartir todas estas características, y por tanto al golpearlas van a emitir el mismo sonido.

En tiempos ya algo lejanos era habitual que los mostradores de las tiendas fueran de un material duro, por ejemplo mármol, sobre el que se hacían resonar las monedas para probar su legitimidad. Era esto mismo que estamos contando, aunque dicho método tenía como puntos débiles una cierta falta de precisión y que a nadie se nos ocurre hoy en día sacudir nuestras monedas contra una plancha de piedra. La app que os enseño hace lo mismo, pero con un poco más de "ciencia".

El método es sencillo: basta con lanzar la app en el móvil y poner la moneda sobre la yema del dedo delante del micrófono, momento en el que la haremos sonar con un objeto que no la dañe, por ejemplo un bolígrafo. En la gráfica del espectro sonoro veremos unos picos que corresponden a las frecuencias características de cada moneda, y basta con comparar estas con las de cualquier moneda legítima del mismo tipo para ver si son o no parecidas.

Lógicamente un duro va a mostrar unas frecuencias diferentes de, por ejemplo un krugerrand. Pero entre monedas similares aparecerán las mismas; eso sí, quizás haya pequeñas variaciones si probamos monedas de distintos años, quizás debidas a cambios en los componentes de las aleaciones o cualquier otra pequeña variación en el proceso de acuñación, así como también dependerá del objeto que usemos para golpearlas.

Podría ser interesante disponer de una pequeña base de datos en donde consultar las frecuencias características de las monedas más habituales. Por mi parte puedo decir que no hace mucho me libré de pillar un soberano de Isabel II falso (una reproducción fantástica, todo hay que decirlo) gracias a este método. El legítimo emitía tres frecuencias típicas: 5,4; 12,2 y 21,0 kHz, mientras que el falso lo hacía en otras diferentes que no apunté (en realidad otras falsificaciones se comportarían de otra manera diferente). Por lo menos me ayudó a disipar dudas, que luego pude confirmar a través de un examen más minucioso de la moneda.

¡Probadlo!

Muy interesante.

Iulianus82 escribió:

Muy interesante, alguna idea de cuanto cuesta el artilugio?

Pues imagino que dos perras gordas, porque ese chisme se lo fabrica uno con un cacho listón, un trozo de alambre acerado y un par de espigas.

Wadeh escribió:

Buenas, os voy a contar un truquillo... este es el complemento perfecto al artilugio mostrado por el compañero Peculium. Se trata de la aplicación para el móvil Advanced Spectrum Analyzer Pro:

(para Android): Advanced Spectrum Analyzer

¿Qué es esto? Una app que, a través del micrófono del teléfono, nos dice cuál es la frecuencia de los sonidos que le llegan. Una herramienta muy útil para audiófilos y cualquier que tenga un poco de curiosidad científica; bien es cierto que el micro del móvil es pequeño y poco fiel, pero para este propósito que describiré funciona a la perfección.

OK, pero... ¿esto qué tiene que ver con las monedas? Mucho, vamos al tema. Si hacemos sonar una moneda (dando un golpe seco con cualquier objeto) esta emite un tintineo característico, es decir, el metal va a vibrar a una determinada frecuencia en función de sus características físicas: según su forma y tamaño, la densidad del metal que contiene... En este punto vamos a dar por hecho que todas las monedas de una misma tirada van a compartir todas estas características, y por tanto al golpearlas van a emitir el mismo sonido.

En tiempos ya algo lejanos era habitual que los mostradores de las tiendas fueran de un material duro, por ejemplo mármol, sobre el que se hacían resonar las monedas para probar su legitimidad. Era esto mismo que estamos contando, aunque dicho método tenía como puntos débiles una cierta falta de precisión y que a nadie se nos ocurre hoy en día sacudir nuestras monedas contra una plancha de piedra. La app que os enseño hace lo mismo, pero con un poco más de "ciencia".

El método es sencillo: basta con lanzar la app en el móvil y poner la moneda sobre la yema del dedo delante del micrófono, momento en el que la haremos sonar con un objeto que no la dañe, por ejemplo un bolígrafo. En la gráfica del espectro sonoro veremos unos picos que corresponden a las frecuencias características de cada moneda, y basta con comparar estas con las de cualquier moneda legítima del mismo tipo para ver si son o no parecidas.

Lógicamente un duro va a mostrar unas frecuencias diferentes de, por ejemplo un krugerrand. Pero entre monedas similares aparecerán las mismas; eso sí, quizás haya pequeñas variaciones si probamos monedas de distintos años, quizás debidas a cambios en los componentes de las aleaciones o cualquier otra pequeña variación en el proceso de acuñación, así como también dependerá del objeto que usemos para golpearlas.

Podría ser interesante disponer de una pequeña base de datos en donde consultar las frecuencias características de las monedas más habituales. Por mi parte puedo decir que no hace mucho me libré de pillar un soberano de Isabel II falso (una reproducción fantástica, todo hay que decirlo) gracias a este método. El legítimo emitía tres frecuencias típicas: 5,4; 12,2 y 21,0 kHz, mientras que el falso lo hacía en otras diferentes que no apunté (en realidad otras falsificaciones se comportarían de otra manera diferente). Por lo menos me ayudó a disipar dudas, que luego pude confirmar a través de un examen más minucioso de la moneda.

¡Probadlo!

Yo lo tengo crudo. Soy un jodido fósil, un carca redomado, y mi móvil es de esos de tapadera. Cuando voy por la calle y respondo a una llamada, la gente se me queda mirando como si acabara de salir de la trena. Pero la cosa es que detesto profundamente los "esmarfon" esos, con los que te controlan hasta si te paras a mear en una tapia. Uséase, que prefiero seguir educando mi oído. Obviamente, las bullion que retiro de una tienda no las pruebo, pero las de los mercadillos sí, como es lógico, y esas sí se pueden golpear suavemente con otra moneda o, como es mi caso, con el imán, y así hago dos pruebas en una. Con el tiempo se habitúa uno a diferenciar el sonido en base a la ley y el tamaño/grosor. No obstante, en todos los casos el contenido en plata, ya sea mayor o menor, emite un tintineo agudo, vibrante y largo que parece el do de pecho de un ángel. Sonido a gloria, vaya...