Hola a tod@s, para hoy traigo una pieza un tanto controvertida, dado que se trata de una
acuñación bélica, pero con una historia de lo más curiosa. La moneda en cuestión es este ejemplar de
20 Heller acuñados en
Tabora (“T”) en
1916, territorio que integraba la denominada “
África Oriental Alemana”, pero valiéndose del metal procedente de un buque de guerra germano hundido en la zona casi un año antes, el “
SMS Konigsberg”.
Datos de la pieza:País: Reich alemán/África Oriental Alemana (“DOA”, 1885-1919)
Sistema monetario: Rupia (1904-1916)
Nominal: 20 Heller
Año: 1916
Ceca: Tabora (“T”)/Tanzania
Diámetro: 29 milímetros
Peso: 11,64 gr (aprox.)
Grosor: 2 milímetros
Metal: Latón, aunque algunos ejemplares de esta variante se acuñaron en cobre o se empleo algo de cobre en la fabricación.
Canto: Liso
Alineación: Medalla (0º)
Variantes: Existen 2 variantes en lo que al anverso se refiere y que afectan al tamaño de la corona central, el “tipo A” (corona grande) y el “tipo B” (corona pequeña). En lo relativo al reverso tenemos 3 variantes adicionales, el “tipo A” (base de las letras “LL” de “HELLER” encogido el primero y encogido/estirado hacia delante el segundo, como la que se muestra), el “tipo B” (con la base de las letras “LL” rectas hacia arriba) y el “tipo C” (ambas bases de las “LL” encogidas hacia detrás y luego estiradas hacia delante). Estas variantes de anverso y reverso se combinaban en cada pieza, donde todas se hacían en latón con la excepción del “tipo A” del reverso, que a veces se hacía en cobre. La que se muestra, por lo tanto, es “tipo A-A”.
Nº de piezas acuñadas: Se estiman en unas 300.000 unidades para esta variante en concreto, desconociendo el número exacto para las demás.
Estado de conservación: El anverso de la pieza muestra todos los detalles perfectamente visibles, sin desperfectos significativos, con un punto de óxido a las 10 y algunas zonas oscurecidas. En lo relativo al reverso, los detalles también se encuentran perfectamente visibles, con restos de oxidaciones en los bordes, sobre todo entre las 13 y 15h, así como entre las 18 y 19h, además de sobre la palabra “
HELLER”. Se evidencian restos de óxido de cobre sobre las dos “
LL” también de “
HELLER”. Al utilizarse el metal desguazado del pecio alemán mencionado en esta ficha, se evidencia que la acuñación es “floja” y esto se traduce en la pérdida de detalle en algunas zonas donde no se hizo tanta fuerza. Por todo esto y, tratándose de una acuñación de emergencia, estimo sea un MBC/MBC+ respectivamente.
Referencias bibliográficas: “KM# 15a” y “Schön# 15”
Pecio: SMS Konigsberg, hundido en lo que hoy es Tanzania, en el año 1915 equipado con 10 grandes cañones y material bélico para batallas marítimas.
Reinado: Káiser Guillermo II (1888-1918)
Simbología:Anv.: “
1916 -DOA- T” en tres niveles y bajo la corona imperial con cintas que brotan de la misma a cada lado. Estos motivos representan la fecha, el territorio y la ceca respectivamente.
Rev.: “
20 HELLER” como valor nominal, en dos niveles y dentro de una corona de laureles cerrada en la parte inferior.
Otras observaciones: La pieza tiene una excelente calidad de detalle, poco común en este tipo de piezas de carácter bélico, pero que presenta sus “heridas” o “huellas” de un turbulento pasado. Con una acuñación muy simple y escasos medios, la moneda que se muestra cumple con creces su función dadas las circunstancias.
El “SMS Konigsberg”: Se trataba de un crucero ligero alemán, buque insignia de su clase en la Armada Imperial y debe su nombre a la capital de la región de Prusia Oriental. Este impresionante barco empezó su construcción en 1905 y se lanzó al agua justo al año siguiente, artillado con una batería principal compuesta por diez grandes cañones y podía alcanzar una velocidad máxima de en torno a los 24,1 nudos (44,6 km/h aproximadamente). Se fabricarían también tres barcos adicionales, con similares características, el “Stettin”, “Stuttgart” y “Nuremberg”, pero sería el “Konigsberg” el que realizaría las principales incursiones, integrado en la “Flota Alemana de Alta Mar” y fue designado en más de una ocasión como escolta del barco del mismísimo Káiser Guillermo II, cuando éste realizaba algún desplazamiento o visita fuera de Alemania. Sin embargo, justo al comenzar la I Guerra Mundial, el “Konigsberg” se encontraba patrullando las costas de la “África Oriental Alemana”, cambiando su rol de vigilancia o defensa a uno más activo, hostigando a los barcos de mercancías con bandera francesa y británica para cortar el suministro que ambas naciones recibían de sus colonias en África, pero sin demasiado éxito. La falta de materiales esenciales para la guerra y recursos para el funcionamiento del barco en general, limitaron bastante sus intervenciones hasta la denominada “Batalla de Zanzíbar”, donde el “Konigsberg” logró interceptar y hundir al crucero británico “HMS Pegasus”, integrado en un escuadrón junto con otros tres barcos. No obstante, este éxito implicó el pago de un precio muy alto para los alemanes, pues el barco quedó seriamente dañado y los motores necesitaban una reparación urgente. El “Konigsberg” se retiraría a la aparente seguridad del río Rufiji para comenzar los trabajos, sin embargo, los británicos no iban a pasar por alto el hundimiento de su buque y el 3 de noviembre de 1914 enviaron una partida para localizarlo y destruirlo. No tardaron en dar con su paradero y, dada su posición, decidieron establecer un bloqueo en el delta del propio río, para impedir a toda costa su salida. El “Konigsberg”, aunque no había completado aún sus reparaciones y protegido en parte por la densidad de los manglares, presentó batalla con la debida cautela y logró mantener a raya a los británicos que, pronto, empezaron a perder la paciencia. Tras el envío de un avión de reconocimiento en apoyo de los británicos que, posteriormente, resultaría dañado y una epidemia de malaria a bordo del propio “Konigsberg” que diezmaron a una malnutrida tripulación, los ánimos a bordo se encontraban muy tocados. Los británicos decidieron entonces enviar dos embarcaciones, el “Mersey” y el “Severn” directamente a la posición del crucero alemán para tratar de sorprenderlo, valiéndose de un barco señuelo con bandera danesa y tripulación alemana, y así asestarle el daño definitivo desde varios flancos y a una distancia menor. El plan parece que resultó adecuado, pues el daño de fuego recibido era tal que el capitán del “Konigsberg”, Loff, optaría por hundir el barco el 11 de junio de 1915 para evitar que éste cayera en manos enemigas.
No obstante, la tripulación logró desmontar los 10 cañones con los que contaba el “Konigsberg” y llevarlos a tierra para, posteriormente, unirse a las fuerzas germanas desplegadas, al mando del teniente coronel Paul von Lettow-Vorbeck.
Circunstancias de la acuñación: El transcurso de la Guerra y los empeños británicos por cercar a los alemanes en la capital de esta colonia africana implicaron una escasez generalizada que afectó a las transacciones corrientes de la población local y unidades destinadas en el territorio. Así, las autoridades locales germanas dieron luz verde a una emisión monetaria de emergencia con un valor nominal de “20 Heller”, que sirviera de complemento al limitado circulante del enclave. De esta forma y, dada la premura de los trabajos para la fabricación de los cuños, se crearon 2 variantes del anverso y 3 del reverso, las cuales ya hemos nombrado con anterioridad. La falta de metales era evidente, sin embargo, contaban con el citado “Konigsberg”, que serviría a una última misión. Los soldados alemanes se desplazaron nuevamente hasta su lugar de reposo y trataron de desmantelar todo el metal que pudieron del barco, diseñando en primer lugar una máquina para la acuñación de estas monedas a modo de ceca provisional en Tabora en 1916 y, posteriormente, empezar las labores de acuñación valiéndose del latón procedente de los casquillos sobrantes de los proyectiles disparados por los cañones del “Konigsberg” y el cobre de los tubos y conductos desmontados. Esta es la principal razón por la que vemos ejemplares acuñados en distintos metales, con una acuñación floja y con algunos detalles poco definidos. Las acuñaciones de emergencia realizadas por el ejército alemán en este enclave continuaron durante ese mismo año hasta que Tabora sería definitivamente capturada por el ejército belga, comandado por el general Charles Tombeur.
El rescate: Una vez finalizada la Guerra, John Ingle, que había sido el capitán del “HMS Pegasus”, hundido precisamente por el “Konigsberg”, sería enviado al puerto de Dar es Salaam para realizar trabajos de limpieza y lograr así desbloquearlo por completo. Conocedor de los hechos transcurridos en el lugar, no dudo en lanzarse a adquirir los derechos de salvamento de aquel digno rival que descansaba en el lecho del río, desembolsando un total de 200 libras esterlinas de la época.
Poco después envió un grupo de buzos a la zona para rescatar los elementos no ferrosos del pecio y después venderlos como chatarra. Las labores de rescate continuaron durante la década de 1930, pero ya entrado el año 1940 el casco se había volcado hacia estribor. Con el transcurso de los años y ya entrada la década de los 60, el “Konigsberg” se acabaría desintegrando casi por completo y sus restos terminaron de hundirse en el lecho del río.
Como legado de este valeroso buque alemán, se conservan en la actualidad 3 de sus 10 cañones desmontados y utilizados en la defensa de Tabora. Uno se encuentra en Pretoria (Sudáfrica), otro en Jinja (Uganda) y el último en Mombasa (Kenia), junto con un cañón del propio “HMS Pegasus”.
Fotos:Espero que os guste!
Saludos.