Era yo bastante joven y estuve ayudando en la excavación de los dólmenes de la Peña de los Gitanos en Montefrío. En uno de ellos salieron unos pendientitos de oro y una sortijita, y los pongo en diminutivo porque debieron ser de una niña pequeña por su tamaño. Al año siguiente se había corrido la voz de que había salido oro en un dolmen y habían dinamitado varios. Y se sabía quién lo había hecho, pero no pasó nada de nada. Así que no hay que irse hasta Sudán para encontrar bestialidades similares.