3 Cinquine S/F. Felipe III. Nápoles

De entre todas las distintas monedas acuñadas en el Reino de Nápoles en los siglos XVI y XVII, la que tuvo peor fama fue el medio carlino, equivalente a 5 grana. Era la moneda circulante más pequeña de plata, medía 15 mm y pesaba 1,25 gramos en tiempos de Felipe III, habiéndose reducido su peso un 20% desde la época de Carlos V. Fue la pieza argenta de mayor uso cotidiano en las clases populares, denominándola vulgarmente como Zannetta. Al ser una pieza acuñada a martillo y de difusión masiva, era objeto de cercén por el pícaro pueblo, que le limaba el canto para conseguir poco a poco unos gramos extras de plata entre unas y otras. Ya podemos suponer la consecuencia de esta práctica fraudulenta: el mercado invadido por innumerables medios carlinos con pesos adulterados, lo que lógicamente tenía una repercusión negativa en el comercio, pues su peso ya no se correspondía con el valor nominal.

Para tratar de poner fin a este problema, el Virrey Juan Alonso Pimentel de Herrera (1603-1610) decretó en 1609 que las monedas cuyos pesos hubieran sido alterados (algunas habían perdido hasta un tercio o más) dejaban de ser de curso legal, autorizándose sólo aquellas que mantuvieran el correcto. Esta medida causó un profundo descontento en la población que se veía de pronto con una gran cantidad de monedas desmonetizadas que no podían usar y, además, los que tuvieran estas piezas recortadas tenían la obligación de llevarlas a la Casa de la Moneda de Nápoles o a las casas de banca locales para su canje, con una tasa de cambio favorable éstas y no al poseedor, lo que originó aún más malestar. Por si fuera poco, se descubrieron irregularidades en la ceca napolitana, donde funcionarios y ensayadores habían adulterado la ley monetaria, robando el metal precioso y acuñando moneda con leyes más bajas. Toda esa sinergia de acontecimientos provocó una revuelta importante en la ciudad, conocida como la revuelta de la mala moneda o de la Zannetta, y que acabó con detenciones y algunas sentencias de muerte.

En 1610 se suspendió la acuñación de los problemáticos medios carlinos (aunque hasta 1622 no se retirarían finalmente de la circulación) y se ordenó la emisión de una nueva moneda menuda de plata denominada 3 Cinquine (equivalente a 7,5 grana), acuñándose de 1611 a 1617. Iconográficamente este nuevo numerario sin busto ni escudo se diferencia claramente del anterior y refuerza la autoridad del Rey ante el pueblo, ocupando su nombre el lugar central en el anverso de la moneda, mientras que en el reverso reza la leyenda PAX ET VBERTAS (Paz y Abundancia), un mensaje bien claro en aquellos convulsos momentos. También considero que dicha leyenda podría encajar bien con el lema de gobierno del nuevo Virrey Pedro Fernández de Castro (1610-1616), pues bajo su mandato se hizo especial hincapié en mejorar la seguridad ciudadana combatiendo la delincuencia callejera y el bandolerismo, persiguió la corrupción y luchó contra las desigualdades sociales, con especial enfoque en la asistencia a los más necesitados. Asimismo, se preocupó de sanear la economía del Virreinato, legisló la actividad de los prestamistas, eliminando la usura y redujo el gasto de la administración virreinal, suprimiendo el exceso de personal. Igualmente, embelleció la capital napolitana, cada vez más bulliciosa y cosmopolita, y fomentó las artes y la cultura levantando la Universidad, Escuelas Públicas, el Colegio de los Jesuitas e impulsó la famosa Academia de los Ociosos, de corte humanista y literario, uno de los centros culturales más importantes de Europa.

Anverso: PHIL III DG R HISP
Reverso: PAX ET VBERTAS entre cetro real con hojas de olivo y espigas de trigo.
Peso y diámetro: 2 g y 16 mm