1 escudo de 6 libras. Francia. Louis XVI. 1791. Dedicada a Sol Mar.

Muchas gracias compañeros @Farnesio12, @REVERSO12 y @Joseju.

Bueno, imagino que en 1789 y 1790 algunos aristócratas decidieron abandonar Francia pero una inmensa mayoría no optó por una decisión tan drástica ya que sus propiedades inmuebles quedaban a merced de un contexto político y social tremendamente inestable. Ya en 1791, cuando los acontecimientos comenzaron a precipitarse a raíz del intento de fuga de la familia real, el descubrimiento de documentos comprometedores en el "armario de hierro" y la presión que parte de la alta nobleza y parientes de los reyes ejercian  desde el exilio, las autoridades revolucionarias se vieron obligadas a intervenir para cortar la fuga de capitales. Hay que tener en cuenta, que al principio, solo una parte de la nobleza más potente decidió dejar Francia y que la inmensa mayoría de la aristocracia no dieron el paso por múltiples motivos. A partir pues, de 1791, la moneda de oro y plata tuvo grandes dificultades para salir hacia el extranjero, ya que incluso salir del país sin pasaporte quedó terminantemente prohibido. Desde junio de 1791, el control se intensificó. Los Assignats iban perdiendo valor nominal cada día que pasaba y la desconfianza pública hacia ellos,  en consecuencia, era creciente. Los franceses, naturalmente, rechazaban esa moneda fiduciaria tan frágil e inestable y preferían monedas de oro y plata para realizar transacciones y como depósito de valor; de hecho, se empezaron a atesorar grandes sumas en todo el país. Las autoridades, para mejorar el atractivo de los Assignats , decretaron que quien especulara con monedas de oro o plata, fuera inmediatamente multado con importantes sumas o incluso encarcelado, con el tiempo, elevaron el castigo a la pena capital y a la confiscación de propiedades. En esos tiempos, las denuncias anónimas entre vecinos se intensificaron ya que se ofrecieron recompensas a los informantes de esos delitos contrarevolucionarios y antipatrióticos.
Es obvio, pues, que la moneda real quedara estancada en esos primeros años. hay que mencionar también el miedo y la extremada prudencia ante las confiscaciones forzosas por el bien de la Revolución. Los metales preciosos tuvieron que "desaparecer", al menos temporalmente, en un período de tanta inestabilidad e incertidumbre....y mucho más, si el busto que aparecía en la moneda era el de Luis XVI.
Muy interesantes tus comentarios acerca de la fundición y desmonetización en períodos ya posteriores. Leeré con atención el artículo que propones. Muchas gracias y corrígeme o corregidme si crees/creeis que me he equivocado en algún punto.

Buena aportación @evander.

Gracias amigo Fredericus!....he leido atentamente el artículo que has citado y la verdad es que está muy bien! Gracias de nuevo! ¿qué opinas de lo que he dicho en el anterior post? ¿lo ves todo bien o harías alguna puntualización?

evander escribió:

Gracias amigo Fredericus!....he leido atentamente el artículo que has citado y la verdad es que está muy bien! Gracias de nuevo! ¿qué opinas de lo que he dicho en el anterior post? ¿lo ves todo bien o harías alguna puntualización?

Son unos datos muy interesantes para aquellos a los que nos gusta la historia contemporánea de Francia pero debo advertirte que no soy ningún experto en la materia sino un simple aficionado; no soy ni historiador ni economista y mis aportaciones no pretenden sentar cátedra ni muchísimo menos.

En relación a lo que expones, lo que queda bastante claro es que la moneda de plata y oro circuló muy poco durante la Convención. En efecto, al déficit público existente ya durante el reinado de Luis XVI cabe añadir la financiación de las guerras revolucionarias contra prácticamente todas las monarquías europeas y las dificultades para realizar intercambios comerciales con estos países, lo que motivó una importante carga para la economía francesa. Todo ello causó una rápida reducción en la percepción de tributos y una auténtica escasez de moneda.

Para otros posibles lectores puesto que ya veo que tu los conoces bien, los "assignats" o asignados fueron unos billetes inicialmente concebidos como bonos sustentados en los bienes confiscados por el gobierno revolucionario a los elementos hostiles a la nueva situación, especialmente a la Iglesia. En 1791 la Asamble Nacional les otorgó la calidad de papel moneda para intentar paliar la falta de numerario. El problema es que estos bienes llamados "bienes nacionales", básicamente tierras y edificios, no generaban liquidez ya que la situación económica hacía muy difícil su venta. Esto y su emisión en grandes cantidades hicieron que perdieran rápidamente su valor y que generaran gran desconfianza entre la población. Finalmente en 1796, una vez adoptado el franco, fueron suspendidos por el Directorio.

Lo importante y esencial para tratar un tema es tener pasión por él. No hace falta ser ningún experto. "La financiación de las guerras revolucionarias contra prácticamente todas las monarquías europeas y las dificultades para realizar intercambios comerciales con estos países" comentas, pero hay que tener también en cuenta los esfuerzos para contener y combatir los focos contrarevolucionarios en propio suelo francés....que no eran pocos.

El desgaste financiero, en un país que ya antes de 1789 tenía las arcas vacías a consecuencia de los múltiples dispendios y de la reciente intervención en el proceso de Independencia de los Estados Unidos, contra Gran Bretaña (1778-1783) sumado al precedente desastre francés en la Guerra de los Siete Años, con la victoria anglo-prusiana (1756-1763), propició un malestar y una escasez que la mala gestión revolucionaria solo consiguió acrecentar hasta límites insostenibles.

La inexperiencia en materia fiscal, las medidas ineficientes y los nervios de esos turbulentos años, llevaron a Francia a la más completa de las bancarrotas. La recuperación sería lenta y dolorosa en aquellos años de Constitución, Convención, Directorio, e incluso Consulado, hasta llegar al Primer Imperio.

Volviendo a las monedas de plata y oro "reales" de Luis XVI, acuñadas principalmete en 1791, hay que dejar claro que circularon poco y en un contexto social absolutamente infernal, si se me permite la expresión. El Terror estaría en pocos meses a la orden del día, y la libertad de movimientos y de capitales cada vez se veían más comprometidos, hasta el punto de crearse una atmósfera social densa y sofocante. Las monedas que han llegado hasta nosotros después de superar aquellas vicisitudes son una auténticas supervivientes y unas testigos de primera mano de todos los horrores acontecidos por aquel entonces.



Muerte de la Princesa de Lamballe, Septiembre de 1792 (Leon Maxime Faivre)

Preciosa moneda, enhorabuena amigo

evander escribió:

Lo importante y esencial para tratar un tema es tener pasión por él. No hace falta ser ningún experto. "La financiación de las guerras revolucionarias contra prácticamente todas las monarquías europeas y las dificultades para realizar intercambios comerciales con estos países" comentas, pero hay que tener también en cuenta los esfuerzos para contener y combatir los focos contrarevolucionarios en propio suelo francés....que no eran pocos.

El desgaste financiero, en un país que ya antes de 1789 tenía las arcas vacías a consecuencia de los múltiples dispendios y de la reciente intervención en el proceso de Independencia de los Estados Unidos, contra Gran Bretaña (1778-1783) sumado al precedente desastre francés en la Guerra de los Siete Años, con la victoria anglo-prusiana (1756-1763), propició un malestar y una escasez que la mala gestión revolucionaria solo consiguió acrecentar hasta límites insostenibles.

La inexperiencia en materia fiscal, las medidas ineficientes y los nervios de esos turbulentos años, llevaron a Francia a la más completa de las bancarrotas. La recuperación sería lenta y dolorosa en aquellos años de Constitución, Convención, Directorio, e incluso Consulado, hasta llegar al Primer Imperio.

Volviendo a las monedas de plata y oro "reales" de Luis XVI, acuñadas principalmete en 1791, hay que dejar claro que circularon poco y en un contexto social absolutamente infernal, si se me permite la expresión. El Terror estaría en pocos meses a la orden del día, y la libertad de movimientos y de capitales cada vez se veían más comprometidos, hasta el punto de crearse una atmósfera social densa y sofocante. Las monedas que han llegado hasta nosotros después de superar aquellas vicisitudes son una auténticas supervivientes y unas testigos de primera mano de todos los horrores acontecidos por aquel entonces.



Muerte de la Princesa de Lamballe, Septiembre de 1792 (Leon Maxime Faivre)

Muchas gracias por tus aportaciones que sin ningún género de duda enriquecen este hilo que ya tenía medio olvidado. No puedo estar más de acuerdo contigo en todo lo que dices. Y si, las monedas que nos han llegado son auténticas supervivientes de aquella época tan turbulenta.

monteprieto escribió:

Preciosa moneda, enhorabuena amigo

Muchas gracias compañero!

esta preciosa, enhorabuena

Fredericus escribió:

evander escribió:

Lo importante y esencial para tratar un tema es tener pasión por él. No hace falta ser ningún experto. "La financiación de las guerras revolucionarias contra prácticamente todas las monarquías europeas y las dificultades para realizar intercambios comerciales con estos países" comentas, pero hay que tener también en cuenta los esfuerzos para contener y combatir los focos contrarevolucionarios en propio suelo francés....que no eran pocos.

El desgaste financiero, en un país que ya antes de 1789 tenía las arcas vacías a consecuencia de los múltiples dispendios y de la reciente intervención en el proceso de Independencia de los Estados Unidos, contra Gran Bretaña (1778-1783) sumado al precedente desastre francés en la Guerra de los Siete Años, con la victoria anglo-prusiana (1756-1763), propició un malestar y una escasez que la mala gestión revolucionaria solo consiguió acrecentar hasta límites insostenibles.

La inexperiencia en materia fiscal, las medidas ineficientes y los nervios de esos turbulentos años, llevaron a Francia a la más completa de las bancarrotas. La recuperación sería lenta y dolorosa en aquellos años de Constitución, Convención, Directorio, e incluso Consulado, hasta llegar al Primer Imperio.

Volviendo a las monedas de plata y oro "reales" de Luis XVI, acuñadas principalmete en 1791, hay que dejar claro que circularon poco y en un contexto social absolutamente infernal, si se me permite la expresión. El Terror estaría en pocos meses a la orden del día, y la libertad de movimientos y de capitales cada vez se veían más comprometidos, hasta el punto de crearse una atmósfera social densa y sofocante. Las monedas que han llegado hasta nosotros después de superar aquellas vicisitudes son una auténticas supervivientes y unas testigos de primera mano de todos los horrores acontecidos por aquel entonces.



Muerte de la Princesa de Lamballe, Septiembre de 1792 (Leon Maxime Faivre)

Muchas gracias por tus aportaciones que sin ningún género de duda enriquecen este hilo que ya tenía medio olvidado. No puedo estar más de acuerdo contigo en todo lo que dices. Y si, las monedas que nos han llegado son auténticas supervivientes de aquella época tan turbulenta.

Gracias a ti Fredericus, monedas como la que has presentado en este hilo son las que enriquecen el foro. un abrazo, amigo!

1979gvr escribió:

 esta preciosa, enhorabuena

Muchas gracias amigo!