Cierto Caramanchada, el relato decae notablemente cuando surge el asunto entre marchantes, con deslealtades y engaños; hasta ese momento, y dejando aparte al personaje aristocrático, el hecho del descubrimiento, la investigación y el modo de ver al pintor del que es especialista, era amoroso y apasionado. Pasión que podemos entender, según los casos, como una cuestión de intensidad, un punto determinado entre la desidia y la locura, entre el "no me interesa" y el literalmente "me absorbe".
Creo que la pasión no solo es necesaria, sino irremplazable para el avance en cualquier disciplina. Hagamos un paralelismo con la numismática: quién no sueña o ha soñado con "encontrar el tesoro". Me consta que este es un mundo apasionado, y que muchos de los coleccionistas son, somos, apasionados, quizás hasta más allá de lo razonable.
Un saludo.