Buenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
Aquí os dejo uno de mis últimos duros llegados a mi colección y se lo dedico a @10 pfennig:
Moneda del Centenario del Nacimiento de Cecil Rhodes.Pais: Rodesia del Sur (Zimbabwe)
Mandatario: Isabel II
Valor: 1 Corona (5 Chelines)
Año: 1953
Ceca: Londres.
Peso: 28,27 gr.
Diámetro: 38,5 mm.
Metal: Plata 500 milésimas
Grabadores: Mary Gillick y Thomas Humphrey Paget
Canto: liso y leyenda incusa: ★ 1853 1953 ★ OUT OF VISION CAME REALITY
Referencia: KM# 27, Schön# 31
Tirada: 123.500 piezas
ANV.: Busto laureado de la reina Isabel II de Inglaterra a dcha.. Alrededor leyenda: + QUEEN·ELIZABETH·THE·SECOND
REV.: Busto de Cecil John Rhodes, Primer Ministro de la Colonia del Cabo, magnate colonial y homónimo de Rhodesia del Sur, en círculo en el centro. A continuación hay tres escudos para cada colonia desarrollada por Rhodes, que representan (de izquierda a derecha) Rhodesia del Norte, Rhodesia del Sur y Nyasaland. Todo esto está flanqueado por dos coronas envueltas en pancartas. Alrededor leyenda: SOUTHERN RHODESIA / 1853 - 1902 / H - CECIL RHODES - P / · CROWN 1953 ·.
Y un poquito de historia sobre el personaje por el cual fue acuñada esta pieza:
Cecil John Rhodes (5 de julio de 1853-26 de marzo de 1902) fue un empresario, colonizador y político británico. Gran defensor de la colonización, fundó el país que a su muerte llevaría su nombre, Rodesia, cuyo territorio está actualmente dividido entre Zambia y Zimbabue. El fundador de la influyente Fundación Rhodes fue también el fundador de la compañía De Beers, que en la actualidad controla el 60 % del mercado de diamantes en bruto del mundo y que en un tiempo llegó a comercializar el 90 %.
Rhodes tenía un concepto místico del imperialismo. Se debe en gran parte a él la concepción del eje El Cabo-El Cairo, que durante mucho tiempo inspiró la política colonial británica y que acabó haciéndose realidad a costa de las aspiraciones portuguesas, francesas y alemanas en África.
Rhodes utilizó su riqueza y la de su socio de negocios Alfred Beit y otros inversores para seguir su sueño de crear un Imperio británico en los nuevos territorios hacia el norte por la obtención de las concesiones minerales de los jefes más poderosos. La ventaja competitiva de Rhodes sobre otras empresas de prospección de minerales era su combinación de la riqueza y el «factor imperial».
El factor imperial fue un arma de doble filo: Rhodes no quería que significara que los burócratas de la Oficina Colonial de Londres interfirieran en el Imperio en África. Quería colonos británicos y políticos locales y gobernadores, como él. Esto lo puso en conflicto con muchos en Gran Bretaña, así como con los misioneros británicos que no estaban a favor de lo que sucedía en la colonia. Sin embargo, Rhodes ganó porque él iba a pagar para administrar los territorios al norte de África del Sur contra la minería en el futuro los beneficios, ya que la Oficina Colonial no tenía los fondos para hacerlo, y su presencia impediría a los portugueses, los alemanes o los bóeres realizar movimientos en el sur de África central. Las empresas y los agentes de Rhodes cimentaron estas ventajas mediante la obtención de concesiones mineras, como lo demuestran las concesiones de Lochner y Rudd.
Diamantes Caricatura de Cecil Rhodes. El proyecto del ferrocarril de El Cairo a Ciudad del Cabo de Cecil Rhodes. Fundador de la Compañía Minera De Beers, una de las primeras compañías de diamantes, Rhodes era además el dueño de la Compañía Británica de Sudáfrica, que forjó a Rodesia por sí sola. El quería «pintar el mapa de rojo (británico)», y declaró: «todas estas estrellas... estos vastos mundos que se mantienen fuera del alcance. Si pudiera, anexaría otros planetas».
En 1871, Rhodes decidió abandonar la granja de algodón de su hermano y dedicarse a explotar minas de diamantes africanas. Aunque en 1872 Rhodes sufrió un ataque al corazón, se recuperó, pudiendo también investigar las posibilidades de descubrir oro junto a su hermano, marchando al norte y llegando hasta Mafeking y Murchison. En 1873, al anunciarse que la mina más rica de Kimberley estaba agotada, Rhodes se hizo con todas las licencias que le ofrecieron y se hizo rico al descubrirse más capas de diamantes debajo, que dejó al cuidado de su socio, Charles Rudd, y volvió a Inglaterra para completar sus estudios. Admitido en el Oriel College, solo estará un curso, y no regresó hasta 1876. En esta época, se ve influido por el discurso inaugural de John Ruskin, con lo que refuerza su entrega a la causa del imperialismo británico.
En abril de 1880, Rhodes y Rudd fundan De Beers Mining Company, con 200 000 libras de capital, que en 1885 controlaba más del 50 % de las concesiones de Kimberley.
Rhodes decide entrar en política, y en 1880 se presenta para la Asamblea de la Colonia del Cabo por Barkley West, un distrito rural con mayoría de votos bóeres, pero consigue ser elegido. La principal preocupación del Parlamento de la Colonia del Cabo en aquel momento era el futuro de Basutolandia, donde el ministro Gordon Sprigg intentaba restaurar el orden después de una rebelión provocada por la política de desarmar a los basutos. En 1886, al descubrirse oro en Johannesburgo, Rhodes acaparó buena parte de las concesiones. En 1890 Rhodes se convirtió en el primer ministro de la Colonia del Cabo y promulgó leyes para beneficiar a los propietarios de minas e industrias, como la ley Glen Grey, que favorecía la expulsión de los negros de sus tierras para favorecer el desarrollo industrial. La política de Rhodes propició la consolidación del colonialismo británico en Sudáfrica, y entró en conflicto con la República Bóer del Transvaal. En 1895, Rhodes apoyó un ataque sobre el Transvaal, el Jameson Raid, que fracasó e hizo que Rhodes dimitiera como primer ministro.
Rhodes también usó su fortuna, la primera del mundo en su tiempo, para conseguir su sueño de expandir el imperio británico por África: Utilizó la fuerza de la guardia de su Compañía Británica de Sudáfrica, fundada en 1890, para colonizar, con granjeros blancos, Mashonaland, en el actual Zimbabue. Rhodes también fue esencial en el proyecto de construcción del ferrocarril de Ciudad del Cabo a El Cairo.
Rhodes tuvo conflictos con una princesa polaca llamada Catherine Radziwill. Al principio ella mintió diciéndole a los trabajadores de Rhodes que supuestamente tenían un romance entre ellos dos. Un día Radziwill pidió matrimonio a Rhodes, pero él se negó. Desde ese entonces, Radziwill odió a Rhodes y le prometió vengarse acusándolo falsamente de fraudes de préstamos.
Durante la Guerra de los Bóeres Rhodes ayudó a los británicos en el sitio de Kimberley, aunque su ayuda fue más una molestia que otra cosa. Rhodes disgustaba al teniente coronel Kekewich, por su incapacidad de cooperar con los militares. Rhodes demandaba a los militares que adoptaran sus ideas, en vez de seguir las suyas propias.
Muerte Aunque Rhodes seguía siendo una figura destacada en la política del sur de África, sobre todo durante la Segunda Guerra de los Bóeres, a partir de sus 40 años fue perseguido por la mala salud durante toda su vida. El hecho de haber sido enviado a Natal por sus padres a la edad 16 años fue porque creía que el clima podría contribuir a tratar sus problemas cardíacos. A su regreso a Inglaterra en 1872, nuevamente su salud se deterioró con problemas cardíacos y pulmonares, en la medida en que su doctor, sir Morell Mackenzie, advirtió que solo podría sobrevivir seis meses. Más tarde Rhodes regresó a Kimberley, donde mejoró su salud. Sin embargo, a partir de los 40 años, su afección cardíaca regresó con severidad creciente. Rhodes murió a causa de un fallo cardíaco, el 26 de marzo de 1902, a los 48 años de edad, en su finca situada en Muizenberg.1 Fue enterrado al sur de Bulawayo, donde en la actualidad se encuentra el Parque Nacional de Matobo. Cabe destacar que en ese mismo lugar se encuentran enterrados Leander Starr Jameson y 34 soldados británicos muertos en la Patrulla Shangani.
Un saludo