Fíjate si las usaban grandes, que en Versalles se quejaban que las hebillas de los zapatos destrozaban el suelo, al sobresalir de los escarpines de tan grandes que eran. En el siglo XIX las hebillas de los zapatos eran el máximo símbolo de ostentación masculina, y los nobles hasta se empeñaban para lucir un juego de hebillas de oro y diamantes en las recepciones palaciegas. La Revolución Francesa dio al traste con todo esto, y a mas de uno le rodó la cabeza por encontrarle en posesión de uno de estos ostentosos artilugios, hasta tal punto que casi desaparecieron de la indumentaria, hasta que Napoleón las puso otra vez de moda, aunque mas funcionales al principio, y menos ostentosas.
Por cierto, la que muestras tiene toda la pinta de ser del siglo XIX