Son atributos de Ceres que a veces se representa portando dos antorchas, símbolo de nacimiento y de luz.
También se refieren a las dos antorchas que encendió Ceres cuando fue a buscar a su hija Proserpina al Hades.
En las fiestas de Ceres, en que se conmemoraba el rapto de su hija Proserpina, al inicio del invierno las damas romanas se vestían de blanco en señal de duelo y recorrían las calles con antorchas en las manos, imitando las correrías angustiosas de Ceres cuando buscaba a su hija que había sido raptada por Plutón.
También tiene relación con la Diosa Diana lucífera, portadora de la luz, que lleva la antorcha que simboliza la resurrección y la iluminación espiritual. Diosa de la luz lunar.
En la cultura romana tiene connotaciones funerarias, y representa la luz de la eternidad después de la muerte, en este caso en referencia al deificado emperador o a los miembros de su familia.
Los antiguos romanos creían que las antorchas funerarias guiaban el alma del difunto hacia su morada eterna, y nuestras palabras “funeral” procede del latín “funus”, que quiere decir precisamente “antorcha”. Además de la palabra “funeral”, los romanos nos legaron la moderna práctica de encender cirios en las ceremonias fúnebres.
Ceres estante portando antorcha y cetro. Áureo de Faustina I. Roma 141 d.C.
Dos antorchas galardonadas con cintas. Áureo de Antonia. Roma 41-42 d.C.
Praefericulum y antorcha. Magistrado monetario Marcus Plaetorius Marci Filius Cestianus (Familia Plaetoria). Roma 57 a.C.
Diana Lucífera estante de frente portando una antorcha en cada mano. Denario de Trajano. Roma 107 d.C.
Diana Lucífera estante con creciente, portando antorcha con las dos manos. Denario de Julia Domna. Roma 211-217 d.C.
Ceres con dos antorchas guiando biga de serpientes. Denario de Marcus Volteius Marci filius (Familia Volteia). Roma 76 a.C.