Pues si, detrás de todo ésto estaba la "preocupación" de que los desamparados no se gastarán las limosnas en vino (ideología peligrosa de fondo como la que articula el higienismo y las colonias textiles, pero esa es otra historia).
Si a ésto le sumamos la voluntad de reducir la movilidad de los indigentes a la propia ciudad (cada ciudad tenía sus propios pobres), tenemos la "solución" en forma de caridad controlada, tanto para el que la da, que compra las monedas para los pobres y hace visible su gesto ante los otros (generoso que se ganará el cielo) como para el que la recibe, que sólo podrá comer en los comedores sociales por gracia del señor caritativo (y sí, no podrá beber, el viejo miedo, pero tampoco abrigarse ni alojarse).
Φύσης κρυπτεσθαι φιλεί.