Muchas veces las monedas de cobre se utilizaban como remates de mangos de cuchillos, dagas, y otros enseres. La espiga de la hoja del cuchillo o similar, atravesaba el mango, la parte central de la moneda, y se remachaba sobre esta, quedando un conjunto compacto. A veces, a estas monedas remate, se les hacian muescas a modo de decoración.