Jetón de Felipe IV. Bruselas. 1634. Francisco de Moncada levanta el Sitio de Breda.

Buenas días:
Tras meses de asedio a Breda, por fin, Don Ambrosio Spínola, el 5 de junio de 1625, pudo hacer máxima la Real Orden de Felipe IV en el que en carta personal le decía: "Marqués Spínola, ¡tome Breda!". Una nueva ciudad recuperada para Su Majestad Católica, que llevaba en manos holandesas desde 1590. La noticia de la toma de la dicha ciudad por las Armas Españolas recorrió Europa de Norte a Sur, Este y Oeste, ya que se consideraba inexpugnable y enclave geoestratégico-militar-sentimental de importancia para los Orange.
Los Orange-Nassau lloraron su pérdida aunque pronto tratarían de recuperarla. La ocasión se presentó, al parecer, con la muerte, el 1 de diciembre de 1633, de la Gobernadora de los Países Bajos Españoles, la muy inteligente y diligente Doña Isabel Clara Eugenia, hija del todopoderoso demonio del mediodía, como lo llamaban los herejes. Prestos a recuperar la bella ciudad de Breda le pusieron sitio, pero lo que no calcularon los holandeses es que asumía de manera interina el Gobierno de los Países Bajos Españoles, Don Francisco de Moncada, III Marqués de Aytona, hombre humanista de gran inteligencia y diplomacia. Moncada se dirigió sin demora al socorro de la ciudad y consiguió, el 8 de Septiembre de 1634, levantar y romper el sitio al que estaba siendo sometida Breda ante la impotencia, una vez más, de los herejes. Se colmó de Gloria el Marqués de Aytona con dicho acto y la ciudad de Breda, agradecida, solicitó a la Casa de la Moneda de Bruselas la acuñación de jetones para conmemorar dicha grata efeméride para grandeza de España y su Gobernador Don Francisco de Moncada. He aquí uno de esos jetones:
Los holandeses, heridos en lo más profundo de sus heréticas almas, no darían Breda aún por pérdida y en 1637 volverían de nuevo a intentarlo con resultado satisfactorio para ellos en esta ocasión. Esta es ya otra historia y no es momento ahora de ponernos tristes al pensar que Breda se perderá... Disfrutemos que estamos en 1634, Moncada ha evitado que cayese en manos herejes y todavía ondea en la ciudad la Cruz de Borgoña y el pendón de su Majestad Católica el Rey de España.

Un saludo.